Hacía tiempo que no sentía tanto entusiasmo”, dice Rochelle Bronson. Esta afroamericana aún está bajo el hechizo del discurso que Kamala Harris pronunció unos minutos antes en el escenario principal del United Center, en la clausura de la Convención Nacional Demócrata (DNC). Durante su intervención ante un público al enfebrecido, que la ovacionó durante dos minutos antes incluso de que tomara la palabra, la vicepresidenta llamó a su país a "no dar un paso atrás” y a elegirla para hacer frente a un vengativo y peligroso Donald Trump, portador de políticas retrógradas. “Allá donde voy, veo una nación dispuesta a avanzar”, dijo.
Con este discurso, en el que aceptó formalmente la nominación de su partido como candidata a la Casa Blanca, Kamala Harris, la primera mujer no blanca en llegar a este momento, se erigió como la nueva cara del Partido Demócrata y la encarnación flagrante de un cambio generacional. La decisión de Joe Biden de no presentarse a un segundo mandato ha desplazado el centro de gravedad del partido. De la noche a la mañana, una mujer mestiza, de cincuenta y tantos años, criada en el crisol racial de la bahía de San Francisco, ha sustituido a un hombre blanco de 81 años que creció en un entorno de clase trabajadora de la Costa Este marcado por la posguerra y la Guerra Fría.
Es un cambio que refleja la creciente diversidad racial y étnica de la población de Estados Unidos. “El futuro está aquí”, dijo Hillary Clinton en la apertura de la convención el lunes 19 de agosto.
Durante los cuatro días que duró esta gran cita a la que asistieron miles de activistas, parlamentarios y funcionarios demócratas, ha sido evidente el cambio de guardia. De hecho, muchas de las personalidades invitadas a hablar en el escenario del United Center eran mujeres y personas de no blancas.
El comité organizador de la convención (DNCC) también había reservado espacios preferentes en el programa a estrellas emergentes que representan a la próxima generación: gobernadores carismáticos como el afroamericano Wes Moore y el judío blanco Josh Shapiro (Pensilvania); parlamentarios como la palpitante Jasmine Crockett (Texas) y Maxwell Frost (Florida), de 27 años, primer miembro de la Generación Z en el Congreso; senadores como Raphael Warnock, el pastor negro de Georgia del que se rumorea que tiene ambiciones presidenciales; miembros del Gobierno como el ministro de Transportes Pete Buttigieg (42 años); alcaldes y fiscales.
Pasar el testigo
Algunos parlamentarios locales también tuvieron una oportunidad. Es el caso de Mallory McMorrow, de 33 años, senadora por Michigan, a quien le tocó hablar del “Proyecto 2025”, una serie de recomendaciones de medidas radicales propuestas por un think tank conservador con vistas a una nueva presidencia del multimillonario investido por el partido republicano como desmantelar el Departamento de Educación, acabar con la independencia del Departamento de Justicia, purgar a altos funcionarios críticos con Trump, etc. .
También tuvieron la oportunidad Justin Pearson y Justin Jones, dos miembros de la Asamblea Legislativa de Tennessee que se han convertido en auténticos héroes en 2023. Estos afroamericanos fueron expulsados por sus homólogos republicanos por manifestarse dentro del hemiciclo contra la negativa a adoptar medidas de control de armas tras un tiroteo en una escuela de Nashville.
“Veo a todos estos nuevos líderes. Son más guapos que yo, hablan mejor y nos van a encantar”, exclamó Bill Clinton cuando apareció en el escenario el miércoles, dos días después de celebrar su 78 cumpleaños.
“Nos gusta Joe Biden, pero es muy emocionante verle pasar la antorcha”, dijo Spencer Dirrig, un delegado treintañero de Ohio que le conoció en la convención. “Kamala Harris ofrece una perspectiva que une a los jóvenes. Reconocen que los demócratas están avanzando mientras los republicanos se aferran a un candidato de casi 80 años. Estamos creando una nueva generación de líderes. No sólo nos dirigimos a los jóvenes, sino que los colocamos en puestos de poder”.
Hay que crear un proceso sólido para establecer una cantera de futuros talentos
Esta nueva cohorte de demócratas, más diversa, también se distingue por el clima político en el que se ha forjado. Spencer explica que alcanzó la edad legal para votar poco antes de las elecciones presidenciales que ganó Donald Trump en 2016. “Antes de ese año existía la idea de que podías estar en desacuerdo con el otro bando pero seguías formando parte del mismo país. Ahora, individuos como Donald Trump y su compañero de candidatura J.D. Vance no solo rechazan los ideales americanos, sino que atacan a las personas por las opciones de vida que toman. Nos enfrentamos a una amenaza existencial y la sentimos más que nuestros mayores”, asegura.
Ahora que una mujer no blanca ha tomado el control del partido, ¿será más fácil para los marginados abrirse paso en el organigrama, sobre todo en las sedes locales de los Estados, donde se nutren los futuros talentos? “El 75% de los parlamentarios en este país son hombres, y las mujeres de color siguen representando un porcentaje muy pequeño del resto. Va a costar años cambiar eso”, afirma Kathleen Durkin, delegada del Estado de Washington, de 23 años.
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“Necesitamos más gente dentro del partido que mantenga la puerta abierta”, afirma Quentin Wathum-Ocama, presidente de Young Democrats for America, una asociación que pretende movilizar a los jóvenes americanos en torno a las causas que defiende el partido. “Hay que crear un proceso sólido para establecer una cantera de futuros talentos. Incluso si las ramas del Partido Demócrata en algunos Estados son más fuertes que otras en este ámbito, siempre podemos hacerlo mejor”.
Traducción de Miguel López
Hacía tiempo que no sentía tanto entusiasmo”, dice Rochelle Bronson. Esta afroamericana aún está bajo el hechizo del discurso que Kamala Harris pronunció unos minutos antes en el escenario principal del United Center, en la clausura de la Convención Nacional Demócrata (DNC). Durante su intervención ante un público al enfebrecido, que la ovacionó durante dos minutos antes incluso de que tomara la palabra, la vicepresidenta llamó a su país a "no dar un paso atrás” y a elegirla para hacer frente a un vengativo y peligroso Donald Trump, portador de políticas retrógradas. “Allá donde voy, veo una nación dispuesta a avanzar”, dijo.