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El 'Kategate' y las 'katespiracies': así nos obsesionamos con la desaparición de Kate Middleton

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Tras casi tres meses de ausencia que han provocado que corriesen ríos de conspiraciones, especulaciones y rumores, Kate Middleton reapareció por fin este viernes para explicar el motivo de su desaparición: sufre un cáncer y está recibiendo quimioterapia. Con un sencillo vídeo grabado el pasado miércoles por BBC Studios y con la princesa de Gales sentada en un banco de un jardín, la Casa Real británica pone fin al Kategate que ha inundado Internet durante las últimas semanas con lo que The Guardian llegó a denominar las katespiracies. "Ha sido un gran shock y Guillermo y yo hemos estado haciendo todo lo posible para procesar y gestionar esto de forma privada por el bien de nuestra joven familia", detalló sin especificar ni que tipo de cáncer padece ni el tipo de tratamiento que está recibiendo.

Dos minutos y 16 segundos que ponen fin —o eso pretende posiblemente el Palacio de Kensington— a un hermetismo que había generado un escándalo de dimensiones globales y que contaba ya con todos los ingredientes para una nueva temporada de The Crown: crisis comunicativa, imágenes manipuladas, un intento de acceso ilegal a su historial clínico y muchísima rumorología y teorías de la conspiración.

¿Qué ha pasado hasta llegar a este vídeo? Por resumir, la última vez que la princesa de Gales fue vista en público fue el 25 de diciembre. El pasado 16 de enero, la Casa Real informó que estaría un tiempo alejada de los focos tras ser sometida a "una operación abdominal programada" de la que no se ofrecieron más datos. Para más inri, este comunicado coincidió casi en el tiempo con la operación de próstata de Carlos III y su posterior diagnóstico de cáncer. Al monarca, al contrario que su nuera, sí que realizó apariciones públicas durante este tiempo.

Con este escenario, los rumores y teorías sobre Kate Middleton comenzaron a circular por Internet durante enero y febrero, pero alcanzaron su punto álgido el pasado 10 de marzo. Con motivo del Día de la Madre en Reino Unido, el Palacio de Kensington trató de romper el hermetismo con una fotografía de la princesa junto a sus tres hijos. Pero el efecto fue totalmente el contrario ya que varias agencias internacionales retiraron la imagen alegando que estaba "manipulada" y la propia Catalina de Gales tuvo que admitir la edición. Desde entonces, más silencio, una supuesta imagen suya en un coche con el príncipe Guillermo y un vídeo del matrimonio real en una tienda-granja de Windsor. "Qué gusto volver a verte", tituló el tabloide The Sun.

El origen: la disonancia cognitiva

¿Y por qué esta obsesión con Kate Middleton? "Toda esta especulación nace del silencio al que se ha agarrado la monarquía británica sumado al intento de mentira que significó la fotografía editada. Este silencio lo único que ha provocado es que la Casa Real pierda el control de la narrativa", indica Marina Velasco, consultora de relaciones públicas y social media en iMades. "Era el tema con mayúsculas. No se sabía que estaba pasando y todos querían tener el desenlace de esta historia. Al no decir absolutamente nada, lo que se provoca es que la gente empiece a hablar. Si tú no dices nada, si no comunicas, es normal que la gente especule", reconoce Susana Pérez Soler, periodista y doctora de Comunicación Digital por la Universitat Ramon Llull. 

"En todo esto hay dos ingredientes. Por un lado, que Kate Middleton es una celebridad y esto hace que el interés crezca. Y, por otro, la falta de información", explica Oliver Serrano, psicólogo especializado en comunicación digital. Para este experto, lo que está provocando el silencio de la Casa Real es "un caldo de cultivo perfecto" para rumores, especulaciones y teorías de la conspiración. "Cuando estamos en situaciones inciertas o ante algún tipo de crisis, evento inesperado o información limitada, como es este este caso, experimentamos una sensación de incomodidad. Y lo que hacemos es activar mecanismos para llenar ese vacío de forma activa e intentar tener un sentido del control", detalla. 

