Reino Unido y Francia ponen en marcha el envío de tropas a Ucrania entre las reticencias de sus socios

Emmanuel Macron saluda a Volodymyr Zelensky a su llegada a la cumbre de París.

Justine Brabant (Mediapart)

Por tercera vez en dos meses, los países de la “coalición de voluntarios” que desean contribuir a la defensa de Ucrania se han reunido ayer en París. La asistencia ha sido numerosa: los jefes de Estado y de Gobierno de casi todos los Estados miembros de la Unión Europea (salvo Austria, Eslovaquia y Hungría), a los que hay que añadir los primeros ministros del Reino Unido y Noruega, el vicepresidente turco, el presidente del Consejo Europeo, la presidenta de la Comisión Europea, el secretario general de la OTAN y representantes de Australia y Canadá.

La “coalición de voluntarios” así formada no es ni la Unión Europea (UE) ni la Alianza Atlántica (OTAN). Este nuevo formato se ha impuesto desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la toma de conciencia por parte de Europa de que iba a tener que aprender a defenderse sola y a defender a Ucrania sin Estados Unidos.

Desde entonces, las instituciones europeas han estado tratando de encontrar formas de contribuir financieramente al rearme de los Estados miembros, pero no pueden coordinar el envío de ayuda militar o de posibles tropas a Ucrania: las competencias de la UE en materia de defensa son muy limitadas, y una iniciativa de este tipo excluiría de hecho al Reino Unido, un importante apoyo de Ucrania.

Esa es pues la tarea de la “coalición” impulsada por Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer. Tras una primera reunión en París el 17 de febrero y una segunda en Londres el 2 de marzo, el objetivo era “sacar conclusiones operativas de sus reuniones anteriores”, explicó un asesor del Elíseo antes de la reunión. En otras palabras: ir a lo concreto.

Volodímir Zelensky, que viajó a París para la ocasión, había ejercido dos días antes una presión amistosa sobre sus socios para que llegaran a anuncios tangibles, declarando que esperaba saber “quién estaba dispuesto” a comprometerse en “garantías de seguridad” para Ucrania, “en particular mediante el despliegue de un contingente” de tropas sobre el terreno.

El presidente ucraniano no ha obtenido respuestas a sus preguntas. Como en las cumbres anteriores, los líderes de la coalición se despidieron asegurando que habían “avanzado”, pero sin nada significativo que anunciar.

“Tropas de seguridad” con contornos aún difusos

Esta es la medida que más atención política y mediática ha recibido hasta ahora: el envío de tropas internacionales, en particular europeas, para mantener la paz en Ucrania.

Francia y el Reino Unido, los más favorables a esta idea, llevan varios meses intentando convencer al mayor número posible de Estados para que se unan a su iniciativa. Pero se enfrentan a varios obstáculos: los países que se niegan por principio, los que estarían dispuestos a apoyar pero consideran que no tienen suficientes soldados disponibles, los que se muestran reticentes por razones históricas (como Polonia, que prefiere, sin embargo, alegar la falta de tropas).

Ante la prensa, al término de la reunión, Macron aseguró que “habrá una fuerza de seguridad de varios países europeos que se desplegará” en Ucrania una vez se firme la paz. Pero no dio sus nombres, subrayando que no había “unanimidad” sobre este punto.

A falta de poder anunciar en qué consistiría exactamente la misión de esas fuerzas, el presidente francés indicó lo que no serían. “No tendrán como misión ser fuerzas de mantenimiento de la paz, presentes en la línea de contacto”, precisó, en contra de lo que parecían sugerir las primeras propuestas francesas sobre este tema.

¿Quién, en este caso, tendría la pesada carga de vigilar la correcta aplicación de un posible alto el fuego? Macron ha mencionado tres vías, acompañándolas de un signo de interrogación: la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que ha llevado a cabo esta misión de vigilancia en el Donbass entre 2014 y 2022, las Naciones Unidas o “un sistema de vigilancia ad hoc”.

Las tropas francesas y británicas, por su parte, se desplegarían “en algunos lugares estratégicos previamente identificados por los ucranianos” para “señalar su presencia” y tener un “carácter disuasorio frente a una posible agresión rusa”. Macron ya dio detalles a mediados de marzo, cuando habló de “unos pocos miles de hombres” por país contribuyente.

Rusia ha expresado en repetidas ocasiones su oposición a esa presencia. “La idea que tenemos del derecho internacional es que Rusia no decide lo que ocurre en territorio ucraniano”, le respondió Macron este jueves 27 de marzo, una idea totalmente defendible pero que parece omitir un detalle: si Rusia no quiere esas tropas, simplemente puede que no firme un acuerdo de paz.

