El diablo está en las preguntas

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Es abundante la literatura (académica y de la otra) sobre el valor sociológico de las encuestas de opinión y su uso como herramientas de manipulación política. Es conocido el nivel de descrédito que sufren las empresas encuestadoras, sólo comparable al que afrontamos periodistas, políticos, adivinadores del tarot, la Volkswagen y Olvido Hormigos. La generalización suele ser injusta, pero lo cierto es que el mal no descansa, y la estupidez tampoco. De modo que grandes púlpitos mediáticos vienen despachando en las últimas semanas encuestas repletas de ese tipo de preguntas que ofenden a la inteligencia con tal de cumplir el objetivo previamente buscado por el pagano del sondeo. La presentación de las respuestas contribuye finalmente a colocar los focos donde interesa para crear un determinado clima de opinión: “Los votantes del PSOE prefieren facilitar un Gobierno del PP antes que unas terceras elecciones”. Este es el titular que, con ligeros matices, se ha repetido, por ejemplo, en El País, El Mundo o La Razón, y que muy probablemente seguiremos leyendo y escuchando por tierra, mar y aire en las próximas semanas.

Una vez contrastada nuestra primera impresión con algunos nombres respetables del mundo de la sociología y la demoscopia, nos atrevemos a exponer ciertas consideraciones por si fueran tan amables de tenerlas en cuenta aquellos que siguen considerando imbéciles a la mayoría de los ciudadanos:

–  Sabemos que el diablo está en las preguntas: si se da a elegir entre susto o muerte, por lo general la gente suele preferir el susto. Las cadenas de TDT de ultraderecha son artistas en esta especialidad y provocan enormes carcajadas noche sí noche también en las redes sociales. “¿Le preocupa el ascenso de la extrema izquierda y los enemigos de España?”, reza por ejemplo una pregunta rotulada en la pantalla que va reflejando la evolución del voto telefónico. (Y realmente es alucinante que un 47,4% de los encuestados responda que no, al menos durante un rato). Resulta menos gracioso leer preguntas tan retorcidas como la de Metroscopia para El País: “Si para que no se repitieran las elecciones, la única alternativa fuese que el PSOE se abstuviera y dejara gobernar a Rajoy a cambio de una serie de reformas pactadas, ¿qué preferiría?” Por supuesto un 73% prefiere que el PSOE se abstenga, incluido el 55% de los votantes socialistas. (El Mundo da casi el mismo porcentaje de electorado del PSOE favorable a la abstención, mientras La Razón lo eleva hasta el 62,4%%). ¡Y aún no había forzado Rajoy el calendario para que unas terceras elecciones tengan que celebrarse el 25 de diciembre! De haberlo sabido, quizás se podría haber redondeado la encuesta incluyendo otra formulación: “¿Prefiere usted un gobierno de Rajoy pero que haga políticas progresistas y sin recortes o tener que ir a votar el día de Navidad?”

– Sabemos que las encuestas pueden y deben formular preguntas de distinto tipo: abiertas, cerradas, mixtas, de elección única o múltiple, etcétera. Técnicamente lo correcto es elegir el tipo de pregunta más adecuado para reflejar con mayor fidelidad el estado de opinión sobre el asunto que sea. Pero esta obligación técnica y ética parece haber quedado en suspenso este verano. Es obvio y está ampliamente documentado que la mayoría de los españoles prefiere que se forme gobierno antes que repetir las elecciones. Pero las encuestas sólo están preguntando por una única opción: que el PSOE se abstenga para evitarlas. Nadie pregunta, por ejemplo: “Si para que no se repitieran las elecciones el día de Navidad, la única alternativa fuese que el PSOE y Podemos llegaran a un acuerdo de gobierno con la colaboración de los grupos nacionalistas, ¿qué preferiría usted?”. Sería otra formulación igualmente torticera.

