De Sadam a Irán, misma retórica

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Las redes sociales tienen una gran ventaja: permiten al lector husmear entre decenas de periódicos, revistas, webs, vídeos y estudios más o menos sesudos en busca de información de interés, como esta sobre los seis daños causados por Occidente a Irán. Podemos llegar a las mismas fuentes, algo que se amplía si se saben idiomas. Ya no dependemos tanto de una prensa tradicional que en algunos países ha dejado de cumplir sus funciones de explicar la realidad; ahora prefiere militar en una parte de la realidad. En este texto, les voy a proponer algunas lecturas sobre el pacto nuclear con Irán y que cada cual saque sus conclusiones.

¿Es bueno el acuerdo nuclear como defienden los negociadores de Lausana, incluido Irán? ¿O es un peligro para la seguridad de Oriente Próximo, como defiende el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu y muchos senadores republicanos estadounidenses? The New York Times nos ayuda con este gráfico.

No escriba en el buscador de Twitter la palabra "Irán". Es un laberinto lleno de información basura. Un ejemplo es esta pieza firmada en Jerusalén. Observen cómo llama el autor a Barack Obama. Este es el nivel. Otro ejemplo, Occidente ha capitulado ante Irán. ¿Se pueden considerar parte de Occidente China y Rusia, que son partes del acuerdo?

En el fondo del acuerdo tentativo, que así debemos llamarlo aún, hay una doble necesidad: acabar, o aplazar en diez años si se prefiere, el peligro de que Irán obtenga una bomba atómica, y lograr que el actual presidente, Hasan Rouhaní –de quien Roger Cohen dice que aspira a ser el Deng Xioping de Irán–, afiance su poder, que los reformistas y liberales se hagan con el control del Parlamento en las elecciones de 2016.

Barack Obama no quiere repetir el error estratégico de George Bush, que desperdició la presidencia de Mohamed Jatamí, otro moderado. No solo la desperdició, sino que con su política agresiva hacia Teherán favoreció el triunfo de los conservadores encabezados por el populista Mahmud Ahmadineyad.

Tras un primer mandato decepcionante para los intereses de EEUU, y los occidentales en general, Ahmadineyad se topó con una oposición bien organizada en las elecciones de 2009 con un candidato carismático, Mir-Hosein Musaví, que ya había sido primer ministro en los primeros años de la Revolución, aún bajo Jomeini. Además de que hubiera una mano meciendo la cuna, el presidente resultó decepcionante para una población que ansía respirar.

Las elecciones las ganó Ahmadineyad, pero con fraude. Esto generó protestas y el levantamiento de la parte de la población que está harta de clérigos castradores y de la doble moral. Aquella revolución verde fue aplastada por el régimen. ¿Recuerdan a Neda?

En este vídeo, la profesora iraní Farian Sabahi, que enseña en la Universidad de Turín, explica las claves de aquel fracaso. La conferencia se celebró en Córdoba el 20 de noviembre de 2012. La escasez de público muestra otro de los problemas de fondo: nuestro desinterés.

El acuerdo tentativo aún no está cerrado. Faltan flecos, detalles y que todo el mundo interprete por igual el texto firmado en Lausana. En junio deberá ser oficial y su aplicación y verificación un hecho. Entre los críticos destacan dos bloques: el Israel de Netanyahu y Arabia Saudí y algunos países del Golfo Pérsico. Ambos tienen capacidad económica e influencia política para intentar matar el acuerdo cuando pase por el Congreso de EEUU. Los republicanos controlan ambas cámaras, pero para matar el pacto necesitan los dos tercios necesarios para impedir el veto presidencial.

Los medios estadounidenses aseguran que dependerá de los demócratas, como si los republicanos fuesen un bloque impenetrable. Irán, y más en año preelectoral, es un tema complicado de defender en público. Está en los intereses económicos de EEUU hacer negocios con Teherán, que comparte con Qatar uno de los mayores yacimientos marinos de gas y es uno de los principales productores de petróleo, ahora dañado por las sanciones que se quieren levantar. Pero también lo está en los intereses estratégicos y militares en el cambiante Oriente Próximo en los que Irán parece más fiable a medio plazo que Arabia Saudí. Es curiosa la encuesta publicada por The Hill, web especializada en el Congreso.

Las doce claves del acuerdo final con Irán

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Estos son los puntos claves del acuerdo tentativo.

Si Irán estuviera cerca de conseguir una bomba nuclear, Arabia Saudí querría conseguir la suya (si no lo está intentando ya). Riad y Teherán son las capitales del mundo suní y del mundo chií, enfrentados desde el año 632 por la sucesión de Mahoma. Israel tiene motivos para desconfiar, ya que Ahmadineyad, un negacionista del Holocausto, prometió borrar a Israel del mapa. Pero Israel posee unas 400 bombas nucleares que pueden ser un buen argumento ante cualquier fantoche.

Además, ¿qué interés tendría Irán en bombardear un territorio con cerca de cinco millones de palestinos? La mejor seguridad siempre se consigue con un buen acuerdo. Si este lo será está por ver, pero después de tantas mentiras con las armas de Sadam Husein nos hemos ganado el derecho de no creer a los republicanos ni a Netanyahu. ¿Has visto ya el vídeo con el que abre la columna? Es la mejor manera de tener el contexto. Este del final, tampoco está nada mal.

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