Si alguien necesita sitios para pensar de manera organizada es la izquierda. Casi por definición, la derecha suele estar mejor conectada con los centros del poder económico. Simplificando, podríamos decir que la derecha está tan presente y tan cómoda en las escuelas de negocios como la izquierda en las tertulias de escritores o en los cafés-concierto. Es casi parte de su ADN respectivo.
Por eso muchos aplaudimos el anuncio de la creación de un gran think tank dependiente del PSOEPSOE, en el verano de 2008. Y aplaudimos también que bajo el paraguas de aquella nueva Fundación IDEAS, se integraran dos años después las actividades principales de tres de las fundaciones socialistas más antiguas: la Pablo Iglesias, la Ramón Rubial y la Jaime Vera.
La Fundación IDEAS se convirtió en muy poco tiempo en un referente indiscutible. Además de reforzar las actividades que las organizaciones socialistas precedentes habían venido desarrollando en el pasado, aumentó considerablemente el espectro de su trabajo y aprovechó las sinergias de esa nueva estructura para conectar la nueva factoría de ideas con la formación de cuadros, la cooperación con otros partidos, los españoles en el exterior, y la presencia en América Latina, actividades hasta ese momento desconectadas. En un salto cualitativo sin precedentes, desarrolló una nueva red internacional y estableció relaciones muy cercanas con los principales think tanks progresistas de Estados Unidos y Europa (como el Center for American Progress, FEPS o Policy Network). Creó un Comité Científico del que aún forman parte personalidades como Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs, Jeremy Rifkin, Vandana Shiva, Loretta Napoleoni o Nicholas Stern. Produjo decenas de policy papers de calidad incuestionable y homologables a los estándares de las instituciones más prestigiosas del mundo. Promovió y financió decenas de investigaciones y actividades para renovar el pensamiento progresista. Y organizó algunos de los encuentros más relevantes que la izquierda ha tenido en el mundo en los últimos años, en el marco de la iniciativa Global Progress. Bajo el liderazgo de Zapatero, participaron en las actividades de IDEAS todos los nombres más destacados de la izquierda mundial, desde Clinton y Lula, hasta Bachelet y Hollande, algo que no se había producido en toda la historia del PSOE.
Con ese nuevo tinte innovador y con un foco especialmente importante en materias económicas, la Fundación aportó datos e investigaciones sobre los desafíos sociales, laborales y medioambientales de nuestro tiempo. Y sobre ellas construyó ideas audaces sobre el crecimiento inteligente, la sociedad de las oportunidades, las nuevas tecnologías o las nuevas formas de energía del futuro. Haciendo uso de una sede casi desocupada hasta entonces, en la famosa calle Gobelas, IDEAS se convirtió en solo cuatro años uno de los diez mejores think tanks políticos del mundo, según el ranking de la Universidad de Pensilvania.
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Hace unos días, el secretario general del PSOE firmaba su acta de defunción. Quien esté interesado, aún puede descargarse de Internet las decenas de documentos producidos en la corta vida de la institución. Se ha ofrecido la más fácil de las excusas para su cierre, pero algunos nos tememos que la verdadera razón es que IDEAS era una fundación demasiado innovadora y demasiado progresista para un PSOE tan poco audaz, tan bloqueado y tan conservador como el que vemos en este momento. Una institución a la que se respeta no puede estar al albur de un director determinado. Sobre la gestión del único director que ha tenido IDEAS, creo que además tanta crítica, sería justo reconocerle algunos méritos, suyos y de las redes que formó. En todo caso, más allá de la opinión de cada cual sobre el pasado reciente, es evidente que la pervivencia futura de una institución no puede depender de un solo factor, ni siquiera de su director. Esa es una mala excusa para presentar a los cientos de consultores, profesores, especialistas o voluntarios con los que IDEAS ha trabajado en su corta vida, y entre los cuales se encuentra este servidor.
¿Por qué entonces este cierre tan brusco? IDEAS fue una buena idea de Zapatero y, aún hoy, nadie se atreve a reivindicar la figura del presidente que nos sacó de la guerra más absurda, que promovió la extensión de derechos de ciudadanía, que primero planteó el federalismo como posible solución a la cuestión territorial, que más contribuyó a terminar con ETA, y que evitó, sacrificando su propio prestigio personal, una repentina intervención de nuestra economía. La dirección del PSOE, que, por cierto, fue coprotagonista tanto de los éxitos como de los fracasos de aquel presidente hoy escondido, aún siente que aquella Fundación era rémora de un pasado infeliz. Por otro lado, la organización de la Fundación IDEAS exigió necesariamente la cesión de algunas parcelas de poder, y algunas poltronas, en manos de ex dirigentes del Partido Socialista. En un contexto de crisis y caída de recursos, la defunción de IDEAS les devuelve al statu quo anterior a 2008, y les permite quedar en sus sillones algún tiempo más.
Así anda el PSOE actual: a la defensiva, torpe, lleno de complejos, sin ambición y, desde ahora, sin IDEAS. Uno creía que esas eran cualidades típicas de los conservadores, pero es evidente que también pueden afear a un partido que se dice progresista.
Si alguien necesita sitios para pensar de manera organizada es la izquierda. Casi por definición, la derecha suele estar mejor conectada con los centros del poder económico. Simplificando, podríamos decir que la derecha está tan presente y tan cómoda en las escuelas de negocios como la izquierda en las tertulias de escritores o en los cafés-concierto. Es casi parte de su ADN respectivo.