– Sabemos que las empresas encuestadoras entregan los resultados y la ficha técnica del sondeo y son los medios (sus directores o sus propietarios) quienes deciden qué datos son más destacables. Tanto El País (11 de julio) como La Razón (21 de agosto) y El Mundo (22 de agosto) han titulado de forma casi idéntica: “Los votantes socialistas prefieren la abstención del PSOE antes que repetir elecciones”. Al menos dos de las tres encuestas citadas incluyen otra pregunta que plantea (con distinta redacción) la siguiente idea: “¿Debería Mariano Rajoy renunciar a ser candidato si eso facilitara la formación de Gobierno?”. La respuesta es abrumadoramente afirmativa: un 70% en el caso de El País y un 52,2% en El Mundo. En este último, incluso la mayoría de los votantes 'populares' (un 48,5% frente a un 40%) considera que si el PP presentara otro candidato facilitaría la investidura. Por tanto, los medios podrían haber elegido otro titular: “Los españoles reclaman que Rajoy se retire para evitar unas terceras elecciones”. ¿Se imaginan editoriales, debates, telediarios abriendo con ese dato sociológico? El estado de opinión sería muy diferente, o al menos la presión estaría repartida y no concentrada exclusivamente en el PSOE. (Por cierto, este es un cartucho que quizás esté reservado para después de la probable derrota de Rajoy en su investidura).

– Sabemos que en las encuestas no se ha vuelto a preguntar (al menos no se ha publicado) qué coalición política es la preferida por los españoles. Repetimos: parece obvio que una inmensa mayoría quiere que se forme Gobierno; lo que no está tan claro es que un montón de votantes socialistas (incluso el 38,1% de los electores de Unidos Podemos según El Mundo) sean partidarios de que el PSOE se abstenga para que siga Rajoy en la Moncloa. La mayoría de las grandes encuestas del último año y medio (desde las del Centro de Investigaciones Sociológicas hasta las de MyWord para la Cadena SER, por ejemplo) coincidían en que la coalición preferida mayoritariamente por los españoles era la de PSOE y Unidos Podemos. Como mínimo resulta curioso que no se haga una pregunta tan básica para conocer las tendencias del electorado.

No escarmentamos. La falta de credibilidad está en el origen de la crisis múltiple (política, mediática, social…) que afronta la democracia. Que quede claro: las encuestas de opinión son un instrumento muy valioso para conocer las tendencias de la ciudadanía y tomar decisiones acertadas en cualquier ámbito. Siempre que estén realizadas con rigor técnico, utilicen una metodología científica y sean presentadas con honestidad. De lo contrario se quedan simplemente (y no es poco) en una herramienta de manipulación, un arma utilizada para generar expectativas al gusto del mejor cliente.

P.D. En los últimos días, decenas de lectores de infoLibre nos han hecho llegar su propuesta de que este medio publique una encuesta amplia y fiable sobre la investidura y las posibilidades de formación de Gobierno. No lo hacemos porque no disponemos de los recursos económicos necesarios para que esa encuesta cumpla todos los requisitos técnicos exigibles. Acabamos de poner en marcha en la web un sondeo (sin la menor pretensión científica pero con opciones lógicas de respuesta) en el que ya podéis votar. Gracias.

Es abundante la literatura (académica y de la otra) sobre el valor sociológico de las encuestas de opinión y su uso como herramientas de manipulación política. Es conocido el nivel de descrédito que sufren las empresas encuestadoras, sólo comparable al que afrontamos periodistas, políticos, adivinadores del tarot, la Volkswagen y Olvido Hormigos. La generalización suele ser injusta, pero lo cierto es que el mal no descansa, y la estupidez tampoco. De modo que grandes púlpitos mediáticos vienen despachando en las últimas semanas encuestas repletas de ese tipo de preguntas que ofenden a la inteligencia con tal de cumplir el objetivo previamente buscado por el pagano del sondeo. La presentación de las respuestas contribuye finalmente a colocar los focos donde interesa para crear un determinado clima de opinión: “Los votantes del PSOE prefieren facilitar un Gobierno del PP antes que unas terceras elecciones”. Este es el titular que, con ligeros matices, se ha repetido, por ejemplo, en El País, El Mundo o La Razón, y que muy probablemente seguiremos leyendo y escuchando por tierra, mar y aire en las próximas semanas.

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