Muy fan de... Jaume Matas

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Jaume Matas i Palou, hacía tiempo que no nos deleitabas con tu presencia ante las cámaras. Esta semana has regresado a nuestras vidas, como los relaxing cuernos de reno de la Plaza Mayor de Madrid, con tu prestancia, tu pelazo y tu melodiosa vocecita. Por fin, Jaume, hemos vuelto a saber de ti, ahora sí que ha llegado la Navidad.

No has reaparecido por escribir tus memorias, como Zapatero o Belén Esteban, no, la razón es que un jurado popular te ha declarado culpable de corrupción. ¡Mecachis! Pero tú, inasequible al desaliento, con más procesos judiciales por delante –más de veinte– que dos temporadas de Ally McBeal, has dicho sin pestañear: “Tengo la conciencia tranquila” y yo, Jaume, soy muy fan.

¡Cómo no vas a tener la conciencia tranquila, si esta vez el motivo que te ha llevado a sentarte en el banquillo ha sido la más limpia y pura de todas las causas: el amor! ¡Qué delito cometiste pidiendo un puesto de trabajo para tu mujer! It's so romantic… Ya os estoy viendo a la orilla del Mediterráneo:

–Cari, pídeme lo que quieras.

–¿Lo qué quiera?

–Sí, pídeme la luna, que yo te la bajo, como que me llamo Jaume.

–¿La luna? No sé, no me acaba, un bolso es más práctico, ¿no?

–¿Y un sueldo de 3.000 euros al mes?

–¿Un sueldo? ¡¿Ja-u-me, estás insinuando que tengo que ir a currar?!

–No, mujer, a currar no, a cobrar. Ja, ja, ja a currar dice…

–¡Sí, quiero!

–¿Sabes? Te pones muy guapa cuando te agobias.

–Ja, ja, ja, tonto…

¡Precioso, conmovedor, se me pone la piel de pollo sólo de pensarlo! Y van los desalmados del jurado popular y te empapelan por cohecho impropio. ¿Pero qué nos está pasando? ¿No tenemos corazón? ¿Acaso hay algo reprochable en intentar conseguir lo mejor para la persona amada? Como dijiste en tu alocución final ante el jurado: “Nunca pensé que iría a juicio por pedir a un buen amigo un trabajo para mi mujer". Que vale, que tú ostentabas un cargo público, que el pacto que hiciste con el hotelero Miguel Ramis era falso y el trabajo inexistente. ¿Y? ¡El amor era verdadero, eso es lo importante!

Ya me pareció fuerte que te condenaran por pagarle un pastón –480.000 euros– a aquel periodista de tu confianza que te escribía los discursos, Antonio Alemany. Vamos a ver, si Antonio te escribía los discursos muy requetebién, me parece estupendo que fueras generoso con él, con lo mal pagado que está el gremio… Que vale, que el dinero con el que le pagabas era público, que le diste contratos y subvenciones irregulares para sus empresas. ¿Y? ¡La amistad era auténtica, eso es lo importante!

Lo que te pasa a ti es que eres un hombre que va con el corazón por delante. Ya le dijiste a Évole en Salvados: “A Urdangarin le habría recibido a la hora que él hubiera querido y donde él hubiera querido” y añadiste: “Con cualquier otro habría sido necesario un concurso –público–, pero en el otro caso se trata del duque de Palma… y recordemos que lleva el nombre de Palma por todo el mundo”. Es verdad que lo llevaba, si hasta firmaba como el duque EmPalmado.

Matas cometió cohecho con el contrato ficticio de su mujer

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No se puede ser más cariñoso que tú, Jaume, como cuando dijiste: “Hemos hecho todo lo posible para que ellos [la familia real] estuvieran bien en Palma”. Vamos, que a ti te pide el rey una ensaimada rellena de sobrasada a las tres de la mañana y te vas al Forn del Santo Cristo en batín y pantuflas. Que, vale, que le diste a Urdangarin presuntos contratos a dedo. ¿Y? ¡Tu entrega a la familia real es incuestionable, eso es lo importante!

Lo que ocurre es que el pueblo es ingrato, tú eres rumboso y desprendido y no te lo reconocen. Pero vamos a ver, si hiciste un velódromo y te dejaste más del doble de lo presupuestado, seguro que pensaste: “A mis mallorquines que no les falte de ná, será por dinero…”. Generoso, eso eres tú. ¡Si es que no tienes nada tuyo! Bueno sí, el famoso palacete –que te embargaron y después te devolvieron– que ha provocado más comentarios que el embarazo de la hija de la Pantoja.

Pero los palacetes son asuntos materiales y tú eres un ser espiritual. Ahora que llega la Navidad todos deberíamos aprender de ti: hacer lo que haga falta por nuestra pareja, por nuestros amigos, por nuestros duques… Como dijo Mariano en su día: “Vamos a intentar hacer en España lo que Jaume ha hecho en Baleares”. ¡Arriba los corazones!

Jaume Matas i Palou, hacía tiempo que no nos deleitabas con tu presencia ante las cámaras. Esta semana has regresado a nuestras vidas, como los relaxing cuernos de reno de la Plaza Mayor de Madrid, con tu prestancia, tu pelazo y tu melodiosa vocecita. Por fin, Jaume, hemos vuelto a saber de ti, ahora sí que ha llegado la Navidad.

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