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Wilders gana: la extrema derecha entrará por primera vez en un gobierno de coalición en Países Bajos

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Ludovic Lamant (Mediapart)

Geert Wilders ha ganado la mitad de su apuesta. Casi seis meses después del triunfo del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (PVV) en las elecciones parlamentarias de noviembre, en Países Bajos está a punto de formarse un nuevo gobierno, con un lugar destacado para ese partido de extrema derecha. 

Wilders, aliado de Marine Le Pen en el Parlamento Europeo, tuvo que renunciar a mediados de marzo a su esperanza de convertirse en jefe del Ejecutivo. Su retirada, bajo la presión de los demás partidos, contribuyó a desbloquear unas negociaciones que habían empezado mal. "Tenemos un acuerdo de gobierno, lo que es una muy buena noticia", declaró encantado Geert Wilders a última hora de la tarde de este miércoles 15 de mayo en La Haya. 

En esta coalición sin precedentes participarán cuatro partidos, tras trece años de gobierno del liberal Mark Rutte. Además del ultraderechista PVV, tendrán que contar con el nuevo partido Nuevo Contrato Social (NSC), fundado por un antiguo democristiano, Pieter Omtzigt, el VVD de Rutte y otra nueva formación en escena, el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) de Caroline van der Plas, formado por el enfado de una parte de los agricultores. 

Sobre el papel, estos partidos llegan a 88 escaños de los 150 del Parlamento. En esta fase, es un acuerdo técnico que aún debe ser validado por los cuatro grupos parlamentarios implicados. Todavía es posible que haya algunos ajustes. 

Pero aunque los equipos negociadores hayan llegado el martes por la noche a un acuerdo sobre los aspectos presupuestarios del próximo mandato, la identidad del próximo Jefe de Gobierno sigue siendo la manzana de la discordia. Su nombre, que debía anunciarse el miércoles por la noche, seguía sin conocerse el jueves por la mañana. 

"Esta ha sido la historia de estas negociaciones desde el principio: cada etapa nos lleva una hora más de lo que imaginábamos", declaró Pieter Omtzigt el miércoles a preguntas de los periodistas sobre las razones de los retrasos en las conversaciones. 

Cuando Wilders aceptó apartarse en marzo, lamentando entonces una elección "antidemocrática", los cuatro partidos acordaron crear un ejecutivo "extraparlamentario". Ninguno de los líderes de los partidos en las elecciones legislativas formará parte del gobierno. Todos seguirán siendo diputados, controlando a distancia a un equipo de tecnócratas, "expertos" y directivos de los partidos. 

En cuanto al fondo, las negociaciones se centraron en dos temas considerados prioritarios: las finanzas públicas y la política migratoria. Geert Wilders, ex liberal que se convirtió en un feroz opositor al Islam a raíz de los atentados del 11-S, y que vive bajo protección policial por haber recibido varias amenazas de muerte, parece haber cedido en algunas de las medidas clave del PVV para que se pueda formar el ejecutivo. 

Ya no se habla de prohibir el Corán o las mezquitas, ni de hacer gratuito el transporte público o suprimir un impuesto sanitario anual. A principios de mayo, la prensa neerlandesa obtuvo fotografías –sea una puesta en escena o no– de documentos confidenciales que llevaba en el brazo uno de los negociadores del PVV, en los que se hablaba de "las medidas de asilo más estrictas de la historia". 

Una señal a un mes de las elecciones europeas

A un mes de las elecciones europeas (en Países Bajos se empezará a votar el 6 de junio, antes que los demás países de la UE), esta solución es un indicador más del acercamiento entre la derecha y la extrema derecha, que podrían unirse en el Parlamento Europeo en la próxima legislatura. 

Países Bajos se une así a otros países, como la Italia de Giorgia Meloni y la Finlandia de Petteri Orpo, donde la derecha y la extrema derecha forman parte del ejecutivo. Los Demócratas de Suecia, otra formación de extrema derecha, forman parte de la mayoría parlamentaria en Estocolmo, pero no están en el ejecutivo. 

Sin embargo, la nueva coalición que se está construyendo en Países Bajos es única. Desde la perspectiva de Bruselas, se trata de una alianza entre el PVV, miembro del grupo europarlamentario Identidad y Democracia (ID), el NSC y el BBB, que quieren unirse al Partido Popular Europeo (PPE), y el VVD, miembro del grupo liberal Renew. 

En el Parlamento Europeo prevalece el cordón sanitario, que sigue aislando por el momento a los partidos miembros del grupo ID. Pero el miércoles por la noche, el Partido Verde Europeo denunció la formación de esta coalición, y la responsabilidad de los liberales de Renew en el asunto: "Renew sigue definiéndose como una alianza de 'liberales' y 'demócratas', pero sus miembros participan en gobiernos junto a la extrema derecha antieuropea y xenófoba", lamentó el eurodiputado holandés Bas Eickhout (GroenLinks). 

Como publicó Mediapart a finales del año pasado, el triunfo de Wilders se inscribe en una larga tendencia de banalización de la extrema derecha en esta monarquía de 18 millones de habitantes. En Países Bajos, el cordón sanitario lleva muchos años roto, al contrario que en la vecina Bélgica. 

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En 2010, Wilders ya aceptó apoyar desde fuera al primer ejecutivo dirigido por Mark Rutte, sin entrar en el Gobierno. Le retiró su apoyo dos años después, por desacuerdos sobre el presupuesto, provocando la caída del primer gobierno Rutte. Ahora muchos se preguntan en La Haya cuánto durará el nuevo ejecutivo, si más o menos de dos años.

 

Traducción de Miguel López

Geert Wilders ha ganado la mitad de su apuesta. Casi seis meses después del triunfo del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (PVV) en las elecciones parlamentarias de noviembre, en Países Bajos está a punto de formarse un nuevo gobierno, con un lugar destacado para ese partido de extrema derecha. 

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