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Por qué Iberdrola rebaja un 28% la factura de la luz en Portugal y no hace lo mismo en España

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El encarecimiento de los costes regulados de la factura de la luz en Portugal ha obligado a las grandes eléctricas a mover ficha. El próximo 1 de julio el regulador del mercado energético de este país, llamado ERSE, subirá drásticamente los cargos y peajes del recibo por un error en las previsiones de precios que hicieron los funcionarios el pasado invierno para 2023. Algunas de las grandes compañías han aprovechado la situación para abaratar el coste de la electricidad –la parte de la factura que les compete– y ampliar así su cuota de mercado a lo largo del verano, entre ellas Iberdrola

La primera en anunciar el descuento fue Energias de Portugal (EDP), la mayor eléctrica de Portugal, que reducirá un 21% el coste de la electricidad y también rebajará el coste de la potencia contratada a los hogares que actualicen su contrato a partir de julio o que se den de alta después de esa fecha. Después llegó Galp, que descontará un 10% en sus tarifas de gas y electricidad. Por último, Iberdrola anunció el 16 de junio que reducirá de media un 28% el coste de la luz a sus clientes a partir de julio y garantiza que será un 10% más barata que la electricidad que se vende en el mercado regulado.

La bajada de precios de las compañías apenas se notará en el bolsillo de los hogares, ya que el encarecimiento de los peajes se comerá toda la bajada y algunas familias incluso pagarán más que el mes pasado pese a la rebaja anunciada por las tres compañías. El periódico portugués Expresso ha calculado que la rebaja que hará EDP –que tiene casi un 70% de cuota de mercado en Portugal– será de unos 4 céntimos por kilovatio hora consumido. Pero como las tarifas de acceso subirán más de 8 céntimos, a partir de julio el cliente final deberá pagar por la electricidad consumida unos 4 céntimos más por kilovatio hora de lo que paga hoy.

España y Portugal comparten el Mercado Ibérico de Electricidad (Mibel) y el precio que ofertan cada día las compañías por poner su electricidad a la venta es prácticamente el mismo en los dos países. Sin embargo, los descuentos no cruzarán la frontera. Iberdrola, la mayor eléctrica de España y suministradora de energía a 9,7 millones de hogares, no ha anunciado una oferta similar en España. Tampoco ha contestado a preguntas de infoLibre sobre por qué aplica la rebaja o si la exportará a este país. EDP y Galp, por su parte, no venden electricidad ni gas natural a hogares en España. 

Las compañías argumentan que han decidido abaratar las facturas para apoyar a las familias ante la subida de los costes regulados de la factura, una decisión que tomó ERSE el 28 de abril y que ratificó la semana pasada con un encarecimiento aún mayor de lo anunciado en un primer momento. En concreto, se ha comunicado una subida en julio de más de ocho céntimos por kilovatio hora de la llamada Tarifa de Acceso a Redes (TAR), un componente de la factura fijado por el Gobierno portugués para sufragar los costes del transporte y la distribución de la electricidad, lo que en España se conoce como los peajes de la red. Esta TAR también incluye buena parte de los llamados Costes de Interés Económico General (CIEG), que suponen alrededor del 60% de este componente, que son los costes de las políticas energéticas y las medidas relacionadas con el sistema eléctrico, como las inversiones para impulsar la transición energética, los conocidos en España como cargos del sistema.

"Una parte importante de los CIEG es el coste de las primas a las energías renovables (principalmente la eólica), establecidas antes de la crisis financiera de 2008-2009 y que todavía hoy son excesivas", explica Miguel Macias Sequeira, investigador de Energía y Clima de la Escuela NOVA de Lisboa. 