Según Serrano, al llenar estos huecos se producen fenómenos psicológicos como "la disonancia cognitiva", es decir, "la discrepancia entre lo que una persona sabe o lo que quiere saber" y que motiva a "las personas a buscar información adicional para reducir la incertidumbre y restaurar de alguna manera una coherencia informativa". "Lo que estamos viendo es el comportamiento humano, cómo actúa alguien cuando desconoce algo porque no le dan una respuesta. Están generando sus propias narrativas", matiza Perez Soler. 

La influencia de The Crown, de Harry y Meghan y del efecto Streisand

Además de ser un personaje mediático y del silencio que provoca esta disonancia cognitiva, hay dos claves más a tener en cuenta en toda esta obsesión. Por un lado, la fascinación que durante años ha rodeado a los Windsor apareciendo en innumerables libros, películas y series que han contado la historia de la realeza británica a lo largo de los siglos, desde dramas fundacionales hasta retratos hagiográficos y lavados de cara

Por ceñirnos a los últimos años, tenemos las seis temporadas de The Crown, la reciente Spencer de Pablo Larraín o el documental Enrique y Meghan en Netflix. Para Velasco, este acercamiento a la actual generación de royals ha generado que el público esté "alerta por si hay una repetición de patrones de comportamiento patriarcales y arcaicos que hemos visto muy de cerca en estas obras de ficción". 

Y, por otro, la alargada sombra de Lady Di que también influye en la reciente obsesión por la actual princesa. La experta Ellie Hall explicó a Nieman Lab que la "desconfianza" que la gente tenía ya hacia la realeza nació de las dudas sobre las circunstancias de la muerte de Diana de Gales. Sin olvidarse, de lo que más recientemente el príncipe Enrique y Meghan Markle han contado tras su salida de la institución: "Sus descripciones de una organización maquiavélica y traicionera han tenido un impacto en la percepción del público sobre la monarquía".

Y, más allá de la ficción y de las sombras sobre la familia real, hay otro factor: el efecto Streisand. "No hablamos de una cosa para que nadie hable y es lo contrario. Cuando dejas de hablar de algo, cuando quieres tapar algo, es cuando la gente más va a hablar de ese tema", reconoce Serrano.

El efecto bola de nieve

Y con estas bases, el silencio de la Casa Real y de los propios medios de comunicación británicos en los primeros impases del KateGate, no han hecho más que alimentar la imaginación en Internet y en las redes sociales. "Son el escenario ideal para que esto se forme porque hoy en día en ellas puede opinar absolutamente todo el mundo", apunta Serrano. 

Para Marina Velasco, los algoritmos y los sesgos cognitivos de las plataformas han dado la puntilla al KateGate al aumentar "el efecto bola de nieve que suelen tener las crisis de reputación, y en especial las especulaciones que rodean a la Familia Real británica". "Al inicio de la crisis se generaron burbujas de información que han aumentado las teorías de la conspiración y que han acabado estallando y acabando en boca de todos", argumenta esta experta.

Así, Twitter se ha llenado de hilos con miles de hipótesis sobre Kate Middleton mientras que TikTok e Instagram de vídeos explicativos de cada teoría de la conspiración que iban desde diversas enfermedades, pasando por cirugías estéticas, supuestas infidelidades o hijos ilegítimos hasta especulaciones que rozaban lo absurdo sobre tráfico de órganos o la práctica de un vudú para revivir a la difunta Isabel II. Por poner un ejemplo, según un análisis de la BBC, tras el vídeo de esta semana del matrimonio en Windsor, la historia sobre una posible doble había acumulado más de doce millones de visitas en X y más de 11 millones en TikTok sólo durante las primeras 24 horas. 

