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El movimiento Francia Insumisa de Mélenchon busca la hegemonía en la izquierda

El candidato de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon

“¡Pierre Laurent miente”. Así de rotundo se mostraba Jean-Luc Mélenchon, el pasado miércoles por la mañana, escenificando el desacuerdo de su movimiento, Francia Insumisa, con el Partido Comunista Francés y con su secretario nacional. Las dos formaciones concurrirán por separado a las elecciones legislativas que se celebran en junio. Tras intensas sesiones de negociaciones infructuosas y tensas, este mismo martes terminaban por precipitarse los acontecimientos.

Un día después de la celebración de la enésima reunión, Pierre Laurent, secretario general de los comunistas franceses, convocaba a la prensa para “reiterar, preocupado aunque algo molesto, su llamamiento a Francia Insumisa” con el fin de presentarse a las elecciones “bajo las mismas siglas”. Este acuerdo es “necesario para conseguir el mayor número de diputados”, insistía el líder comunista.

No hizo falta más para que Francia Insumisa entrase en cólera. Manuel Bompard, director de campaña de Jean-Luc Mélenchon, y candidato a las legislativas por Toulouse, difundía después un comunicado en el que acusaba a Pierre Laurent de haber “decidido romper las negociaciones”. “Lo lamento, pero no estoy sorprendido”, añade Bompard. “Ni la dirección del PCF ni yo hemos elegido ni deseado la ruptura”, respondía Laurent en otro comunicado, “los que afirman lo contrario mienten y pretenden desviar la atención de sus responsabilidades”.

En este juego del no soy yo, eres tú, Jean-Luc Mélenchon respondía en BFM TV: “Francia Insumisa ya ha investido a 10 comunistas. Existen acuerdos con dos federaciones comunistas. Se puede comprobar que no bloqueo nada”. El miércoles por la tarde, era Pierre Laurent quien daba respuesta a la respuesta: el secretario general del PCF trató de mostrarse más conciliador y dijo “esperar que [esta ruptura] no sea definitiva”. “Espero que las negociaciones se reanuden lo antes posible”, añadía sin gran convicción.

El 23 de abril, en la primera vuelta de las presidenciales, Jean-Luc Mélenchon fue el más votado en 67 circunscripciones legislativas y en algunas grandes ciudades como Montpellier, Lille, Toulouse, Grenoble o Marsella y quedó en segunda posición en otras 167. El candidato superó el umbral del 12,5% del voto de los electores inscritos (necesarios para mantenerse en la segunda vuelta) en 451 circunscripciones. Una situación excepcional para la izquierda, a excepción del PS.

Como en 2012 en Hénin-Beaumont (donde desafío en vano a Marine Le Pen), el paladín insumiso decidió participar él mismo en la batalla legislativa. Según Le Monde y Marsactu, el candidato, que el jueves 11 visitaba Marsella, tenía previsto confirmar que se presentaba por la cuarta circunscripción. En esta ciudad es donde obtuvo su mejor resultado, el 39,09% de los votos mientras que Marine Le Pen quedó en tercera posición (14,36% de los votos), por detrás de Emmanuel Macron (21,81%). Y no muy lejos de esta circunscripción, fue donde celebró, al aire libre, uno de los mayores mítines de su campaña.

El miércoles por la mañana, en BFM, Jean-Luc Mélenchon se limitaba a señalar como “bastante probable” su aterrizaje marsellés. Entonces su equipo simplemente confirmó que estaba analizando la posibilidad. En un correo publicado por la tarde en Marsactu, Mélenchon envíaba un “mensaje personal” a los insumisos marselleses. En él decía que los coordinadores nacionales de Francia Insumisa le habían “convencido” para que se presentase por la ciudad de Marsella.

"Sopas de siglas"

El problema es que esta circunscripción ya tenía candidato. A Gérald Souchet, profesor de Ciencias Económicas y Sociales de 43 años, no le ha gustado la iniciativa y reconocía a Le Monde: “Le he dicho a Jean-Luc Mélenchon que presentarse por esta circunscripción iba a ser mala idea. Hay que tener en cuenta la realidad de Marsella. El FN no es fuerte aquí y simbólicamente no gana nada imponiéndose a un socialista”.