El papel de Estados Unidos, la incógnita de la ecuación

¿Qué lugar tendrían Estados Unidos en este dispositivo? Donald Trump y sus equipos han dicho en varias ocasiones que no habrá tropas americanas sobre el terreno para garantizar la paz en Ucrania. Pero, ¿podría Washington apoyar de otra manera a los Estados europeos, en materia de logística o de inteligencia, por ejemplo?

Macron animó a “esperar lo mejor” de Washington, es decir, un apoyo importante, “pero prepararse para lo peor”, es decir, nada en absoluto. “Estamos en un momento decisivo de la historia en el que debemos prepararnos para un posible escenario, aunque no lo deseemos, que es tener que actuar totalmente solos. “Se llama salir del estado de minoría geopolítica, y es algo bueno para Europa”, añadió con énfasis.

“No podemos decir que si Estados Unidos no se une, entonces no hacemos nada”, aseguró de nuevo. Sus socios de coalición evidentemente no están en la misma línea. “Los principales organizadores de esta coalición han puesto como condición para el éxito de la misión en Ucrania que se incluyan las capacidades americanas”, aseguró a Mediapart a principios de semana el secretario de Estado de Defensa polaco, Paweł Zalewski.

Los europeos están desnudos. No saben qué hacer. Están descubriendo que sin el apoyo americano no tienen libertad de acción

Jean-Paul Perruche, exdirector general del Estado Mayor de la UE

La incógnita sobre el apoyo (o la falta de él) de Washington es, sin duda, una de las razones por las que la “fuerza de seguridad” franco-británica no suscita mucho entusiasmo. “En realidad, diplomáticamente, por ahora estamos un poco atascados”, confesó una fuente diplomática francesa antes de la reunión. “Porque si los americanos no quieren [proporcionar] nada, los ingleses no irán. Si los ingleses no van, nadie irá aparte de nosotros, y no lo haremos solos...”

Un callejón sin salida que podría haberse evitado si los Estados miembros se hubieran preocupado antes de romper con Washington, opina otro conocedor de estas cuestiones. “Los europeos están desnudos. No saben qué hacer. Están descubriendo que sin el apoyo americano no tienen libertad de acción. Nos encontramos ante una pared que existía desde hace mucho tiempo, pero que no queríamos ver”, opina el general francés (ahora retirado) Jean-Paul Perruche, exdirector general del Estado Mayor de la Unión Europea en Bruselas y exjefe de la misión militar francesa ante el Mando Supremo de la OTAN en Europa, el SHAPE.

Con una postura variable en lo que respecta a Estados Unidos, los Estados reunidos en París se han mostrado de acuerdo en cuanto a Rusia: por el momento, no se trata de levantar las sanciones europeas que afectan al país. Moscú había exigido, para participar en un alto el fuego en el Mar Negro, una reducción de estas sanciones. “Hay consenso en que no es el momento”, dijo Keir Starmer.

¿Dos mil millones de euros de ayuda francesa a Ucrania, de verdad?

Varios partidarios de Ucrania aprovecharon esta reunión para anunciar nuevos paquetes de ayuda militar a Kiev. Francia es uno de ellos. Incluso se destacó con una cifra espectacular, dos mil millones de euros adicionales de ayuda militar a Ucrania prometidos por Macron y anunciados en una conferencia de prensa conjunta con Zelensky.

El material militar incluido en este paquete de ayuda francesa es de dos tipos: por un lado, material que el ejército francés ya no necesita y, por otro, material recién fabricado por la industria francesa. Pero al anuncio sobre esos dos mil millones le faltan dos matices importantes.

Primera sutileza: antes de dárselos a los ucranianos, Francia compra esos equipos a la industria francesa “con el préstamo del G7”, precisa el ministerio de Defensa, consultado por Mediapart. Es decir, un préstamo concedido a Ucrania... por los países del G7, entre ellos Francia, y financiado por los intereses de los activos rusos congelados. En otras palabras, Francia no va a echar mano de sus propias finanzas, pero sí va a financiar su industria de defensa, lo que la convierte en ganadora en todos los aspectos.

Segundo matiz importante a la generosa declaración francesa: Francia ya ha demostrado en el pasado que no tiene inconveniente en inflar las cifras de su ayuda militar a Ucrania gracias a un método contable singular. Para evaluar el precio del material retirado de los arsenales del ejército francés para donarlo a Kiev, París ha tomado la costumbre de guardar el precio del material utilizado... para reemplazarlo.

Es como si le regalas a un amigo una bici vieja, comprada por 150 euros hace unos años, te compras una nueva por 600 euros y dices que le acabas de hacer un magnífico regalo por valor de 600 euros.

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Es precisamente este método contable, muy cuestionable, el que se ha utilizado de nuevo para llegar a la impresionante cifra de dos mil millones de euros de nueva ayuda a Ucrania, confirmó el ministerio de Defensa a Mediapart ayer por la tarde.

 

Traducción de Miguel López

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