Las empresas españolas redujeron sus emisiones un 14% en 2023 con Repsol como la más contaminante

La contaminación de las principales compañías españolas cayó con fuerza el año pasado, principalmente por el incremento de la generación de energía renovable. La adquisición de derechos de emisiones por parte de las grandes empresas del país se redujo en un 14% en 2023 frente al año anterior, hasta las 88,7 millones de toneladas equivalentes de CO₂. La rebaja que se produjo principalmente porque se quemó menos gas para producir electricidad en las centrales de ciclo combinado, aunque también disminuyó la huella de carbono en otros sectores, como la siderurgia o el refino. La petrolera Repsol sigue liderando la lista de empresas más contaminantes, mientras que el sector de la aviación, liderado por Iberia, es el que crece más rápido, con una subida interanual del 10% en el uso de derechos de emisión.

Los datos han sido publicados este miércoles por el Observatorio de Sostenibilidad, que analiza las cifras recopiladas por la Comisión Europea, la encargada del comercio de derechos de emisiones, el llamado mercado ETS, por sus siglas en inglés. Según este registro, que se publica anualmente, las diez empresas más contaminantes en España en 2023 fueron Repsol, Endesa, EdP, Naturgy, AcerlorMittal, Iberia, Iberdrola, CEPSA, FCC y Holcim. El principal cambio en este top frente al año anterior es la entrada de Iberia y su escalada hasta el sexto puesto, tras incrementar sus emisiones ETS un 10,8% en comparación con 2022. En el otro extremo está Naturgy, que consumió un 33,9% menos de derechos de emisiones. Salvo Iberia, todas las compañías del top 10 redujeron su contaminación.

"Los datos son una buena noticia porque demuestran que casi todos los sectores se están descarbonizando, aunque me preocupa la aviación", afirma Fernando Prieto, coordinador del Observatorio de Sostenibilidad. "Dentro de la energía vemos que las eléctricas también están trabajando en ello, pero las refinerías están prácticamente igual que hace 15 años", añade.

La caída de las emisiones se explica principalmente por el aumento de la generación de energía renovable. El año pasado, el 50,3% de la electricidad producida en España fue solar, eólica o hidráulica, frente al 42,2% de 2022, de manera que se quemó menos gas natural y carbón para generar luz, y eso redujo a un mínimo histórico la contaminación del sector eléctrico. Esto explica la fuerte reducción de las emisiones ETS en las eléctricas Naturgy (-33,9%), EdP (-31,2%) e Iberdrola (-11,4%). Pero no solo el sector energético redujo su impacto ambiental. De las 20 empresas más contaminantes del país, 15 redujeron sus emisiones el año pasado, y la mayoría son industriales. Esto se explica porque la electricidad y el gas tuvieron un precio relativamente alto el año pasado, y muchos fabricantes redujeron su producción para evitar la inflación.

Al igual que en España, en toda la Unión Europea se produjo el año pasado un desplome del uso de derechos de emisión. Las emisiones totales de CO₂ emitidas dentro del sistema ETS cayeron un 16% en los 27 países, el mayor desplome desde la creación del mecanismo en 2005, y fue liderada por el sector energético, donde las emisiones se hundieron un 24% por la menor generación con gas y carbón. El mercado de derechos de emisiones ya anticipaba hace meses que las emisiones caerían en el continente, ya que el precio de los ETS lleva en caída libre desde primavera de 2023. Entonces, el derecho para emitir una tonelada de CO2 superó los 100 euros, y ahora cotiza a algo más de 60 euros.

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Hay que destacar que los derechos de emisión de la Comisión Europea solo abarcan el 32% de la huella de carbono total en España, puesto que algunos sectores económicos como la ganadería, la agricultura o el transporte por carretera no están sujetos a ellos. Además, las empresas que sí están sometidos a este sistema, como las eléctricas, la industria o las aerolíneas, solo consumen derechos ETS por su contaminación directa a la atmósfera —las llamadas emisiones de alcance 1—, pero el mecanismo no tiene en cuenta las emisiones derivadas de su actividad —alcance 2 y 3—, como las generadas por los desplazamientos de los empleados. Un ejemplo claro es el de las compañías petroleras, que no pagan derechos por el combustible que luego se quema en los vehículos de sus clientes.

El mercado ETS se creó hace casi dos décadas para desincentivar la emisión de gases de efecto invernadero y que las empresas europeas paguen por sus daños al medioambiente. Para ello, cada año se emiten una cantidad máxima de derechos para emitir CO₂, una parte se asignan de manera gratuita y otra se subasta, de manera que las grandes empresas que contaminen tienen que hacerse con ellos para poder operar. Los derechos gratuitos disponibles se reducen cada año, y se entregan a aquellos que invierten en reducir su huella de carbono.

Los datos publicados ahora por la Comisión Europea evidencian que las empresas acogidas al mercado ETS han reducido mucho más las emisiones que el conjunto de la economía española. Según cálculos del Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA), la contaminación total del país se redujo el año pasado un 7,8% hasta las 271,2 millones de toneladas equivalentes de CO₂.

La contaminación de las principales compañías españolas cayó con fuerza el año pasado, principalmente por el incremento de la generación de energía renovable. La adquisición de derechos de emisiones por parte de las grandes empresas del país se redujo en un 14% en 2023 frente al año anterior, hasta las 88,7 millones de toneladas equivalentes de CO₂. La rebaja que se produjo principalmente porque se quemó menos gas para producir electricidad en las centrales de ciclo combinado, aunque también disminuyó la huella de carbono en otros sectores, como la siderurgia o el refino. La petrolera Repsol sigue liderando la lista de empresas más contaminantes, mientras que el sector de la aviación, liderado por Iberia, es el que crece más rápido, con una subida interanual del 10% en el uso de derechos de emisión.

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