El genio Scorsese, distinguido con el premio Princesa de Asturias de las Artes, sería un gran director para una película llamada España. Martin podría elegir género: romántico, terror, comedia, aventura, novela negra, guerra o mafia. Caben todos. Muy fan.
Scorsese y Cifuentes fueron noticia, el mismo día, por unas imágenes. Las del cineasta neoyorkino componen una carrera prolífica y brillante, con mucho recorrido por delante y le han llevado a ganar uno de los galardones más prestigiosos de este país. Las de la expresidenta en el supermercado, han puesto fin a su recorrido gubernativo y político y le han abocado a un desprestigio difícilmente imaginable hace unos meses...
Ante tal coincidencia, me he puesto a jugar con los títulos de las películas de Scorsese, muchas noticias de estos días podrían encajar perfectamente con alguno de ellos:
Uno de los nuestros, el primero que me vino a la mente al conocer los detalles siniestros del vídeo de Cifuentes: el tiempo que estuvo guardado, las tensiones conocidas entre “familias” genovesas, la mención de la protagonista a los de “la etapa anterior” en el anuncio de su dimisión, el espionaje y esas cosas...
Otro título del maestro, Alicia ya no vive aquí–Cristina, en este caso–, nos llevaría a las consecuencias políticas del máster embadurnado en crema que ha acelerado el recambio en la Puerta del Sol.
Ciudadanos anda en la búsqueda de un “candidato limpio” de la lista más votada, la del PP, o sea, trata de encontrar un trébol de cuatro hojas en el mismo jardín del que tantas malas hierbas han brotado...
Hablando de candidatos... El último vals, espléndido documental musical de Mr. Martin, añadimos una “ele” y nos sale Valls, presunto futuro invitado a las filas naranjas para optar a la alcaldía de Barcelona.
El último Valls como último ideón brillante de Ciudadanosideón, para los positivos, o El último Valls como hipotético puesto en el que quedaría en esas elecciones municipales, para los negativos. La política, tan futbolera, abre el mercado de fichajes y, como lo importante es ganar, aquí Valls y después gloria...
Infiltrados, otro gran título del artista de Little Italy, serviría para la reciente movida morada pero, en este caso, habría que eliminar el prefijo “in”.
Filtrados en Telegram fueron los documentos de Bescansa que animaron el nombramiento del precandidato Errejón y cuyo final –de la primera parte de la saga– quedó cerrado con un cartel que, en lugar de “The end” rezaba “nosotras”, aunque aparecieran “ellos”. El cartelico ha pasado a mejor vida y eso que a algunos les pareció una idea fantástica y muy feminista...
Para el caso ERE de Andalucía, cuya pieza política se juzga en estos días, valdría Casino porque, oye, por suerte y por azar, recibías una ayuda caída del cielo, bueno, de la Junta. Aunque los jefes supremos, Chaves y Griñán, no se enteraban de que eso ocurría... claro, lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas.
Y llegamos a una joya,Toro salvaje, protagonizada por un actor de carácter, de Niro, y nadie da mejor en el casting que Rafael Hernando. Hernando es ese señor que siempre da titulares con sus argumentos, el de esta semana les encantó a los pensionistas: “Los que pedían la subida de pensiones cuando solo las subíamos el 0’25, que salgan, por favor, a darle las gracias al gobierno”.
Alguien capaz de decir eso, sin sonrojarse, bordaría esta frase de Jake La Motta: “Den un escenario a este toro, donde pueda demostrar su bravura. Aunque lo mío es pelear, más me gustaría saber recitar, esto es espectáculo, esto es espectáculo".
Sin alejarme de De Niro, actor fetiche de Scorsese, llego a Taxi Driver y visualizo a Esperanza Aguirre quien, ante un espejo, ensaya la respuesta sobre su responsabilidad al frente de un parque acuático de batracios: “You talkin’ me? You talkin’ me?".
Se merece un Oscar.
¿Y cuál sería el título para relatar el episodio del senador Agramunt, acusado por el Consejo de Europa de presunta actividad corrupta, que incluye presuntos sobornos con prostitutas “de tres en tres” en hoteles de lujo? La edad de la inocencia. El senador –expedientado por el PP– usó en defensa de su inocencia... la edad: “Ojalá yo pudiera hacer estas cosas, pero tengo una edad”.
Sí, a mí también se me han atragantado las palomitas.
El Rey de la comediasería, sin duda, Montoro. Revisen sus intervenciones en el Congreso, no hay nada igual.
Y así llegamos al drama de la semana, la sentencia judicial sobre La Manada –insulto al mundo animal que esos individuos hayan elegido tal apodo–. Aquí no cabe el humor, demasiado dolor y estupor y vergüenza y rabia y asco.
De la filmografía de Scorsese he escogido Silencio.
– Silencio, el que guardó una niña de dieciocho años violada por cinco tíos en un portal.
– Silencio, el que han mantenido tantas mujeres por miedo a que las culparan de haber sido agredidas.
– Silencio el que agradecería cada vez que escucho el estribillo vacío y recurrente: “respetamos la sentencia aunque no nos guste...” en boca de políticos que deberían ponerse a trabajar por una sociedad sana y decente. A ellos y a los que las condenan con ardor, menos mantras sin contenido y más legislar, para evitar interpretaciones que puedan llevar a votos “tan particulares”.
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– Silencio, el que se empieza a romper en la calle contra una vergüenza que no puede continuar.
– Silencio que se convierte en grito para que algunos energúmenos entiendan algo tan simple: NO ES NO.
Una de mis películas favoritas del maestro, genio, mi admirado Scorsese, es Jo, qué noche. Si se anima usted, maestro, dirija la película de España y márquese un Jo, qué país, en el mejor sentido y en el peor, es el nuestro.
El genio Scorsese, distinguido con el premio Princesa de Asturias de las Artes, sería un gran director para una película llamada España. Martin podría elegir género: romántico, terror, comedia, aventura, novela negra, guerra o mafia. Caben todos. Muy fan.