El presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, pretende trasplantar a TVE el modelo de Telemadrid, una empresa que durante sus años como máximo responsable (2011-2014) redujo la audiencia por debajo del 5%, despeñó la credibilidad de sus Informativos y privatizó el funcionamiento del canal. Ese es el temor de los sindicatos y de muchos profesionales de la televisión pública estatal, a la vista de las decisiones ya tomadas y los planes previstos por Sánchez para el futuro inmediato.
En concreto, está previsto el desembarco de directivos, presentadores, programas y empresarios "de confianza" de Sánchez. Nombres como los de Ángel Martín Vizcaíno, Fernando Cepeda, Ernesto Sáenz de Buruaga, José Luis Garci, Fernando Sánchez Dragó o Enrique Cerezo y programas como Madrid Opina o Cine en blanco y negro pueden convertirse en los próximos protagonistas de TVE, donde se unirán a los fichajes ya realizados desde que el PP llegó al poder: Julio Somoano, José Gilgado, Ignacio García Mostazo, Jota Abril o Jacob Petrus. Si todo sale según sus planes, Sánchez habrá logrado en pocos meses trasplantar a TVE su modelo de Telemadrid.
El actual presidente de RTVE tiene un pasado profesional como corresponsal político en ABC (incluidos trabajos pagados por el PP, tal y como aparece en los papeles de BárcenasBárcenas) y tertuliano; como gestor, aparece en la liquidación del grupo de emisoras encabezadas por Radio España y en el organigrama de dirección de Telefónica. Dentro de televisión, ocupó la dirección general de RTVE en la última época del Gobierno de Aznar, con hitos de manipulación informativa tan relevantes como el Prestige, la participación española en la guerra de Iraq, la autoría del 11-M o la condena judicial por el comportamiento de los telediarios durante la huelga general, incluido la esperpéntica rectificación de Urdaci con el famoso "Ce, Ce, O, O". Tras el citado paréntesis en Teléfonica, Sánchez vuelve a los medios de comunicación como director general de Telemadrid, un medio que bajo su mandato profundizará el descalabro financiero, la pérdida de audiencia y el descrédito informativo. Vivirá, además, un profundo enfrentamiento entre los trabajadores de plantilla (apoyados por sus órganos de representación) y la dirección, que se salda con el despido –declarado "improcedente" por la Justicia– de tres de cada cuatro empleados.
Cuando en otoño de 2014 accede a la presidencia de RTVE, Sánchez nombra para Informativos a José Antonio Gundín, un periodista procedente de La Razón, y aparca a Julio Somoano en un espacio de madrugada; ratifica a José Gilgado como responsable de la información diaria; y recupera de la etapa de Urdaci a Carmen Sastre como directora de Contenidos. A continuación se produce la sustitución de mandos intermedios que hubieran tenido alguna relevancia en los años de Fran Llorente e incluso se contratan redactores "de confianza" procedentes en parte de Intereconomía.
Culminados –a pesar de las múltiples protestas– los cambios en Informativos, fichando para programas a personajes como José Luis Moreno y Bertín Osborne, Sánchez intenta la contratación de Ernesto Sáenz de Buruaga para revivir en TVE el Madrid Opina que el periodista había realizado en Telemadrid. El no nato España Opina pretende ser realizado por una productora externa, circunstancia expresamente prohibida en la normativa para programas informativos, lo que provoca el rechazo del Consejo de Administración, donde un grupo de consejeros del PP temen las consecuencias de saltarse ese requisito. Con todo, Sánchez no renuncia a su propósito, como pone en evidencia al afirmar en el Congreso que "donde se dijo Diego, se puede decir lo contrario".
Mientras, se encarga a José Luis Garci un espacio de cine y conversación para la segunda cadena, a semejanza del ya añejo Qué grande es el cine, que tuvo desarrollo a finales de los noventa y que continuó –con escaso éxito– en Telemadrid con Cine en blanco y negro y Querer de cine. Para el formato cuenta con el crítico y escritor Diego Galán y la periodista de RNE Yolanda Flores. Películas para el programa no van a faltar: según fuentes internas de TVE se contaría con dos grandes paquetes de cine español propiedad, respectivamente, de José Frade y de Enrique Cerezo, con quienes se última la compra de derechos. Y ello a pesar del precedente ocurrido bajo el mandato de López-Amor, cuando el consejo de administración de aquel entonces solicitó una auditoría sobre la compra de películas "de dudosa calidad" a ambos por valor de casi cinco mil millones de pesetas (30 millones de euros).
En esta ocasión, al Consejo llegó un adelanto del proyecto por boca del presidente de la corporación: "A principios de año –cuentan a infoLibre–Sánchez nos habló de la idea de emitir un programa que recopilara la historia del cine español y comentó que ya se habían producido contactos con Diego Galán; así presentado, nadie puso inconveniente". A estos nombres hay que sumar, aún en tono menor, la confirmada presencia de Norma Duval como tertuliana con Inés Ballester en Amigas y conocidas.
