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Las cuentas y los cuentos de FG

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Andan estos días por Madrid algunos de los principales banqueros del mundo, convocados a la reunión de primavera del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). Les ha dado la bienvenida Felipe VI, pero el protagonismo de este martes lo ha acaparado el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Francisco González, en una intervención quejumbrosa y alarmante: “Los tipos de interés negativos nos están matando; ser un banco europeo no es una tarea sencilla. En absoluto”. Escuchar esas palabras (y su explicación) minutos después de haber leído el informe anual de la Encuesta de Condiciones de Vida que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) es un ejercicio que conduce inevitablemente a la indignación. Vayamos por partes:

Lo que dice Francisco González es aparentemente una obviedad: “Si los depósitos están al 0%, no hay negocio para los bancos”. Sostiene FG, entre otras cosas, que la “política monetaria expansiva” practicada por el Banco Central Europeo (BCE) para intentar superar la Gran Recesión ya no tiene más margen, una vez que los intereses de los bancos “son incluso negativos”, y que ha llegado el momento de “buscar otras opciones”. ¿Cuáles? FG plantea la combinación de dos: más “reformas estructurales” y (¡atención!) una mayor expansión fiscaluna mayor expansión fiscalque tiene que impulsar y protagonizar Alemania, el país con mayor margen para hacerlo.

Para entendernos, lo que propone FG es que Alemania eleve sensiblemente la inversión pública, y que hagan lo mismo las principales economías europeas, con el fin de impulsar la demanda, el consumo, la actividad empresarial, la necesidad de crédito y, por tanto, el negocio bancario. Es una lástima que FG no se haya dado cuenta mucho antes de que las políticas de austeridad nos llevaban a donde ahora estamos, incluidos los bancos pese a los rescates multimillonarios de las entidades financieras quebradas. Mientras los márgenes de la gran banca no se veían afectados, FG prefería aplaudir o incluso inspirar reformas laborales, devaluaciones salariales y recortes del gasto público, y observaba como pura demagogia irresponsable la argumentación de quienes advertían que la historia económica demuestra que esas medidas sólo sirven para multiplicar la desigualdad.

Es exactamente lo que ha ocurrido. La Encuesta de Condiciones de Vida de 2015, conocida este mismo martes, refleja que siguen reduciéndose los ingresos medios de los hogares (26.092 euros anuales) y que uno de cada cinco españoles se encuentra en riesgo de pobreza según los indicadores oficiales de Eurostat. Una de las herencias innegables (y socialmente letales) que dejará el Gobierno de Rajoy se resume en un dato del INE: el 44,8% de los parados vive en el umbral de la pobreza, puesto que se ha ido reduciendo la cobertura del desempleo. Eso sí que con seguridad "no es una tarea sencilla".

La historia de FG

Es costumbre arraigada entre los máximos defensores del neoliberalismo económico y del capitalismo financiero recurrir al demonizado Estado (no para reducir la desigualdad sino para salvar o alimentar los negocios privados). Francisco González lo sabe bien. Hagamos memoria.

FG dirigía en los años ochenta una sociedad de valores, FG Inversiones Bursátiles, con la que dio un extraño pelotazo en 1996 al venderla a Merrill Lynch. El 5 de mayo de ese mismo año, José María Aznar tomó posesión como presidente del Gobierno, y el día 17 ya había hecho su primer gran nombramiento en el sector público: Francisco González, amigo de Rodrigo Rato, sería el nuevo (y último) presidente de Argentaria. Instantes después de convertirse en banquero público, FG anunció que su objetivo era la privatización total de Argentaria (de la que el Estado poseía aún un 26% de las acciones). En 1998 culmina ese proceso y, sólo un año después, se produce la fusión con el Banco Bilbao Vizcaya. Sorprendentemente, el pez chico (Argentaria) se come al grande (los pata negra de Neguri) y bajo la presión de los flamantes gobernantes liberales Aznar y Rato, el exbroker FG es nombrado presidente del resultante BBVA.

Hasta tal punto le ha ‘sonreído’ a FG la suerte profesional, que la mayor mancha de su currículum fue devorada por las llamas. La Fiscalía Anticorrupción abrió a principios de 2005 una investigación sobre la venta de FG Valores a Merrill Lynch a raíz de una denuncia formulada por la propia consultora multinacional ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por presuntas irregularidades contables. El 11 de febrero, la Fiscalía solicitó a la auditora Deloitte que le enviase todos los “soportes documentales” de una auditoría realizada por Arthur Andersen (que se había fusionado ya con Deloitte) al grupo FG Valores en 1994. La noche del día siguiente, 12 de febrero, ardió por completo el edificio Windsor, en Madrid, donde tenía su sede Deloitte. Los papeles que solicitaba Anticorrupción se perdieron en el incendio y la firma responsable informó de que no existía copia física ni informática.

Camino de cumplir 72 años, FG ha renovado contrato como presidente del BBVA hasta 2019. Más de veinte años de estabilidad en un empleo pagado en 2015 con 5,6 millones de euros entre sueldo fijo y variable.

Andan estos días por Madrid algunos de los principales banqueros del mundo, convocados a la reunión de primavera del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). Les ha dado la bienvenida Felipe VI, pero el protagonismo de este martes lo ha acaparado el presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), Francisco González, en una intervención quejumbrosa y alarmante: “Los tipos de interés negativos nos están matando; ser un banco europeo no es una tarea sencilla. En absoluto”. Escuchar esas palabras (y su explicación) minutos después de haber leído el informe anual de la Encuesta de Condiciones de Vida que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) es un ejercicio que conduce inevitablemente a la indignación. Vayamos por partes:

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