“Nos equivocamos, pero no mentimos”. Siempre me ha gustado la sencillez de la frase con la que Jesús Maraña, el director editorial de infoLibre y un indiscutible referente ético del periodismo, resume la honestidad que intentamos practicar en este medio que fundaron él y otros cuatro periodistas cargados de integridad y razones.
A menudo da la sensación de que los periodistas no tienen abuela ni hemeroteca. Perdón (deformación profesional, ustedes perdonen): a veces, nosotros, los periodistas, en primera persona, nos comportamos como si no tuviéramos abuela ni hemeroteca. Demasiadas veces parece que practicamos nuestro oficio como si se tratase de un poder carente de responsabilidad pero, eso sí, lleno de una impostada importancia. ¡Viva la libertad de expresión, que lo aguanta todo! Por eso es imprescindible interrogarse cada día, ser lúcidos para advertir los errores propios y humildes para encerrar el ego en un cajoncito y reconocerlos.
Tan o más importante es el compromiso con la verdad. Porque la verdad existe. No es un relato, por muchas gafas que nos podamos poner al mirar el mundo. Se fundamenta en el respeto a los hechos y en la buena fe. La verdad importa, nos permite ser más libres y dueños de nuestro propio destino.
Durante casi un año, el Partido Popular nos ha acusado injustamente de mentir y de equivocarnos. Con ello, durante todo este tiempo ha tratado de hipotecar injustamente nuestro destino y los recursos económicos de nuestro proyecto, que son escasos porque queremos que el grueso de nuestros ingresos procedan de ciudadanas y ciudadanos comprometidos con una suscripción. El PP ha intentado coartar nuestra libertad y ha inquietado a nuestra redacción, a sus familias, a la empresa que la apoya y muy especialmente a la periodista Alicia Gutiérrez, que el 7 de junio de 2021 firmó una noticia exclusiva, llena de detalles que costó tiempo y esfuerzo contrastar y de evidente interés público.
El presidente de Murcia medió en la operación quirúrgica de un familiar de García Egea: “La van a programar para el día 20”. Noticia de apertura. ¿Por qué? Porque es muy extraño que un presidente autonómico se encargue de estar al tanto y mediar en citas médicas de ciudadanos particulares. O que teclee mensajes en su teléfono mil pidiéndole a un alto cargo sanitario: “Asegúrate de que lo citan” respecto a uno de sus mejores amigos, para colmo número dos del PP nacional, el partido que gobierna en la región. Es muy extraño que en una comunidad sin libre elección de centro se le opere en otro que no es de referencia pero tiene menos lista de espera o antes que a pacientes con la misma prioridad. O que el pariente fuese atendido por el cardiólogo horas después del mensaje del número dos del PP a Fernando López Miras en el que se evocó esa consulta. En medio de la peor pandemia sanitaria en un siglo, en la comunidad en la que el consejero de Sanidad y su pareja se colaron en la lista de vacunación del covid, un asunto así es de indudable interés público. No es "cojonudo", como exclama en los mensajes García Egea.
Un juez acaba de archivar provisionalmente la causa. infoLibre "tuvo diligencia en el contraste de los datos de la noticia antes de su publicación", se puede leer en el auto. No hay caso.
infoLibre lo investigó, pidió sin éxito una explicación a los afectados, borró todo dato médico del paciente (nunca identificado) que no fuera esencial para comprender la historia y en cuestión de horas recibió una denuncia por un delito de revelación de secretos que comporta, como López Miras y García Egea hicieron constar, hasta cinco años de cárcel. En público, tacharon como “falsa” la noticia y trataron desacreditar al medio. Todo con tal de proteger su “secreto” y desviar la atención. Tras acusarnos de mentir, en cuestión de horas reconocieron indirectamente que decíamos la verdad.
El juzgado de instrucción número 18 de Madrid acaba de archivar provisionalmente la causa, casi un año después. infoLibre "tuvo diligencia en el contraste de los datos de la noticia antes de su publicación", según se lee en su auto. "No está determinada la conducta con respecto a ninguno de los denunciados", abunda. Lo dice el magistrado. No hay caso, por más que algunos se empeñen en malgastar los escasos recursos de la Justicia en una caza de brujas que disimule sus tratos personales desde sus cargos públicos.
Unas semanas antes, la Fiscalía había defendido que los datos revelados eran “estrictamente necesarios para la publicación del hecho noticiable” ya que “la conversación de Whatsapp publicada reflejaba un presunto caso de corrupción entre los políticos que mantenían la misma, Fernando López Miras y Teodoro García Egea".
Estamos contentos por este archivo. Queremos pasar página y no tener que invertir dinero en la defensa en los tribunales para concentrar todas nuestras energías en la información. Sobran otros asuntos de interés público de los que informar en estos tiempos tan convulsos. Quisiéramos no escribir artículos como este, no tener que pedir a aquellas personas comprometidas con la información fiable y sin miedo que nos apoyen con una suscripción para que podamos costear nuestra defensa. Pero López Miras y García Egea, ya en esta nueva etapa de supuesta moderación de un PP que ha cambiado de líder, han interpuesto un recurso que podría alargar el proceso. Lo más curioso es que en su escrito de apelación, ellos mismos aseguran literalmente que la noticia fue “contrastada”.
Eso, que esté “contrastada”, que ni hayamos mentido ni nos hayamos equivocado, no les importa mucho. Muchas veces en el último año me lo he preguntado: ¿qué sentido tenía la denuncia y un tipo penal que puede acarrear años de cárcel? ¿Qué sentido tiene haberla mantenido tanto tiempo y ahora presentar un recurso?
Existe un cierto sustrato cultural que justifica que si tienes un amigo en la administración, puede mediar por ti. Incluso si se ven implicados recursos públicos o sanitarios. ¿Para qué si no están los amigos? Si, total, ¡no le cuesta nada! La que piensa así es una España que conviene desterrar y que, si se reproduce en las élites y el poder, los medios debemos denunciar.
Por otra parte, hay partidos políticos a los que no les importa intimidar a plena luz del día. Les da igual que sus presiones sean denunciadas y conciten el rechazo prácticamente unánime de periodistas de todas las ideologías, asociaciones de prensa o colectivos en defensa de la libertad de expresión (desde la Federación de Periodistas de España a Reporteros Sin Fronteras). No hay mejor aviso a navegantes que mostrar que estás dispuesto a mantener contra viento y marea tus presiones. Y que el siguiente, por muy contrastada que tenga una información de interés público, se lo piense dos veces. Y ya después de mucho tiempo, cuando muchos lo hayan olvidado, cuando ya no sea noticia, que la Justicia diga lo que sea.
Estamos deseando que este proceso judicial se acabe del todo y que el presidente de la Región de Murcia y el hoy diputado (antes general secretario) García Egea se rindan a la evidencia constatada ya por la Fiscalía y el juez. Hasta entonces, seguiremos informando, de esto y de todo lo demás. Seguiremos recordando a aquellos que se acerquen a nosotros que la información que reciben depende de ellos mismos. Que pueden suscribirse a medios como infoLibre que a veces (no en esta ocasión) se equivocan, claro, pero que no mienten. Y que, además, lo demuestran.
“Nos equivocamos, pero no mentimos”. Siempre me ha gustado la sencillez de la frase con la que Jesús Maraña, el director editorial de infoLibre y un indiscutible referente ético del periodismo, resume la honestidad que intentamos practicar en este medio que fundaron él y otros cuatro periodistas cargados de integridad y razones.