Propone Compromís hacerle una moción de censura a Mazón y razona que es por dignidad y porque no puede seguir al frente de la Generalitat quien abandonó a su mala suerte a las y los valencianos que se ahogaban durante la riada provocada por la dana del 29 de octubre mientras él estaba quién sabe dónde, que eso ya parece trabajo para Paco Lobatón, y se mantenía ilocalizable. Su absentismo y su irresponsabilidad tuvieron las consecuencias dramáticas que ya sabemos. Acorralado, el político se quiere atar a su silla de mando y recurre a todas las mentiras posibles e imposibles, con una falta de rubor que da vergüenza ajena.
Un día dijo que no le encontraban porque no tenía cobertura y al siguiente que en todo momento estuvo en contacto con su equipo; una mañana dijo que estaba comiendo con el jefe de los empresarios de la región y otra que lo hacía con una periodista a la que sondeaba como posible directora de la televisión autonómica. Y para no irle a la zaga, porque entre bomberos no se pisan la manguera, su supuesto líder nacional, Alberto Núñez Feijóo, también sostiene al mismo tiempo que el presidente lo hizo todo muy bien y que debió ser apartado por el Gobierno central, al que tratan, uno y el otro, de hacer responsable final de lo sucedido. El balance de víctimas inexplicable en un país como el nuestro deja clara la ineptitud de quien debió estar en primera línea y montado en su caballo blanco, pero no hizo acto de presencia. La suya fue una ineptitud criminal.
Mazón dice que falló el sistema, pero eso no es cierto: si hubiera estado donde tenía la obligación de estar, habría habido media docena de muertos, no 217, que es una cifra propia de una nación subdesarrollada que no somos ni por asomo
Y, además, está todo muy claro. La UME demuestra que Mazón miente. La Aemet demuestra que Mazón miente. Protección Civil demuestra que Mazón miente. El Gobierno demuestra que Mazón miente. El 112 demuestra que Mazón miente. La confederación hidrográfica demuestra que Mazón miente. Los equipos de rescate demuestran que Mazón miente. Los alcaldes de diferente signo que han hablado demuestran que Mazón miente. Los vecinos demuestran que Mazón miente. Él dice que falló el sistema, pero eso no es cierto: si hubiera estado donde tenía la obligación de estar, habría habido media docena de muertos, no 217, que es una cifra propia de una nación subdesarrollada que no somos ni por asomo. Él está a un paso de decir que aunque se hubiera hecho algo a tiempo se habrían muerto igual, como las y los ancianos de las residencias de Ayuso.
Con un gramo de dignidad en su conciencia, Mazón ya habría dimitido. En lugar de eso se ofrece a liderar una reconstrucción que, lógicamente, requiere manejar cantidades enormes de dinero. Por lo pronto, ya ha adjudicado a dedo un contrato de emergencia de 290.000 euros a una empresa de la que entre 2017 y 2023, o sea hasta hace un rato, fue responsable de Relaciones Institucionales su jefe de gabinete y actual secretario autonómico de Comunicación, José Manuel Cuenca. Ojo que, leído así, “relaciones institucionales” cobra un sentido muy sospechoso. La firma en los documentos pertinentes la ha puesto la consellera que trató con cajas destempladas a los familiares de las víctimas que trataban de identificarlas o de estar a su lado. Para completar el negocio, el todavía president le ha otorgado 3,9 millones a dedo, para reparar una presa, a un constructor condenado por ser parte de la trama Gürtel que confesó la financiación de la caja b del PP valenciano.
El 29 de octubre, el secretario Cuenca estaba en Xátiva, a sesenta y dos kilómetros de la catástrofe, “atendiendo un asunto privado”. Ahí se encontraba a salvo de inundaciones, ya lo decía su compañero del partido Alfons Rus, cuando explicaba cómo había sido elegido alcalde de la localidad: "Les dije que traería la playa y me votaron: ¡serán burros!". En cuanto a Mazón, lo único que se sabe es que tampoco estaba en su puesto y hay quien duda que estuviera todo el tiempo en el restaurante que dice que estuvo cinco horas y haciendo lo que dice que hacía. El PSPV, que no parece mucho por la labor de secundar la iniciativa de Compromís, le pedirá la factura de esa comida. Hacen mal en lo primero y bien en lo segundo, porque Mazón puede hacer lo que quiera con su vida privada, pero no si eso provoca un cataclismo de semejante envergadura que pudo ser en gran medida evitado y se multiplicó por su culpa, como máxima autoridad del lugar. El resto no tiene ninguna importancia, las vidas perdidas lo son todo.
A los cuatro meses de llegar al poder de la mano de la ultraderecha, Mazón se cargó, como se sabe, la Unidad Valenciana de Emergencias y pasó lo que pasó; en 2025 tiene previsto cargarse la Agencia Valenciana del Cambio Climático y volverá a pasar. No esperen que se vaya por su cuenta quien es un negacionista, le es muy fácil negarlo todo. No dan para más.
Propone Compromís hacerle una moción de censura a Mazón y razona que es por dignidad y porque no puede seguir al frente de la Generalitat quien abandonó a su mala suerte a las y los valencianos que se ahogaban durante la riada provocada por la dana del 29 de octubre mientras él estaba quién sabe dónde, que eso ya parece trabajo para Paco Lobatón, y se mantenía ilocalizable. Su absentismo y su irresponsabilidad tuvieron las consecuencias dramáticas que ya sabemos. Acorralado, el político se quiere atar a su silla de mando y recurre a todas las mentiras posibles e imposibles, con una falta de rubor que da vergüenza ajena.