Horas antes de hacerse públicos en España los últimos datos del paro, Mariano Rajoy los filtraba en Tokio, para ufanarse de la buena marcha de la economía española. Tampoco ha respetado las normas mínimas de protocolo existentes en una cultura tan aferrada a la tradición como la japonesa. El presidente del Gobierno ha estrechado la mano al emperador nipón en lugar de hacerle una reverencia como marca la norma. A cambio, eso sí, el mandatario español ha dado las "gracias" en la lengua local.
Del contenido de sus palabras, la parroquia tuitera también tiene mucho que decir:
Horas antes de hacerse públicos en España los últimos datos del paro, Mariano Rajoy los filtraba en Tokio, para ufanarse de la buena marcha de la economía española. Tampoco ha respetado las normas mínimas de protocolo existentes en una cultura tan aferrada a la tradición como la japonesa. El presidente del Gobierno ha estrechado la mano al emperador nipón en lugar de hacerle una reverencia como marca la norma. A cambio, eso sí, el mandatario español ha dado las "gracias" en la lengua local.