En cuanto a su rival socialista Patrick Mennucci –que conoce bien a Mélenchon desde la creación de la corriente de la Izquierda Socialista a finales de los 80, en el PS–, estima que su excompañero de filas “clarifica su visión de la democracia. Después de haber hecho grandes discursos sin grandes precisiones sobre la VI República, ahora descubrimos que, en realidad, consiste en una reproducción mala de la vieja política: paracaidismo, acuerdos en beneficio propio, maniobras en el microcosmos político marsellés”. Y Mennucci continúa: “Al presentarse en la única circunscripción del arco mediterráneo donde el Frente Nacional no tiene ninguna posibilidad de estar en la segunda vuelta, donde la derecha no puede vencer (consiguió el 10,8% en la primera vuelta de las presidenciales), pone de manifiesto que su única batalla, el sentido de su compromiso político es el combate de la izquierda contra la izquierda”.

A Patrick Mennucci no le falta razón. Tras los resultados de la primera vuelta de Francia Insumisa, a varios miembros del movimiento de Jean-Luc Mélenchon se les ha escuchado decir que ahora el objetivo era constituirse en la única fuerza de izquierdas contra Emmanuel Macron. La intransigencia evidenciada con el PCF, pero también con los ecologistas (EELV), que habían intentado un acercamiento, va en ese sentido: garantizar la hegemonía de Francia Insumisa. “Hemos recibido una negativa por parte de Francia Insumisa ya que su exigencia es la sumisión”, lamentaba la semana pasada David Cormand, secretario nacional de los ecologistas.

Mélenchon y Francia Insumisa, que se consideran recompensados por su independencia total del PS desde 2012 y por su discurso como partido independiente, pretenden seguir aprovechando las incoherencias y las tergiversaciones de sus rivales a la izquierda cuando ellos mismos ya no se molestan más con discusiones de aparato consideradas estériles, ni con salidas de un “mundo antiguo” que quieren sustituir.

Una voluntad que definitivamente no pega con los comunistas. Olivier Dartigolles, portavoz del PCF, recuerda que su partido, “nunca tuvo intención de ver el futuro político en torno a un solo individuo. No nos alineamos detrás de nadie”. Cuando se subraya la “brutalidad” y la “estrategia de demolición” de Francia Insumisa, Dartigolles salta: “Francia Insumisa hace una consulta de cara a la segunda vuelta pero la decisión de romper las negociaciones la toma un puñado de personas. Si Jean-Luc Mélenchon en lugar de encenderse se molestase en preguntarle a los votantes, se daría cuenta de que desean la unidad”.

“No queremos sopas de siglas y no es sólo una estrategia de comunicación”, replica Danielle Simonnet, coordinadora del Partido de Izquierda y también candidata a las legislativas por París. “El debate Francia Insumisa contra izquierda plural ya está zanjado”, prosigue Simonnet, reelegida en 2014 para el Consejo de París como cabeza de lista municipal y que rivalizaba con una lista de coalición integrada por socialistas, comunistas y ecologistas. Simonnet considera que el paisaje político se encuentra hoy “en una redefinición total”. “¿Hay que ponerle el gotero al viejo mundo?”, se pregunta.

El conflicto con el PCF también se debe a asuntos más prosaicos. Los comunistas reprochan a los insumisos que invistieran a Alexis Corbière, portavoz de Mélenchon durante la campaña, en Montreuil, frente a Gaylord Le Chequer, alcalde adjunto de Urbanismo del comunista Patrice Bessac. También le recriminan la investidura de Mathilde Panot, coordinadora de los grupos de apoyo de la candidatura de Jean-Luc Mélenchon, en Val-de-Marne, uno de los últimos bastiones del PCF, frente a Pascal Savoldelli, responsable de las elecciones del partido.

Por su parte, Francia Insumisa reprocha a los comunistas sus vinculaciones con los socialistas, por ejemplo, en París. Pero también en La Somme, en el Jura o en las Landas, como precisó el martes por la mañana Manuel Bompard en rueda de prensa. En estos tres departamentos, los comunistas están acusados de haber alcanzado un acuerdo con los socialistas.

Mélenchon quiere creer que es el mejor situado para ganar el pulso, tras obtener siete millones de votos en la primera vuelta de las presidenciales. Puede enorgullecerse de haber adelantado dos peones en la partida de ajedrez que se juega. En Niza, un candidato de los comunistas firmó la carta de Francia Insumisa, según indicó Manuel Bompard el jueves por la mañana. Él mismo publicaba en Twitter, horas antes, un comunicado de Stéphane Peu, candidato del PCF por Saint-Denis, que anunciaba también que se disponía a firmar la carta.

Olivier Dartigolles trata de restar importancia al movimiento: el portavoz, que recuerda su “amistad” con Stéphane Peu, estima que “casos como éste no van a ser frecuentes”. No obstante, no va a hacer falta mucho para que se conviertan en simbólicos. ____________

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Traducción: Mariola Moreno

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