El sector eléctrico alcanzó un pico de emisiones en 2022 pero a partir de ahora descenderá cada año

La crisis energética derivada de la guerra de Ucrania provocó el año pasado un incremento de la quema de carbón en el planeta y las emisiones del sector eléctrico alcanzaron un máximo histórico de 12.431 millones de toneladas de CO₂. La mala noticia contrasta con que todo apunta a que ese pico de contaminación no volverá a superarse y que poco a poco la generación de luz será más limpia año a año, según un informe publicado este miércoles por la consultora Ember. De cumplirse, se trataría de un hito clave, ya que este sector es de lejos el más contaminante, seguido de la industria y el transporte.

"El escenario está preparado para que la eólica y la solar crezcan al máximo. Esto debería impulsar los llamamientos a acabar progresivamente con los combustibles fósiles de cara a la COP28 que se celebrará en 2023. El cambio se acerca rápidamente", destaca Małgorzata Wiatros-Motyka, el investigador de Ember que ha liderado el estudio en el que se tienen en cuenta los datos de 78 países, que representan el 93% de la demanda mundial de electricidad.

Diferentes análisis apuntan a que esta década será el punto de inflexión de la emisión de gases de efecto invernadero, pero en esta ocasión se calcula que el pico ya se ha sobrepasado en la industria de generación eléctrica, donde las centrales térmicas de carbón y los ciclos combinados de gas natural expulsan cada año millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera. 

No obstante, el transporte y la industria están aún lejos de alcanzar esta cumbre y el panel de expertos de la ONU (IPCC) no cree que las emisiones globales toquen un máximo hasta la segunda mitad de esta década. Rystad, otra prestigiosa firma de análisis, cree que en 2025 se alcanzará un pico de las emisiones provocadas por la actividad económica. 

La clave para haber alcanzado el techo en las emisiones en el sector eléctrico es que la instalación de paneles solares y molinos de viento aumenta anualmente a gran velocidad, lo que permitirá a las renovables absorber la mayor demanda de energía que tendrá el mundo en 2023. El FMI calcula que la economía global crecerá este año un 2,5%, y los analistas de Ember creen que el consumo de electricidad crecerá igualmente un 2,5%. Al mismo tiempo, la estiman que la generación de luz solar y eólica aumentará en 2023 un 19%, algo más de lo que prevé la Agencia Internacional de la Energía (+16%) y mucho menos que Bloomberg NEF (+28%). Ese crecimiento de la electricidad verde, unido a la recuperación de la hidráulica y la nuclear, y la pequeña caída de la quema de combustibles fósiles (-0,3%) que se espera este año, permitirá emitir menos CO₂ que en 2022. 

"China está a punto de cubrir todo el crecimiento de su demanda con energía limpia, lo que significa que el pico de uso de carbón y el tope de emisiones no quedan lejos. Además, el carbón está a punto de caer en la UE y EE UU, lo que ayudará a la situación mundial", opina Wiatros-Motyka. 

El informe recuerda que no es la primera vez que se produce una caída de la contaminación del sector eléctrico, ya que en 2009, 2015, 2019 y 2020 hubo otros picos de emisiones porque caía el consumo de luz de un año a otro por recesiones económicas. Pero "2023 sería la primera vez que esto ocurre de manera estructural y duradera", dicen los autores. 

Tocar la cima no significa, sin embargo, que el mundo se encamine hacia una reducción drástica de las emisiones, sino que la caída anual de la contaminación del sector eléctrico será lenta. "Aún no se ha determinado con qué rapidez disminuirán las emisiones del sector eléctrico. Todo depende de las medidas que tomen los gobiernos, las empresas y los ciudadanos para encaminar al mundo hacia una energía limpia en 2040", opina el coordinador del estudio. 

De hecho, lo más probable es que caigan a un ritmo mucho menor de lo necesario, ya que la Agencia Internacional de la Energía (IEA) estima que hasta 2030 las emisiones de esta industria deberían reducirse cada año un 7,6% para alcanzar las cero emisiones en 2050.

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Los analistas de Ember también destacan en su informe una paradoja que provocó en 2022 que las emisiones del sector eléctrico alcanzasen un máximo histórico, pese a que nunca antes se había generado tanta energía limpia. La generación solar creció el año pasado un 24% en el mundo y la eólica un 17%, lo que permitió que cada kilovatio de luz producido emitiese de media 436 gramos de CO₂, un mínimo histórico. El problema es que el consumo de electricidad creció más rápidamente que la instalación de renovables, lo que causó un máximo histórico de las emisiones, un desbalance que debería compensarse en 2023, cuando las renovables crecerán más rápido que la demanda, según el estudio.

Los autores también aprovechan para recordar a Europa que no puede olvidar su papel histórico como promotor global de las energías vedes, ya que ha perdido fuerza en los últimos años en la instalación de energía eólica. Mientras tanto, Asia avanza muy rápido: China, Japón e India son ya tres de los cinco mayores productores de solar y eólica en términos absolutos. En términos relativos, Oceanía ya ha adelantado a Europa, y Norte América se acerca.

"La UE empezó pronto la carrera hacia las energías renovables, pero, a medida que el mundo se acelera, no puede permitirse la autocomplacencia. En particular, deben eliminarse las barreras que impiden el rápido despliegue de la energía eólica terrestre", sentencia el informe.

La crisis energética derivada de la guerra de Ucrania provocó el año pasado un incremento de la quema de carbón en el planeta y las emisiones del sector eléctrico alcanzaron un máximo histórico de 12.431 millones de toneladas de CO₂. La mala noticia contrasta con que todo apunta a que ese pico de contaminación no volverá a superarse y que poco a poco la generación de luz será más limpia año a año, según un informe publicado este miércoles por la consultora Ember. De cumplirse, se trataría de un hito clave, ya que este sector es de lejos el más contaminante, seguido de la industria y el transporte.

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