Pero,  ¿por qué las teorías de la conspiración calan tanto en el imaginario colectivo? "Nos pasa como con los rumores, nos gustan. Volvemos a esa idea de que necesitamos darle explicación a algo y las teorías de la conspiración usan argumentos muy simplistas para intentar explicar algún tipo de acontecimiento", indica Serrano. 

Para Pérez Soler, al hablar de teorías de la conspiración hay que tener en cuenta tres cosas. Lo primero es que "hay una crisis de confianza respecto a las autoridades y la gente que cree estas ideas se siente superior o exclusivo porque tienen un acceso al conocimiento que los demás no tienen y que se quedan solo con la versión oficial". Lo segundo es que "reconfortan": "Dan una sensación de un relato fácil para explicar cosas a veces muy complejas o que no tienen respuesta". Y, por último, "refuerza creencias preexistentes", es decir, que "son relatos que se ajustan a cosas que nosotros ya creíamos antes". Eso sí, para esta experta es un error ceñir solo estas conspiraciones al universo online: "Calan tanto en las redes sociales como fuera de ellas". 

Lo bueno de todo el KateGate es que no todo han sido teorías de la conspiración. "También hay un submundo dentro de las plataformas bastante más divertido: con contenido de entretenimiento y muchísimos memes", asegura Pérez Soler. Para esta experta, esta vía es "una manera más actual de comunicarse en las redes" sobre todo para la gente más joven. 

La culpa: el hermetismo impuesto por la Casa Real

Pero más allá de especulaciones y memes, en esta ocasión, las redes sociales no son las principales protagonistas de esta obsesión global. Todos los expertos consultados por infoLibre coinciden en que la culpa detrás de que medio mundo estuviese especulando sin parar sobre Kate Middleton ha sido la pésima gestión que ha llevado a cabo la Casa Real de esta crisis. "Su estrategia de comunicación ha recordado a un elefante en una cacharrería", apunta Marina Velasco.

"Han puesto en práctica el manual de la anticomunicación. Todo lo que no se tiene que hacer para que no se genere una crisis ha sido lo que han hecho", reconoce Pérez Soler. Además, para Oliver Serrano, la ciudadanía actualmente demanda cada vez "más transparencia, tanto de los políticos como de las instituciones": "Estamos acostumbrados a tener, y a querer, una información en tiempo real. Además nos hemos vuelto muy impacientes y queremos informaciones veraces y cuando no la tenemos llenamos los huecos". 

De la crisis de comunicación a la de credibilidad

Ahora que la propia Kate Middleton ha dado explicaciones y ha puesto encima de la mesa el motivo que la ha tenido fuera de los focos, la pregunta es evidente: ¿ha llegado la Casa Real británica demasiado tarde? "En cuanto haya una explicación, la crisis comunicativa se frenará y se parará cualquier teoría de la conspiración que pueda haber", defiende Pérez Soler. 

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Otra cosa distinta es la crisis de confianza. Por el momento, lo cierto es que, según un sondeo de YouGov divulgado este martes por la cadena Sky News, el debate surgido en torno a la ausencia pública de Kate Middleton no parece haber afectado de momento a la reputación de sus principales miembros. "Les va a pasar factura", reconoce Pérez Soler. "Tendrá repercusiones a largo plazo y su equipo de comunicación deberá trabajar en reforzar su credibilidad durante años", asegura Velasco. 

Sin olvidarse de que las pocas explicaciones sobre su enfermedad ofrecidas este viernes generan dudas sobre si realmente cortará los ríos de especulaciones que han corrido libremente durante las últimas semanas con el permiso de la poderosa Casa Real británica. ¿Será la bola de nieve conspiranoica demasiado grande ya?

** Todas las entrevistas efectuadas a los expertos para la elaboración de esta información fueron realizadas antes de que Kate Middleton reapareciese este mismo viernes por la tarde para anunciar que tiene cáncer.

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