Playz cumple tres años en RTVE acariciando ya su objetivo de ser el espacio de la generación Z en la televisión pública

Zapeando iniciaba sus emisiones el 18 de noviembre de 2013 con todos los pronósticos vaticinando un nuevo batacazo de audiencia. Así había ocurrido con todos los formatos que laSexta había probado en el horario de sobremesa tras la cancelación del mítico Sé lo que hicisteis… Las previsiones se cumplieron, y el estreno del espacio que por aquel entonces presentaba Frank Blanco no pasó de un 3,3% de share. Para tratar de mejorar las cifras, se optó por diversos cambios en la mecánica del programa. El más importante fue algo tan sencillo como incorporar una mesa central, de forma que todo funcionase de forma menos caótica. Regresando a una forma de entender la televisión más estructurada y convencionalconvencional (aunque no es que fuese nunca especialmente transgresor), Zapeando logró asentarse.

Es llamativo que tras tres años de experimentación con los formatos (vertiente que no han abandonado ni deben dejar, a fin de cuentas es el espacio propicio para ello), Playz, la plataforma más joven de RTVE, haya dado con uno de sus espacios con más impacto y mejor acogida a través de la misma fórmula: reunir a un grupo de personas alrededor de una mesa y dejarlas charlar. Eso sí, a diferencia de Zapeando, Gen Playz es un programa vivo e imprevisible que discurre según las intervenciones de sus invitados (y presentadores). Es interesante que haya llevado tanto tiempo descubrir que los zetaszetas (aquellas personas nacidas entre 1995 y 2010, aproximadamente) no somos extremadamente distintos a generaciones anteriores: seguimos disfrutando con una buena conversación mientras sea divertida, didáctica y espontánea.

Tres años afinando el tiro

Antes de seguir indagando en más particularidades de Gen Playz que irán dejando en un lugar cada vez peor la comparación con Zapeando que absurdamente abre este artículo, es oportuno detenerse en el canal en cuestión. Playz (se dice pleis) es más bien una plataforma que la televisión pública puso en marcha el 30 de octubre de 2017 para alojar en la red, tanto en su web como a través de YouTube, contenidos transmedia dirigidos a un espectador de marcado carácter joven

Sobre su público objetivo, y los mecanismos desplegados para apelar a él desde un inicio (aunque como veremos han ido evolucionado), nada más ilustrativo que el propio vídeo con el que han celebrado su tercer aniversario. En esta pieza, exhibida en plena Plaza de Callao de Madrid bajo el lema Últimos pero primeros, cuentan además con la mayoría de grandes rostros de la plataforma.

Playz nació apostando principalmente por la ficción. Hasta cinco series vieron la luz en un espacio de tan solo tres meses al amparo de la plataforma. La primera en llegar fue Si fueras tú, que se estrenó mes y medio antes que la propia plataforma. Las series y webseries han ido perdiendo peso desde entonces en favor de formatos de debate o docurrealidad, aunque de momento se sigue apostando por una armonización de distintos tipos de contenido.

Solo dos de sus quince ficciones han tenido de momento una segunda temporada: Mambo y Bajo la red. La primera es, junto a la reciente Grasa, una de las dos creaciones de David Sainz para Playz. Sainz fue en su momento el fichaje estrella de la plataforma al tratarse del responsable de la famosa webserie Malviviendo (2008-2014). Agustín Alonso, coordinador de contenidos de Playz, reconoce que el universo del creador canario “se aleja un poco de lo que ahora mismo estamos queriendo hacer, pero es una comunidad que tiene muchos seguidores y estamos muy contentos de poderle dar la oportunidad para crecer”.

Pero ¿qué es lo que quiere hacer en estos momentos Playz? En este punto es importante apuntar el cambio en el demográfico objetivo de la plataforma. Alonso remarca que en un principio los contenidos del canal se dirigían a un público de entre 18 y 34 años. Un margen que ahora se ha acotado hasta el entorno de los 25 años para no diluir la voz de los zetas: “Si abres demasiado la horquilla de edad o temática corres el riesgo de que no les dejes hablar”.

Agustín Alonso admite que, tras testar en los inicios nuevos formatos que apostaban por la interactividad o los contenidos transmedia, han comprobado como a fin de cuentas una de las claves es “la capacidad de conectar con un público que siente que nadie habla de las cosas que le interesa y no tiene espacio”. “A veces no hay que inventar la pólvora desde el punto de vista audiovisual, aunque es importante la estética, basta simplemente con utilizar el lenguaje de la gente a la que apelamos”. Los resultados parecen avalar esta postura: en abril de 2020, último mes en el que la plataforma publicó datos sobre su audiencia, el crecimiento respecto al mes y al año anterior era exponencial. Confinamiento mediante, eso sí.

