¿Nos gusta Vicente Vallés o 'Pasapalabra'? Así funciona el efecto arrastre en los informativos de televisión

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Ana Blanco, Pedro Piqueras, o Vicente Vallés llevan años presentando informativos en La 1, Telecinco, y Antena 3. Los tres mantienen su propio estilo y muy similares contenidos en cada temporada. Los tres han sido líderes de audiencia en distintos momentos de la última década, pero los espectadores se han trasladado de una a otra cadena, trastocando el orden de manera radical. Quizás cada individuo tenga sus razones para elegir una u otra opción, pero para los directivos y programadores las singularidades no cuentan; ellos están centrados en el público global, y hace mucho tiempo descubrieron un concepto muy eficiente –incluso, decisivo–, al que genéricamente denominan efecto arrastre. Se trata de situar, inmediatamente antes de los informativos principales, programas que seduzcan a una gran masa de espectadores, buena parte de los cuales, por pura inercia, se mantendrán en al menos los primeros minutos del noticiario.

El caso más llamativo, y perfectamente documentado, se produjo hace poco más de dos años con el concurso Pasapalabra, que emitía Telecinco, y que amparó el liderazgo durante ocho temporadas al informativo de Pedro Piqueras, al punto de retrasar el tradicional horario de las nueve en punto de la noche entre cinco y diez minutos, mientras se emitía "el rosco", momento seguido masivamente por los espectadores, que coincidía con los arranques del resto de los noticiarios, de modo que sus seguidores se veían obligados a seguir en el canal si querían conocer los principales titulares informativos de la jornada. En 2019 Atresmedia compra los derechos del concurso y el 1 de octubre, tras un largo pleito, el Tribunal Supremo obliga a Telecinco a dejar de emitir el espacio. Ese día, aún con Pasapalabra, Piqueras obtiene un 17,7 de cuota de pantalla; al siguiente, ya sin el concurso, baja 14,5, lo que supone 570.000 espectadores menos.

A pesar de la brusca bajada, Piqueras se mantiene durante los siguientes meses por delante de Antena 3, pero la distancia se va acortando hacia el empate técnico -esto es, una diferencia entre ambas por debajo de las 40.000 personas- hasta que, a mitad de mayo, esta cadena estrena Pasapalabra e inicia una escalada ininterrumpida. En los primeros días Telecinco oferta antes del espacio de Piqueras Sálvame Tomate, una variante, solo en el título, del programa de cotilleo que ocupa toda la tarde; por su parte, Antena 3 emite su telenovela y, a partir de las seis de la tarde, se consagra a los concursos, ¡Ahora Caigo!, ¡Boom! y Pasapalabra. Al terminar la semana el concurso ha cosechado una media de 1.957.250 espectadores y un 17.4% de share.

Los datos no han causado grandes problemas a Sálvame Tomate, su competidor de franja, que ha mantenido su liderazgo con una media de 2.028.250 espectadores y un 18.8% de cuota. Sin embargo, Antena 3 Noticias ha incrementado en 2.6 puntos su cuota de pantalla con respecto a la semana pasada, del 13.97% al 16.57% y ha sumado una media de 2.265.500 espectadores desde el lunes hasta este jueves. Unos datos que repercuten directamente a Informativos Telecinco y a Pedro Piqueras, que han tenido un efecto inverso, ya que ha reducido en ocho décimas su cuota de pantalla, del 16.87% de media al 16.05% de estos primeros cuatro días de la semana. En espectadores, la presente ha acumulado una media de 2.207.250 espectadores.

Ya en agosto de este 2020, el informativo de Vallés adelanta al de Piqueras de una manera, hasta hoy, definitiva. En la nueva temporada Telecinco introduce frente a Pasapalabra el concurso El precio justo, pero no consigue hacer sombra al duro competidor, y aumenta la distancia entre los respectivos noticiarios que al, cumplirse un año de la llegada del espacio de Roberto Leal a Antena 3, es ya de siete puntos a favor del presentado por Vicente Vallés y Ester Vaquero. Un nuevo intento de competir lleva a la cadena de Mediaset a eliminar el espacio de Sobera, y situar en su lugar al magazine Ya son los ocho, con Sonsoles Ónega, pero no consigue el objetivo.

