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Los propalestinos de EEUU buscan que Kamala Harris se comprometa con un embargo de armas a Israel

Fotografía del 30 de julio de 2024 de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, hablando durante un acto de campaña en Georgia, Atlanta (EEUU).

Alexis Buisson (Mediapart)

Nueva York (Estados Unidos) —

"Debemos seguir dando voz a Gaza", dijo Linda Sarsour ante una asamblea virtual de 700 personas. Esta conocida activista musulmana en Estados Unidos, participaba el miércoles 31 de julio en una videoconferencia organizada por varios grupos propalestinos para promover una nueva iniciativa llamada "Not another bomb (Ni una bomba más).

El objetivo de esta iniciativa es instar a Kamala Harris, que está a punto de ser designada candidata demócrata a la Casa Blanca en una votación virtual que comenzó el jueves 1 de agosto, a parar el envío sistemático de armas a Israel, del que Estados Unidos es el principal proveedor.

Están previstas varias jornadas de acción en todo el país justo antes de la apertura en Chicago de la Convención Nacional Demócrata (DNC), el 19 de agosto, en la que se espera que la vicepresidenta acepte oficialmente su nominación.

Diez meses después del estallido de la guerra en Gaza, Linda Sarsour no oculta su cansancio, especialmente en vísperas de una posible escalada en la región tras el anuncio de la eliminación del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en suelo iraní. Pero, por primera vez en mucho tiempo, siente que en Estados Unidos pueden estar moviéndose las líneas con la retirada de Joe Biden de la carrera por la Casa Blanca.

“Tenemos que presionar a Kamala Harris para que apoye un embargo de armas", afirma. “Esto no es ni duro ni radical a la vista del número de víctimas humanas en Gaza. Debería ser la postura normal de cualquier candidato demócrata. Si quiere nuestro voto, tiene que mostrarse favorable.”

Esta comedida esperanza es compartida allí por otros activistas. La californiana, relativamente novata en la escena internacional, es considerada, con razón o sin ella, más sensible a la causa de Gaza que Joe Biden, a veces apodado "Genocide Joe". A diferencia de Biden, a quien le gusta hablar de su memorable encuentro en 1973 con la ex primera ministra israelí Golda Meir, o del marido de Kamala Harris, Doug Emhoff, que es judío, Israel no forma parte integral de la carrera política o personal de la ex fiscal convertida en senadora.

Una de las primeras demócratas en abogar por un alto el fuego

Desde el inicio del conflicto, Harris ha intentado incluso contrarrestar el apoyo de Joe Biden a Israel. Más joven (59 años) y más cercana a la base progresista del partido, Harris fue de los primeros miembros del Gobierno en pedir un alto el fuego temporal en Gaza y trabajó entre bastidores para que la Casa Blanca hablara más de las terribles condiciones humanitarias que se viven allí.

Según el Washington Post, también sugirió al presidente demócrata que mencionara los crímenes islamófobos y antiárabes en un discurso desde el Despacho Oval el 10 de octubre, tres días después del ataque de Hamás, en lugar de centrarse únicamente en los actos antisemitas.

Tras una reunión con Benjamin Netanyahu el 25 de julio, veinticuatro horas después de saltarse su discurso ante el Congreso para asistir a la convención de una hermandad negra, Harris indicó que "no permanecería callada" ante las acciones de Israel en Gaza.

"Kamala representa una oportunidad", resume Layla Elabed. Hermana de Rachida Tlaib, la única mujer de origen palestino en la Cámara de Representantes, Elabed es una de las fundadoras del movimiento Uncommitted (no comprometidos), que pidió el voto en blanco durante las primarias demócratas para protestar contra la línea de Joe Biden. El llamamiento fue seguido por más de 700.000 votantes de izquierdas en todo el país, incluidos más de 100.000 en Michigan, un Estado con una gran comunidad árabe y musulmana y donde vive Layla Elabed.

El movimiento estará representado por treinta delegados, las personas encargadas de designar al candidato presidencial del partido y adoptar su programa oficial (platform) en la convención nacional.

Aunque Kamal Harris afirma que "no permanecerá callada", sigue apoyando el envío de armas a Israel y no expresa ninguna indignación hacia Netanyahu

Tristan Cabello, historiador y profesor de la Universidad Johns Hopkins

Oficialmente, no pidieron apoyo para Kamala Harris durante el proceso de nominación, lo que creó algunos roces. Durante una reunión virtual con un centenar de delegados de Michigan a finales de julio, a uno de los representantes de los Uncommitted alguien le dijo "cállate, gilipollas" cuando indicó que no quería apoyar a la vicepresidenta sin conocer su postura exacta sobre Gaza.

Los "no comprometidos" pretenden ahora presionar a su partido político para que en el programa oficial de los demócratas se mencione el apoyo al alto el fuego y al embargo de armas enviadas a Israel.

Tristan Cabello, historiador y profesor de la Universidad Johns Hopkins, se muestra escéptico sobre el cambio de rumbo que podría tomar la candidata o presidenta Harris. De hecho, durante el discurso que pronunció tras su reunión con Benjamin Netanyahu, reafirmó su "firme" apoyo a Israel y señaló que la cuestión era compleja. "El debate suele ser binario pero la realidad no lo es", afirmó. En noviembre de 2023, Barack Obama dijo lo mismo.

“Aunque dice que no se va a ‘quedar callada’, sigue apoyando el envío de armas a Israel y no expresa ninguna indignación hacia Netanyahu", explica Tristán Cabello. “Especialmente preocupante es su respuesta a los manifestantes durante el discurso del primer ministro israelí en el Congreso, calificando sus acciones de violentas, antisemitas y antipatrióticas. En esto, su discurso está por el momento perfectamente en línea con el de Biden. Digo 'por el momento' porque todavía no tenemos un programa demócrata concreto".

La identidad de su compañero de candidatura, que se desvelará en los próximos días, también será observado de cerca por los círculos propalestinos. La elección del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ferviente partidario de Israel y uno de los favoritos, se interpretaría como una mala señal.

Sin embargo, antes de centrarse en las elecciones presidenciales de noviembre, Layla Elabed y los demás "no comprometidos" intentan influir en las primarias demócratas de Michigan, que se celebran el martes 6 de agosto. Su objetivo es elegir candidatos "pro alto el fuego" y "pro embargo" para que lleven los colores del partido a las elecciones locales que tendrán lugar al mismo tiempo que las presidenciales, también el 5 de noviembre (Cámara de Representantes, parlamentarios estatales, cargos locales, etc.). "El cambio vendrá de esos escalones inferiores. Podemos utilizarlos para presionar a los que están en el poder", cree Elabed.

Kamala Harris, apoyada con reservas por la izquierda americana

Kamala Harris, apoyada con reservas por la izquierda americana

En Michigan, los activistas intentan concienciar a los contribuyentes explicándoles que los más de 3.000 millones de dólares que el Congreso envía cada año a Israel para comprar armas a Estados Unidos podrían utilizarse para modernizar las infraestructuras y los servicios locales, como la deficiente red energética.

Lexis Zeidan, otra activista, no dio instrucciones de voto pero reconoció que el regreso de Donald Trump al poder sería catastrófico. “En noviembre, también tendremos que luchar contra el fascismo", afirma. “Kamala Harris tiene la oportunidad de unir a un partido muy fracturado. Habíamos perdido la esperanza con Biden, pero ahora que se ha retirado, es como un soplo de aire fresco. Estamos conteniendo la respiración.” 

Traducción de Miguel López

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