No obstante, el coordinador de contenidos del canal incide en que al tratar con audiencias tan cambiantes “lo bonito y lo jodido es que no te puedes acomodar”. A este respecto, pone como ejemplo el caso de OK Playz . “Queríamos un programa que vehiculara nuestra programación, pero vimos que no funcionaba”. No obstante, este formato sirvió de embrión a lo que hoy es Gen Playz, seguramente el espacio más exitoso del canal. Pero también el más polémico.

Gen Playz: dar con la tecla sin inventar la pólvoraGen Playz

Tiene apenas dos meses de vida, pero este formato presentado por Inés Hernand y Darío Eme Hache ya ha dado mucho que hablar. La mecánica es sencilla: reunir a un grupo de personas con cierto conocimiento sobre un tema que preocupa a la gente joven para charlar sobre él. Sin embargo, sea por otorgar voz a un grupo de gente que no suele tenerla, sea porque algunas de estas personas tienen ciertas opiniones desconectadas de la realidad, sea por los clips descontextualizados que tan sabiamente utiliza la cuenta de Twitter de Playz para generar salseo, o sea por una combinación de todos estos factores, en las últimas semanas las controversias en torno a este espacio de debate no han dejado de sucederse.

Inés Hernand ha tenido que lidiar con ellas como uno de los rostros del canal. Esta abogada madrileña adquirió fama por sus reivindicaciones en formato diario a través de Instagram. En marzo llegó al canal como colaboradora en el difunto OK Playz. Meses después le propusieron conducir Gen Playz, algo que no entiende ya que en conversación con este medio se considera “un delirio”. Hernand cree que la clave de la acogida del programa está en “haber sabido dar con los temas y comunicar con un lenguaje asequible para todos los públicos, porque se dirige a la Generación Z, pero se hace partícipe a todas las generaciones”.

El programa, producido por The Story Lab, cuenta con una plantilla de entre 30 y 40 empleados. Parte importante del mismo se ocupa de la selección de temas y la confección de un guion “orientativo y susceptible a cambios”, según Hernand. Esta estructura se muestra en la división de cada entrega por bloques: un planteamiento general del tema, aportaciones más concretas de los invitados encaminadas a solucionar la cuestión de turno y un tercer tramo en el que se incorporan dos GenZ, chicos o chicas jóvenes que aportan su experiencia personal.

El formato siempre ha apostado, considera Hernand, por incluir distintos puntos de vista en la mesa. Pero es cierto que esta circunstancia se ha ido acentuando con el paso de las semanas. Paradigmático es el caso del debate sobre RTVE, en el que participó Hugo Pereira. Pereira es colaborador en Estado de Alarma TV, la página de extrema derecha comandado por Javier Negre. O aquel sobre las nuevas masculinidades, en el que el tuitero @Ivaningrado se metió en un barullo al tratar de definir la feminidad. Inés Hernand no cree que se esté buscando generar más polémica, simplemente la tendencia ha sido así “por la selección temática” de estos programas.

La edad de la controversia

La cuestión de los invitados ha sido solo una de las diversas controversias que Gen Playz ha generado en redes. Hay quien cuestiona dar voz a determinadas posiciones en la televisión pública. Otros opinan lo contrario, que se trata de un espacio demasiado sesgado y estas inclusiones solo intentan camuflarlo.

También causó revuelo un comentario de Anabel Bueno, responsable del desarrollo de audiencia en redes sociales y vídeo de Verne, a raíz de uno de los clips que la cuenta de Twitter de Playz cuelga en la red. En él, Bueno hablaba del particular uso de las nuevas tecnologías por parte de muchas personas mayores de más de 40 años. Las críticas de personas que rondan o superan esa edad y se sintieron atacadas por dicha afirmación no se hicieron esperar.

En torno a esta brecha generacional orbita otra polémica reciente. En este caso, tiene que ver con el espacio Focus Group, una especie de programa paralelo dentro de Gen Playz. En él, un grupo de jóvenes desconocidos aborda y discute un tema candente que les afecta directamente. Uno de ellos se centró en la criminalización de la juventud como máxima responsable de la expansión del covid-19. El programa estuvo lleno de reflexiones pertinentes, pero uno de los participantes patinó cuando afirmó que los chavales que no van a poder irse de viaje de fin de curso a Mallorca sufrirán por ello “consecuencias psicológicas muy graves”. De nuevo se trataba de un clip convenientemente escogido por el Twitter de Playz, aunque en este caso las críticas fueron tales que se vieron obligados a borrarlo.