El tipo de público

El efecto arrastre se observa de manera diáfana aquí, pero a pesar de su primacía no es el único elemento que manejan las distintas cadenas, ya que entra en juego, en segundo lugar el retrato del espectador medio de cada programa, y su cercanía, o no, a los informativos; en este sentido, el público de los concursos suele clasificarse como transversal, ya que interesan, en una u otra medida, a casi todas las edades y status social y económico, mientras que los programas de cotilleo y tele realidad ofrecen un perfil más sectorial entre hombres y mujeres, edades, y status.

Otro componente nada despreciable es la imagen que tiene el público de la programación general de cada cadena. Eso lastra extraordinariamente a La 1, ya que tanto las mañanas como las tardes no consiguen asentarse en cuotas de pantalla competitivas, con la excepción en los últimos tiempos de "Aquí la Tierra", único espacio que supera el 10 por ciento. Las diferencias entre las dos cadenas comerciales son similares en los informativos de las tres de la tarde. Sandra Golpe en Antena 3 lleva varios años como líder indiscutida, a rebufo del concurso La ruleta de la suerte, y marca medias cercanas al 21 por ciento, cinco puntos y medio por encima de Telecinco.

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Los datos de audiencia del recién terminado enero ofrecen un retrato fiel de la situación de los informativos en las tres televisiones principales que coinciden en horario: la lista está encabezada por Antena 3 con un 19,3 y casi dos millones y medio de espectadores; a continuación se sitúa Telecinco con un 13,6 y setecientos mil personas menos, y La 1 con un 10,7 y menos del millón y medio de seguidores. Curiosamente, las diferencias se acortan los fines de semana, al punto que en los informativos de las nueve de la noche se estrechan con Antena 3 en el 13,8, Telecinco con 12,4, y La 1 con el 11,1. La razón de este último dato está en que sábado y domingo no se emite Pasapalabra e incluso La ruleta de la suerte descansa el domingo.

En el periodo de más de dos años, hasta ahora analizado, TVE se sitúa como permanente tercera en discordia, muy alejada de las cadenas principales de Atresmedia y Mediaset, y ello a pesar de superar sus informativos a la media de la cadena en casi tres puntos. Lo cierto es que los sucesivos cambios de programación, tanto en las mañanas como en las tardes lastran los telediarios de manera insalvable. Este hecho se revela de manera contundente a las tres de la tarde, cuando Ana Blanco hereda el exiguo porcentaje, de alrededor del cinco por ciento, que obtiene su predecesor Corazón; que a pesar de ello el TD1 haya superado el diez por ciento en enero da idea de que mantiene un suelo bastante firme.

En menor medida, el arrastre perjudica mucho menos al TD2, ya que el "Aquí la tierra", que le precede sigue un lento pero firme ascenso hacia la cuota del diez por ciento, que permite a Carlos Franganillo mantener una cierta estabilidad. Con todo lo escrito hasta aquí, el ejemplo determinante de la importancia del efecto arrastre para los informativos se revela de manera esclarecedora con los datos de los noticiarios de noche de los domingos, como antes se apuntaba. Las tardes de esa jornada están dedicadas en Antena 3 y La 1 al cine, mientras Telecinco emite el magazine "Viva la vida"; esto es, espacios que se apartan de la programación diaria, y que se materializan en un estrechamiento sustantivo de las diferencias entre cadenas: Antena 3, 13,8; Telecinco, 12,4; La 1, 11,1. La máxima distancia no llega a los tres puntos de cuota de pantalla, lo que permite calibrar hasta qué punto es decisivo el efecto arrastre. 

Ana Blanco, Pedro Piqueras, o Vicente Vallés llevan años presentando informativos en La 1, Telecinco, y Antena 3. Los tres mantienen su propio estilo y muy similares contenidos en cada temporada. Los tres han sido líderes de audiencia en distintos momentos de la última década, pero los espectadores se han trasladado de una a otra cadena, trastocando el orden de manera radical. Quizás cada individuo tenga sus razones para elegir una u otra opción, pero para los directivos y programadores las singularidades no cuentan; ellos están centrados en el público global, y hace mucho tiempo descubrieron un concepto muy eficiente –incluso, decisivo–, al que genéricamente denominan efecto arrastre. Se trata de situar, inmediatamente antes de los informativos principales, programas que seduzcan a una gran masa de espectadores, buena parte de los cuales, por pura inercia, se mantendrán en al menos los primeros minutos del noticiario.

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