Las instalaciones de energía renovable de Portugal tienen garantizados unos ingresos mínimos por megavatio que venden para asegurar la rentabilidad del proyecto. Como relata el experto, hasta 2021 el precio de la electricidad en el mercado ibérico era inferior a la tarifa mínima acordada y los consumidores cubrían la diferencia con un sobrecoste en el recibo. Sin embargo, en 2022 el precio de la luz se disparó en la península y superó ampliamente la retribución asegurada. "Este cambio produjo excedente (la diferencia entre los altos precios del mercado y la prima) que revirtió en el sistema eléctrico. De este modo, la CIEG se convirtió en una fuente de ingresos para el sistema eléctrico en lugar de un coste adicional", explica. 

La situación permitió al regulador portugués establecer una TAR de 2022 negativa que sirvió para abaratar la factura de los hogares, en lugar de encarecerla, y la de 2023 estaba previsto que siguiese el mismo camino porque se esperaba que los precios de la luz se mantuviesen por las nubes. Como los costes regulados se fijan en enero para el resto del año, el ERSE fijó una TAR para 2023 de -0,0958 euros por kilovatio hora, pero como la electricidad se ha terminado abaratando drásticamente desde el pasado invierno, el regulador portugués ha tenido que dar marcha atrás para evitar un déficit millonario del sistema eléctrico. A partir del próximo 1 de julio, el coste de los peajes será de -0,0121 euros por kilovatio hora, más de ocho céntimos más caros, una diferencia considerable en la factura. 

Para contrarrestar esta subida de los costes regulados, tres de las mayores eléctricas de Europa rebajarán drásticamente el precio al que comercializan la luz, una decisión que sirve según las empresas para echar una mano a los hogares. "Con el objetivo de mitigar el impacto de las tarifas de acceso a la red, en un contexto de incremento generalizado del coste de la vida, hemos tomado la decisión de reducir el precio de la energía y contribuir así a una mayor estabilidad con nuestros clientes", señaló Rui Afonso, director general de Iberdrola en Portugal, en un comunicado que publicó la compañía el viernes. 

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La decisión también puede ser interpretada como un movimiento de las grandes compañías para incrementar su cuota de mercado en un momento convulso. "Me parece fantástico que reduzcan precios, pero desde luego es curioso que lo hagan ahora y las empresas tres a la vez", opina un analista del mercado eléctrico español. "En este sector el precio de venta lo define el mercado porque no puedes vender por debajo de coste, por lo que entiendo que estaban ganando tanto que se lo pueden permitir", añade. 

Miguel Macias opina que esta rebaja podía haber llegado mucho antes si así lo hubieran querido las compañías, ya que subieron rápidamente sus precios cuando el gas se encareció el año pasado, pero este año no han trasladado las rebajas con la misma velocidad. "Aunque los precios de la luz en el mercado ibérico caen desde el invierno, la mayoría de las empresas no han reflejado plenamente esta reducción en sus precios finales a los consumidores. Las empresas energéticas tenían margen más que suficiente para anunciar reducciones de sus precios a los consumidores, incluso con un aumento de la TAR, que probablemente ya esperaban", resume. 

La bajada de precios de las compañías apenas se notará en el bolsillo de los hogares, ya que el encarecimiento de los peajes se comerá toda la bajada y algunas familias incluso pagarán más que el mes pasado pese a la rebaja anunciada por las tres compañías. El periódico portugués Expresso ha calculado que la rebaja que hará EDP –que tiene casi un 70% de cuota de mercado en Portugal– será de unos 4 céntimos por kilovatio hora consumido. Pero como las tarifas de acceso subirán más de 8 céntimos, a partir de julio el cliente final deberá pagar por la electricidad consumida unos 4 céntimos más por kilovatio hora de lo que paga hoy.

El encarecimiento de los costes regulados de la factura de la luz en Portugal ha obligado a las grandes eléctricas a mover ficha. El próximo 1 de julio el regulador del mercado energético de este país, llamado ERSE, subirá drásticamente los cargos y peajes del recibo por un error en las previsiones de precios que hicieron los funcionarios el pasado invierno para 2023. Algunas de las grandes compañías han aprovechado la situación para abaratar el coste de la electricidad –la parte de la factura que les compete– y ampliar así su cuota de mercado a lo largo del verano, entre ellas Iberdrola

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