Momentos como los anteriores han conseguido, eso sí, que Gen Playz se introduzca en el debate mediático. Paloma Rando en Vanity Fair y Sergio del Molino en El País ya han opinado sobre lo lejos que se sienten del formato. Rando reivindica un espacio similar para personas mayores en la televisión pública. Un reclamo legítimo y pertinente, aunque llame la atención que aparezca justo cuando el hueco para los más jóvenes en RTVE comienza a hacer ruido.

Volviendo a la entrega sobre la televisión pública, y aunque no se trate de una polémica como tal, sí causó cierto cachondeo en redes su intento de cierre motivacional. Alejada del tono habitual del programa, esta apuesta por “los creadores” frente a los que tiran piedras en el río es más propia de un seminario de ‘coaching’ neoliberal. La propia cuenta de Playz parece opinar lo mismo.

Agustín Alonso e Inés Hernand coinciden en que estas polémicas no son buscadas. De hecho, ambos subrayan que en YouTube o Instagram “los comentarios son mucho más positivos”, mientras que es en Twitter donde en palabras de Hernand “nos meten caña”. “Nuestros community managers de Twitter son gente joven que utilizan el lenguaje buscando el humor y el sarcasmo porque no es una red que sea superblanca o superlimpia”, apunta la jurista.

Réplicas, párkings y tatuajes

Pero no solo de su tertulia vive Playz. La plataforma ha apostado en los últimos tiempos por formatos con un punto más televisivo, tratando al mismo tiempo de no perder su esencia. Así, Réplica remite a los talents musicales, Parking Karaoke a los late nights y Tintas a los formatos de entrevista. Sin embargo, todos se adaptan al lenguaje de la plataforma.

Réplica busca a los mejores raperos freestylers del panorama nacional. Conducido por Skone, campeón mundial de la Red Bull Batalla de Gallos, el programa cuenta ya con dos temporadas a sus espaldas, la segunda de ellas recién finalizada. Pese a ser un programa competitivo, el espacio es mucho más “relajado” que espacios televisivos similares. Y eso que esta modalidad no suele estar caracterizada precisamente por la calma y el sosiego. Cada entrega permite conocer con detenimiento a nuevas promesas del freestyle español: sus vidas, sus sueños, sus fortalezas y sus defectos.

Parking Karaoke sí es más deudora de sus referentes directos, como Late Motiv o muy especialmente La ResistenciaLa Resistencia. No en vano, El Terrat coproduce el programa junto a RTVE y Different. Este talk show conducido por David Sainz, efectivamente el gran pluriempleado de Playz, acaba de iniciar su segunda temporada.

Tintas aporta un enfoque mucho más original. El programa se acerca a distintos famosos para conocerles a través de sus tatuajes. Tras la tinta se esconden historias que han permitido revelar aspectos desconocidos de la cantante Bely Basarte, la actriz Alba Planas o el referente del parkour español Antonio Mojonero Shifer.Shifer

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Playz tampoco dejará de lado la ficción. Agustín Alonso remarca que Drama, la última serie de la plataforma, ha funcionado muy bien y ha abierto las puertas a su reparto de cara a proyectos de gran envergadura. Ya preparan Riders, que definen como “un thriller juvenil en tono de comedia” ambientado en el precario mundo laboral del reparto de comida a domicilio. La empresa en la que trabajan los protagonistas se llama Pillaloo.

En cuanto a la no ficción, la nueva temporada llegará con dos importantes novedades. Por un lado Llámalo X, programa sobre sexualidad presentado por la periodista Noemí Casquet. Por otro Whaat!?, un espacio de divulgación científica que conducirán Rocío Vidal, La Gata de Schrödinger, y el físico Javier Santaolalla. Agustín Alonso incide en que este último estreno mirará mucho al futuro, apostando por una “filosofía de la ciencia”.

El objetivo de todos estos formatos es en definitiva “abrir nuevos horizontes”, apunta el coordinador de contenidos de la plataforma. Veremos si lo consiguen, ya que si de algo está necesitada esa Generación Z tan mencionada en Playz es de nuevas posibilidades ante un futuro oscuro e incierto. De momento seguimos siendo los últimos.

Zapeando iniciaba sus emisiones el 18 de noviembre de 2013 con todos los pronósticos vaticinando un nuevo batacazo de audiencia. Así había ocurrido con todos los formatos que laSexta había probado en el horario de sobremesa tras la cancelación del mítico Sé lo que hicisteis… Las previsiones se cumplieron, y el estreno del espacio que por aquel entonces presentaba Frank Blanco no pasó de un 3,3% de share. Para tratar de mejorar las cifras, se optó por diversos cambios en la mecánica del programa. El más importante fue algo tan sencillo como incorporar una mesa central, de forma que todo funcionase de forma menos caótica. Regresando a una forma de entender la televisión más estructurada y convencionalconvencional (aunque no es que fuese nunca especialmente transgresor), Zapeando logró asentarse.

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