La dirección de TVE, en el punto de mira
Con los Informativos controlados, los planes para programas mantienen aún el obstáculo de la dirección de TVE en manos de José Ramón Díez. Nombrado por Leopoldo González Echenique, es un profesional de larga trayectoria, volcada en buena parte hacia los espacios deportivos y que ocupa ese puesto por segunda vez. El pasado marzo fue destituido Ignacio Gómez Acebo, que ocupaba desde la llegada de Díez la dirección de Planificación Estratégica de Programación y Producción de la televisión pública. Formalmente, la decisión parte del propio director de TVE, explicación poco verosímil cuando ambos habían coincidido profesionalmente durante décadas y había sido él quien le había recuperado para ese puesto de auténtico número dos en TVE.
En los últimos días se han producido varios cambios más en el organigrama de dirección: primero cesó como directora de Recursos Humanos a María José Bultó, persona de confianza del director general corporativo, Enrique Alejo, verdadero gerente económico de la empresa, a la que fue destinado desde el ministerio de Cristóbal Montoro. Bultó pasa al puesto de directora de Estrategia e Imagen, lo que provoca la renuncia del director de Imagen de Emisión, Jaime Garrido, con lo que a José Ramón Díez solo le queda de su equipo original Francisco Díaz Ujados, que ocupa la dirección de Contenidos y Antena.
El pasado lunes, El Confidencial Digital afirmó que Díez será sustituido tras las elecciones municipales y autonómicas por Ángel Martín Vizcaíno, actual director general de Telemadrid. Aunque no identifica las fuentes, este periódico asegura que "el cambio cuenta con el visto bueno de Moncloa". La información es recogida y ampliada por otros medios como El Plural que, citando también fuentes anónimas, maneja la posibilidad de que traiga aparejado el traslado a la dirección de Recursos Humanos de Fernando Cepeda, que ocupa actualmente idéntico cargo en Telemadrid.
Tal y como afirma a infoLibre el colectivo Salvemos Telemadrid, Sánchez, Martín Vizcaino y Cepeda "han sido el equipo encargado por Esperanza Aguirre e Ignacio González de eliminar las voces críticas que denunciábamos la manipulación informativa y el derroche económico. Ellos fueron los ejecutores del ERE que despidió a 861 trabajadores y contrató a empresas dependientes de Telefónica para ocupar el área técnica y a productoras de Enrique Cerezo para realizar diversos programas". Para este colectivo, así como para el comité de empresa, "el resultado ha sido nefasto: los gastos son prácticamente los mismos, los Informativos han perdido la poca credibilidad que les quedaba y estamos a la cola de audiencia de las televisiones autonómicas con un 3,9% en el pasado mes de marzo". "Lo peor de todo –añaden– es que Telemadrid es ignorada, cuando no denostada, por los madrileños". Un miembro del actual comité de empresa de la autonómica comentaba a infoLibre: "Hemos sido una especie de banco de pruebas para hacer de un medio público un instrumento de propaganda y una fuente de negocios para empresas cercanas al PP. En Telemadrid lo han experimentado y ahora trasladan el modelo a RTVE. Ese es el objetivo, sin que importe demasiado la pérdida de audiencia y credibilidad".
La posible destitución de José Ramón Diéz
Fuentes sindicales y profesionales de TVE, que confirman a este diario la certeza del cese de José Ramón Díez a corto plazo, explican que el todavía director, nombrado por el anterior presidente de la Corporación, ha mostrado escaso entusiasmo con los fichajes decididos por Sánchez, tal y como puso de manifiesto al afirmar que "no le había gustado el programa de José Luis Moreno" o al no participar en la contratación –hasta ahora en suspenso– de Ernesto Sáenz de Buruaga. Sobre todo, y al margen de nombres concretos, las mismas fuentes afirman que "ha habido frecuentes confrontaciones entre Informativos y Programas, en las que Sánchez siempre se ha mostrado al lado de Gundín y ha primado las consideraciones políticas, frente a las profesionales, defendidas por Díez".
En las próximas semanas, y apartado el director de TVE, José Antonio Sánchez podrá concluir la transformación de TVE en un remedo de su etapa en Telemadrid. Al actual presidente de la Corporación no le preocupa en exceso la posibilidad de un cambio político tras las elecciones generales. Él hace planes a medio y largo plazo, consciente de que será muy difícil que pierda su puesto antes del final de un mandato para el que le quedan prácticamente tres años.
Efectivamente, cuando el PP cambió la normativa anterior, para poder elegir a la cúpula de RTVE por simple mayoría absoluta, no varió el que el mandato fuera de cinco años (que Zapatero había introducido para evitar que coincidiera con las legislaturas parlamentarias). De este modo, José Antonio Sánchez podrá continuar al frente de RTVE hasta junio de 2017, cuando se cumplirán cinco años de la elección de su antecesor, Leopoldo González Echenique.
El presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, pretende trasplantar a TVE el modelo de Telemadrid, una empresa que durante sus años como máximo responsable (2011-2014) redujo la audiencia por debajo del 5%, despeñó la credibilidad de sus Informativos y privatizó el funcionamiento del canal. Ese es el temor de los sindicatos y de muchos profesionales de la televisión pública estatal, a la vista de las decisiones ya tomadas y los planes previstos por Sánchez para el futuro inmediato.