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El Gobierno prolonga el tope al gas para proteger a los hogares si vuelve a subir el precio de la luz en verano

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El llamado tope al gas o mecanismo ibérico permitió a los españoles suavizar la factura de la luz frente a sus países vecinos durante la segunda mitad del año pasado. Pero ahora que el mercado del gas natural se ha calmado, el Gobierno ha prorrogado este mecanismo hasta el 31 de diciembre para evitar sobresaltos de precios en lo que queda de legislatura. La vista está puesta en el verano, la época en la que la Unión Europea suele comprar combustible en grandes cantidades para hacer acopio de cara al invierno. 

Tras más de dos meses de negociación con Bruselas, el Ministerio de Transición Ecológica ha logrado extender la excepción que permite al sistema eléctrico español y portugués subvencionar a las centrales de ciclo combinado –las que funcionan con gas natural– para que oferten su electricidad más barata en el mercado diario. De esta manera, se evita que los consumidores sufran en su recibo los picos en el precio del gas que se dan en el mercado internacional de materias primas. 

El centro de estudios de EsadeEcPol calculó en febrero que entre junio y diciembre del año pasado la factura de la luz fue un 32% más barata para los hogares respecto a lo que habría costado la energía sin este mecanismo. Su estimación es que los clientes con una tarifa regulada (PVPC) se ahorraron 209 euros en esos seis meses. 

"El tope sirvió para abaratar la luz y suavizar la inflación tres décimas, aunque también tuvo efectos indirectos como el aumento del consumo del gas pese al compromiso que teníamos con Bruselas de reducir su consumo", apunta Natalia Collado, una de las autoras del informe de Esade. 

En los últimos meses el precio del gas natural se ha abaratado debido a que Europa ha vivido un invierno con temperaturas suaves y ha quemado mucho menos combustible del esperado. El mercado se ha desinflado tanto que en marzo el tope ibérico no se ha activado, ya que solo funciona si el gas natural que se comercializa en el mercado de la península (llamado Mibgas) supera un determinado precio. En marzo ese umbral se sitúa en los 55 euros por megavatio hora de gas, pero durante este mes ha oscilado entre los 39,48 euros y los 49,08 euros.

Por ello, el Gobierno ha recalcado este martes que su interés por extender la excepción ibérica durante lo que resta de año es escudar a los hogares ante una posible subida repentina de los precios del gas en el futuro. Como se observa en el gráfico, entre julio y septiembre del año pasado este combustible llegó a costar entre tres y seis veces más que ahora, debido a que el hemisferio norte repone durante esos meses sus almacenes para cuando llegue el frío. 

"Si el gas natural se mantiene a los precios actuales, probablemente [el tope] no se active, pero si volviera a subir conseguiríamos mantener la electricidad a un precio razonable", dijo este martes la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, desde Bruselas. 

Como indica Collado, la excepción ibérica también ha traído efectos indeseados como un aumento de la quema de gas para generar electricidad, ya que el subsidio a las centrales de ciclo combinado incentiva su consumo. 

Del mismo, como la luz resultante es más barata que en los países de alrededor gracias a esta excepción, también se produjo en 2022 una exportación masiva de electricidad a Francia, Portugal y Marruecos, impulsada por factores externos como la sequía o el parón nuclear francés. La analista de Esade señala ahí un desequilibrio porque los hogares españoles soportan el coste del mecanismo del que se benefician parcialmente los consumidores de otros países. 

El Gobierno extenderá el tope al gas para abaratar la luz hasta el 31 de diciembre

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Los analistas descartan que este verano se repitan los precios estratosféricos de 2022, pero sí ven factores que podrían elevar el coste del gas natural durante los próximos meses. "La demanda de gas del sector industrial y del sector eléctrico o el posible aumento del consumo de Asia serán factores importantes que determinarán el nivel de precios en el corto plazo", opina Pedro Cantuel, especialista del mercado energético de la consultora Ignis Energía. 

El otro factor clave es que la Unión ha logrado salir del invierno con sus inventarios de gas al 56%, mientras que en los últimos años solían situarse alrededor del 30% en estas fechas, por lo que este punto invita al optimismo. Aunque llenar el resto de los almacenes será mucho más complicado que en el pasado, ya que Rusia ha cortado la mayor parte de las tuberías que conectan con Europa y el abastecimiento tendrá que cubrirse con el gas licuado (GNL) que llegue en barcos metaneros de países como Estados Unidos, Noruega, Argelia o Qatar, más caro que el que llegaba antes por gasoducto. 

Para evitar que el puñado de países que controlan las exportaciones de GNL suban deliberadamente los precios este verano, los 27 países comprarán este año de manera conjunta el 15% del total del gas que necesitan para lograr una rebaja. Además, este martes los ministros de Energía de los 27 países han decidido en Bruselas extender la norma aprobada el verano pasado que pide a los estados reducir un 15% el consumo de gas de manera voluntaria hasta marzo de 2024. Entre agosto del año pasado y enero de 2023, la demanda de este combustible cayó un 19,5%, principalmente por el menor consumo de la industria. 

El llamado tope al gas o mecanismo ibérico permitió a los españoles suavizar la factura de la luz frente a sus países vecinos durante la segunda mitad del año pasado. Pero ahora que el mercado del gas natural se ha calmado, el Gobierno ha prorrogado este mecanismo hasta el 31 de diciembre para evitar sobresaltos de precios en lo que queda de legislatura. La vista está puesta en el verano, la época en la que la Unión Europea suele comprar combustible en grandes cantidades para hacer acopio de cara al invierno. 

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