Las emisiones de efecto invernadero volverán a crecer un año más pese a las advertencias de la ciencia. Se estima que en 2023 se expulsarán en total a la atmósfera 36.800 millones de toneladas de CO₂ (36,8 gigatoneladas) por el uso de combustibles, un 1,1% más que en 2022 y un nuevo récord, según los cálculos de Global Carbon Project, un prestigioso equipo científico internacional. La noticia se ha conocido durante la COP28, la cumbre climática más importante del año, en la que 200 naciones discuten si pactar o no un calendario para reducir y acabar con los combustibles fósiles. La respuesta la da este martes el informe de Global Carbon Project: en 2023 cerecerán las emisiones de petróleo, gas y carbón, y están más vivos que nunca.
El equipo de expertos calcula que a este ritmo el planeta alcanzará en solo siete años un calentamiento estable de 1,5 °C frente a la temperatura que tenía la Tierra en la época preindustrial (1850-1900). Esa cifra se considera como el punto de inflexión a partir del cual los impactos del cambio climático complican drásticamente la vida humana, y se alcanzará mucho antes de lo previsto en el pasado. "Parece inevitable que superemos el objetivo de 1,5 °C del Acuerdo de París, y los líderes reunidos en la COP28 tendrán que acordar rápidos recortes de las emisiones de combustibles fósiles incluso para mantener vivo el objetivo de 2 °C", señala Pierre Friedlingstein, director del estudio e investigador de la Universidad de Exeter, en Reino Unido. Las estimaciones del informe se han hecho con datos tomados entre enero y octubre de 2023, a los que se ha añadido previsiones para los últimos tres meses del año.
El análisis tiene algunas buenas noticias, como que 26 países del mundo reducirán este año su contaminación fósil, como Estados Unidos (-3%) y el bloque de la Unión Europea (-7,4%). Sin embargo, el crecimiento desorbitado de las emisiones de China (+4%) e India (+8,7%) descompensará la balanza. Otro punto positivo es que aunque aumente la polución fósil, las emisiones globales del planeta –las fósiles combinadas con las producidas por el uso de la tierra y la naturaleza– seguirán estancadas, como ocurre desde hace una década, gracias a la reducción de la deforestación. Las emisiones totales de la Tierra en 2023 serán 40,9 gigatoneladas en 2023, según las previsiones, y 90% estarán relacionadas con la quema de combustibles.
El calentamiento de la superficie del planeta se produce por el efecto invernadero de las partículas de carbono y otros gases que se emiten a la atmósfera y que impiden que la radiación solar abandone la Tierra tras rebotar en la superficie. Según ha publicado este martes Global Carbon Project, la concentración atmosférica de CO₂ alcanzará este año las 419,3 partes por millón, un 51% más de la que había en la época preindustrial. Los expertos recuerdan que aproximadamente la mitad del carbono que emiten los humanos es absorbido por sumideros naturales (los bosques y los océanos, principalmente), pero les preocupa que el aumento de la temperatura global reduzca la capacidad de las plantas y el agua para absorber el carbono, lo que aumentaría drásticamente la velocidad del cambio climático.
"Lo más importante es que por ahora no vemos cambios importantes en sumideros naturales. Tenemos miedo de que a futuro sean menos eficientes, y sabemos con certeza que eso cambiará en las próximas décadas", señaló la semana pasada Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project, durante una rueda de prensa ofrecida por Science Media Center.
Por sectores, las emisiones por quema de carbón aumentarán en 2023 un 1,1% y representarán el 41% del total de la contaminación fósil, según las proyecciones. Este combustible está muy denostado y prácticamente desaparecido ya en España, pero aún resiste con fuerza en países en desarrollo y es el principal foco de la contaminación global. Las emisiones del petróleo crecerán también este año un 1,5% y representarán el 32% del total, mientras que las relacionadas con el gas natural crecerán un 0,5% y supondrán el 21% del total. La recuperación total de la movilidad tras la pandemia disparará la contaminación del sector aéreo un 22% en 2023.
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Los autores también desatacan el aumento de las emisiones de CO₂ debido a los megaincendios ocurridos este año, que han expulsado hasta ahora entre 7 y 8 gigatoneladas de carbono a la atmósfera, un 33% más que la media de la última década, ya que los fuegos de Canadá ocurridos este verano no tienen precedentes. En total, la quema de bosques supondrá alrededor del 18% de las emisiones globales del año, solo contando los incendios ocurridos entre enero y octubre.
Sin respuesta de los gobiernos
A raíz de la cumbre del clima que se celebra estos días en Emiratos Árabes, durante estos días se ha concentrado la publicación de informes relacionados con el cambio climático. Este martes también se ha publicado un análisis de la organización Climate Action Tracker, que evalúa los planes nacionales de más de 70 países para reducir sus emisiones de efecto invernadero, y denuncia que en los últimos dos años no ha habido avances sustanciales pese a la urgencia de la situación.
"Las previsiones de calentamiento climático se mantienen casi invariables durante dos años mientras los gobiernos promueven falsas soluciones en lugar de medidas efectivas", desatacan los científicos de este grupo. Según los compromisos para 2030 de los países analizados por Climate Action Tracker, el mundo se calentará 2,5 grados, 0,1 grados más de lo que preveían en 2021. Es decir, que los principales emisores del planeta no han aprobado nuevas leyes ambiciosas desde entonces. "Dos años después de la COP de Glasgow, nuestro informe es prácticamente el mismo. Se podría pensar que los sucesos extremos que se han producido en todo el mundo han desencadenado la adopción de medidas, pero los gobiernos parecen ajenos a la situación", critica Claire Stockwell, directora del informe y académica de la organización Climate Analytics.
Las emisiones de efecto invernadero volverán a crecer un año más pese a las advertencias de la ciencia. Se estima que en 2023 se expulsarán en total a la atmósfera 36.800 millones de toneladas de CO₂ (36,8 gigatoneladas) por el uso de combustibles, un 1,1% más que en 2022 y un nuevo récord, según los cálculos de Global Carbon Project, un prestigioso equipo científico internacional. La noticia se ha conocido durante la COP28, la cumbre climática más importante del año, en la que 200 naciones discuten si pactar o no un calendario para reducir y acabar con los combustibles fósiles. La respuesta la da este martes el informe de Global Carbon Project: en 2023 cerecerán las emisiones de petróleo, gas y carbón, y están más vivos que nunca.