La extensión del regadío en España ha crecido anualmente casi de manera interrumpida en las dos últimas décadas, y seguirá haciéndolo en el futuro. Entre 2002 y 2021 las tierras regables aumentaron un 15,6% en toda España, especialmente en zonas donde precisamente falta el agua, con el objetivo de disparar el beneficio y la producción del olivar y los viñedos, principalmente.
Andalucía es la región que ha liderado esta apuesta por el regadío y ha aumentado su extensión un 33% en estos veinte años, hasta alcanzar los 1,12 millones de hectáreas, casi la mitad del total de tierras agrícolas. Le siguen Extremadura (+36%) y Castilla-La Mancha (+30%). Al contrario, y paradójicamente, regiones muy húmedas como Galicia (-43%), Cantabria (-34%) o País Vasco (-25%) se han deshecho de buena parte de sus regadíos en las últimas décadas.
Alberto Garrido, director del Observatorio del Agua, explica esta situación debido a que las temperaturas más suaves y cálidas debido al cambio climático, unidas a la aportación de agua, hacen que los árboles leñosos y las plantaciones de frutos secos sean mucho más rentables. "En los últimos veinte años hemos pasado de exportar 1.000 millones de euros en vino a 4.000, y ahora producimos más del doble del aceite que consumimos", afirma.
El catedrático de Economía y Política Agraria por la Universidad Politécnica de Madrid se muestra preocupado por la situación del sur de la península, especialmente en Andalucía, donde cree que no es sostenible esa apuesta por el regadío en una zona de sequía recurrente. De hecho, recuerda que según el Plan Hidrológico recientemente aprobado por el Gobierno, aún hay espacio para ampliar las tierras regables en unas 5.000 hectáreas en la cuenca del Guadalquivir.
Este miércoles, Ecologistas en Acción ha pedido al Gobierno congelar la ampliación de los cultivos de regadío debido a la situación actual de sequía y que allí donde las reservas de los pantanos estén 20 puntos porcentuales por debajo de la media de la década se corte el riego por completo: en Andalucía, Aragón, Cantabria y Cataluña. De hecho, el último dato de Transición Ecológica sitúa la media de llenado de los pantanos en el 49,6%, el menor nivel desde 1995 en esta semana del año.
"La ampliación del regadío se ha hecho por rentabilidad económica y con el permiso de los gobiernos autonómicos, pero hace veinte años que ya había un desequilibrio en el uso de agua y solo ha ido a más", opina Santiago Martín, encargado de Agua de la ONG. Los ecologistas también reclaman un plan para reducir poco a poco la superficie regable en el país hasta los 3,2 millones de hectáreas, el tamaño que ocupaban a finales del siglo pasado.
Por su parte, Alberto Garrido entiende que el aumento de los regadíos "choque" a la población tras el mes de abril más seco de la historia, pero pide cautela porque estas decisiones se han tomado a lo largo de muchos años en los que ha habido años secos y húmedos. Y hay comunidades donde las reservas hídricas están ahora en niveles aceptables.
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Los últimos pasos del Gobierno van en dirección contraria a lo pedido por los ecologistas y el reciente Plan Hidrográfico contempla ampliar las tierras regables hasta los 4 millones de hectáreas en España. Además, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ya dejó claro hace dos semanas que no tiene intención de reducir esta superficie ya que aporta el 65% de la producción agrícola con el 23% de la superficie. Es decir, son el motor de la agricultura española. En su lugar, Planas presentó un plan de 2.130 millones que beneficiará principalmente a Andalucía, Aragón y Castilla y León, y que irá dirigido a mejorar la eficiencia del riego para consumir un 10% menos de agua en el sector.
Los datos recopilados por este ministerio en los últimos veinte años recogen que la agricultura española ha avanzado en esta línea, aunque aún queda mucho trabajo por hacer, especialmente en las fincas de pequeños agricultores. En la última década, el sistema de riego que más ha crecido es el localizado, que abarca ya más de 2 millones de hectáreas, el 55% del total de tierras regadas en España. Mientras que la modalidad por gravedad -a través de canales de agua, el que más despilfarra-, ha caído un 10% desde 2011.
Sin embargo, Santiago Martín opina que esta política de eficiencia solo maquilla las estadísticas, pero no resuelve el problema. "El campo se ha hecho más eficiente, pero la superficie total regada ha crecido en paralelo, por lo que estamos igual", apunta.
La extensión del regadío en España ha crecido anualmente casi de manera interrumpida en las dos últimas décadas, y seguirá haciéndolo en el futuro. Entre 2002 y 2021 las tierras regables aumentaron un 15,6% en toda España, especialmente en zonas donde precisamente falta el agua, con el objetivo de disparar el beneficio y la producción del olivar y los viñedos, principalmente.