A Edwy Plenel le gusta definir a Mediapart como un laboratorio. Un espacio donde se ha estado reinventando a diario durante los últimos cinco años un modelo periodístico y de negocio que muestra en todo el planeta signos de agotamiento. Y parece que en este laboratorio han dado con la fórmula magistral. Plenel, que fue director de redacción de Le Monde, es el máximo responsable de Mediapart, un diario digital francés de pago y sin publicidad controlado por periodistas con más de 60.000 suscriptores y un volumen de negocio que en 2012 llegará a los seis millones de euros. O sea, un sueño de periodistas y sobre todo de lectores al que le salen las cuentas. El diario ofrece un contrato directo y transparente con sus suscriptores ajeno a los poderes políticos y financieros a cambio de un periodismo independiente y de investigación. El 2 de diciembre de 2007, Plenel explicaba en el manifiesto fundacional del diario, titulado 'El precio de la libertad', el fundamento ético de su proyecto: "Nacido del encuentro entre profesionales del periodismo y especialistas web, Mediapart busca inventar una respuesta a las tres crisis –democrática, económica, moral– que minan la información en Francia, su calidad y su utilidad, su honestidad y su libertad".
infoLibre se inspira en Mediapart en su batalla por un periodismo independiente y de investigación y el medio digital francés es nuestro socio editorial. Tal y como figura en sus principios fundacionales, infoLibre aspira a sostenerse fundamentalmente con las aportaciones económicas de sus lectores, aunque a diferencia de Mediapart sus informaciones no son únicamente de pago. infoLibre combina las informaciones exclusivas para socios y las noticias en abierto para todos los lectores. Y los ingresos publicitarios son transparentes, rechazando cualquier tipo de acuerdo opaco que pueda esconder condiciones editoriales.
Las grandes exclusivas de Mediapart
infoLibre, en el semanario ‘Courrier International’
Desde aquel 16 de marzo de 2008 en el que salió a la luz, Mediapart ha publicado informaciones que han puesto contra las cuerdas no sólo a los poderes políticos franceses sino a grandes empresas y multinacionales. El 'caso Bettencourt' es el más destacado. Las informaciones periodísticas del diario digital pusieron en 2010 en el punto de mira no sólo al imperio L'Óreal, emblema hasta entonces incuestionable de la economía nacional, sino también al propio presidente Nicolas Sarkozy al revelar la financiación ilícita de la campaña presidencial del jefe del Estado por parte de la firma de cosméticos. Le sigue el 'caso Karachi', de gran impacto mediático en el país vecino, al sacar a la luz una operación de venta de fragatas y submarinos a Arabia Saudí y Pakistán que sirvió para financiar a través de comisiones ilegales la campaña de Édouard Balladur en 1995. Los periodistas del digital Fabrice Arfi y Fabrice L'Homme publicaron un libro de referencia sobre el tema, 'Le Contrat' (El contrato). En la última campaña de las presidenciales, Mediapart publicó un documento de los servicios secretos libios que probaba que el exdictador Muamar el Gadafi financió la campaña de Sarkozy en 2007. El otro gran escándalo publicado por el diario digital saltó en marzo de 2012, cuando se destapó el espionaje masivo al que sometió la multinacional Ikea a los empleados de sus centros franceses a través de la empresa de detectives Sûreté International.
Para acceder a Mediapart el suscriptor ha de abonar 9 euros al mes, si bien por un euro el lector puede acceder dos semanas a los contenidos de la web. Con una treintena de periodistas en plantilla, el digital ofrece tres ediciones diarias (09.00, 13.00 y 19.00 horas). El suscriptor dispone además de una edición diaria en formato PDF diseñada para imprimir en papel. El digital fomenta la participación de sus lectores a través de Le Club, un foro interactivo que incluye 2.400 blogs individuales y 550 colectivos. Mediapart emite además en directo debates o entrevistas de actualidad desde la propia redacción y posibilita el contacto de los abonados con los periodistas. La web cuenta también con una Sociedad de Amigos, que abre una vía de participación en el accionariado a particulares y que tiene dos representantes en el consejo de administración de la empresa editora.
Plenel, gran defensor de la tradición periodística en pleno universo digital, recurre a menudo al escritor y sobre todo periodista Albert Camus para explicar la aventura de Mediapart. Y cita su conocido editorial de 'Combat' de agosto de 1944: "Nuestro deseo [...] era liberar a los periódicos del ansia de lucro y darles un tono y una verdad que apuntaban a lo que hay de más elevado en el público. Pensábamos entonces que un país vale a menudo lo que vale su prensa. Y si es verdad que los periódicos son la voz de una nación, estábamos decididos, desde nuestro puesto y en cuanto modestamente pudiéramos, a elevar nuestro país elevando su lenguaje".
A Edwy Plenel le gusta definir a Mediapart como un laboratorio. Un espacio donde se ha estado reinventando a diario durante los últimos cinco años un modelo periodístico y de negocio que muestra en todo el planeta signos de agotamiento. Y parece que en este laboratorio han dado con la fórmula magistral. Plenel, que fue director de redacción de Le Monde, es el máximo responsable de Mediapart, un diario digital francés de pago y sin publicidad controlado por periodistas con más de 60.000 suscriptores y un volumen de negocio que en 2012 llegará a los seis millones de euros. O sea, un sueño de periodistas y sobre todo de lectores al que le salen las cuentas. El diario ofrece un contrato directo y transparente con sus suscriptores ajeno a los poderes políticos y financieros a cambio de un periodismo independiente y de investigación. El 2 de diciembre de 2007, Plenel explicaba en el manifiesto fundacional del diario, titulado 'El precio de la libertad', el fundamento ético de su proyecto: "Nacido del encuentro entre profesionales del periodismo y especialistas web, Mediapart busca inventar una respuesta a las tres crisis –democrática, económica, moral– que minan la información en Francia, su calidad y su utilidad, su honestidad y su libertad".