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Los Briatore della Nostra Vita
Berlusconi ha dado positivo en covid-19 y todo apunta a que se ha contagiado en Cerdeña, donde estuvo de vacaciones. Silvio quedó en la isla italiana con su amigo Flavio, Flavio Briatore, ingresado también por coronavirus, aunque él lo niega porque él es muy del negacionismo. Dice Briatore que lo único que tiene es una prostatitis muy fuerte… y que de otras inflamaciones, ni hablar.
Briatore es un empresario cuya cara A conocimos muchos de nosotros por la Fórmula Uno. Su cara B la conocimos "gracias" a unos posados en tanga de cuya imagen no quiero acordarme… Pero me acuerdo. Era una especie de bolsita pequeña y negra, como las que pone el Ayuntamiento para que las llenemos con las deposiciones de nuestros perretes. No es bella la comparación, lo sé, pero tampoco el modelito naútico era un diseño de Balenciaga…
A Briatore le mola el tanga, se ve que le resulta cómodo. La goma de las mascarillas, en cambio, le debe de apretar, porque pasó ampliamente de ponérsela, por ejemplo, en la quedada con su amigo Berlusconi, que tampoco la llevaba. Briatore (70), que superó un cáncer de riñón hace catorce años, y Berlusconi (83) se vieron sin mascarilla y sin distancia, siendo ambos de la escudería del grupo de riesgo.
Resulta que Briatore, propietario de la discoteca "Billionarie" en Costa Smeralda (Cerdeña), había culpado al gobierno italiano y a médicos y virólogos de "aterrorizar al país". Y se enfadó muchísimo con las autoridades de la isla por cerrar el ocio nocturno, cuando Cerdeña pasó de ser prácticamente inmune a foco principal de contagio.
Para subrayar su cabreo, Flavio acuñó una frase que pide camiseta: "Es un virus panadero, que trabaja de noche y descansa de día". Cuando Briatore ingresó en el hospital se habían registrado más de cincuenta casos positivos en su discoteca.
Ser Briatore es una postura ante la vida, niegas la realidad y te cachondeas de la ciencia, pero luego acudes a un hospital para que te atiendan. Y ya, si eres un auténtico Briatore, un Briatore pata negra, desde la cama del centro sanitario, cuando te preguntan si tienes coronavirus, te pones a hacer chistes tipo: "Déjame decirte, puede ser, con los vientos que hay en Cerdeña…", con un par que no cabe en ningún tanga.
Déjame decirte, Briatore, que quizás para calmar los vientos de Cerdeña sirva también una fórmula que suele utilizarse para rogar a los cielos que no "haga malo" cuando tenemos un evento importante. Además guarda cierta relación con el mundo de la panadería que citas como fuente en tu cabreo por las medidas de protección ante los rebrotes: "manda huevos"… a las monjas de Santa Clara. Que te mejores… Y del coronavirus, también.
(Un regalo musical a la salud de los negacionistas: Emosido Engañado, by Trazzto).Emosido Engañado