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Un barómetro didáctico (más allá de los números)

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Si el norte es evitar la barbarie en España, esto es, un gobierno del PP y Vox,  lo primero que hay que tener claro es cuándo hay que convocar las elecciones generales. La intervención de Sánchez en la reunión interparlamentaria socialista del martes pasado desmintió los rumores que situaban esas elecciones junto a las andaluzas, pero hay que terminar de precisar esto. En concreto, hay que aprovechar las elecciones autonómicas y municipales del 2027 para recuperar territorios y mejorar la sensación social de éxito de la izquierda. Si los resultados de los comicios territoriales del 2023 hubieran sido favorables para el PSOE, podría pensarse en un supermayo, pero fueron catastróficos con aquella campaña de cada día  un anuncio del presidente (del gobierno), y  todos los medios hablando de Sánchez y a verlas venir Ximo Puig, Juan Lobato, Francina Armengol y todos los demás. Queremos que el presidente se entere de las dos cosas, es decir, que en las elecciones autonómicas y locales el guapo no es él –su presencia resta en casi todos los territorios–,  y que se tiene que votar al final de la legislatura para que la izquierda tenga opciones de reeditar un acuerdo de coalición que mantenga al PP y Vox en la oposición.    

Aclarado esto, vayamos a los números que se deducen del barómetro de febrero del CIS, más allá de la estimación de Tezanos que sitúa al PSOE unos cuantos puntos por delante del PP, lo que no puede responder a un afán propagandístico porque no está escrito en ningún lado que situar primero a un partido en las encuestas que se publican le beneficie.    

Como ya ha explicado Rafael Ruiz en estas páginas (ver aquí), este barómetro de febrero del CIS ha traído dos  novedades importantes y la confirmación de otros resultados. La primera novedad es el empate al 31% de los votos válidos entre el PP y PSOE, lo que proporciona 135 escaños a los populares  y 128 a los socialistas. Según mis números son 136 y 129, lo que viene a ser lo mismo: el PSOE tiene que obtener 2,5 puntos más que el PP para empatar a escaños, y esto es consecuencia de los dos fijos por provincia que establece la Loreg. Con estos porcentajes y un escaño fijo por provincia, como explicamos aquí, el PP y el PSOE empatarían a 130. 

La segunda novedad, no menos importante, es un resultado de Vox del 14,5%, que equivale a  cerca de 3,5 millones de votos y  45 escaños (+12). En concreto, Vox ganaría un escaño en ocho circunscripciones donde se eligen ocho o más diputados (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Murcia, Cádiz, Baleares y Las Palmas), todos a costa de Sumar, y otro escaño en cuatro circunscripciones donde se eligen siete o menos diputados (Santa Cruz de Tenerife y Salamanca a costa del PP, Tarragona se lo gana a Sumar y Albacete al PSOE). Precisando más esto, Vox consigue su resultado a partir de 2,4 millones de votos propios, 760.000 votantes del PP y 165.000 abstencionistas del 23J como aportes más significativos, aunque también ingresa 60.000 votantes del PSOE, 50.000 nuevos votantes y 30.000 votantes de partidos autonómicos. Como Vox sólo  transfiere alrededor de 250.000 votos al PP, su saldo actual con los populares es de medio millón de votos a favor. Además de esto, la transferencia de Vox al partido de Alvise se ha reducido considerablemente y, a día de hoy, SALF sería extraparlamentario con  370.000 votos. 

Los resultados que se confirman son los de Podemos y Sumar. Los primeros  obtendrían un millón de votos y dos diputados –Madrid y Barcelona a costa de Sumar–, y poco más puede subir, mientras que los de Yolanda Díaz han tocado fondo en 1,5 millones y 9 actas (-22), un resultado del que no pueden bajar porque es el estructural de los partidos que configuran la coalición.  En concreto, Sumar pierde los nueve escaños que gana Vox que acabamos de ver y otros tantos en favor del PSOE  (otro por Madrid y ya van tres, uno más por Valencia y van dos,  y uno por Málaga, Vizcaya, A Coruña, Zaragoza, Asturias, Granada y Girona). Esto suma una pérdida de 20 escaños a los que hay que sumar uno que gana el BNG en Pontevedra y otro que se lo lleva el PP en Córdoba.    

Con todo, PP y Vox están sumando en la actualidad 181 escaños que son 180 según Logoslab, suficientes para gobernar. Sin embargo, lo principal de este barómetro de febrero del CIS no son los números de situación sino su dimensión didáctica. 

Al PSOE le dice que su evolución en el mercado electoral está superando cualquier expectativa, lo que sucede a pesar de no enterarse de nada ni creérselo, porque ya me dirán ustedes qué hace Pedro Sánchez dando voces por España, o qué razón empuja a María Jesús Montero a hablar de fiscalidad el mismo día que el ministerio de Trabajo anuncia la subida del SMI. Cuanto más quietos estéis y más conscientes seáis de que os perjudica pesoear, mejor para todos. 

El mensaje para el PP es contundente: os está fallando la estrategia, si es que la tenéis, porque estáis cediendo a Vox medio millón de votos netos y Abascal ya es preferido a Feijóo en la mitad más joven del censo electoral

El mensaje para el PP es contundente: os está fallando la estrategia, si es que la tenéis, porque estáis cediendo a Vox medio millón de votos netos y Abascal ya es preferido a Feijóo en la mitad más joven del censo electoral. La dependencia de los populares de Vox es total y deberían comprender las cosas de otra forma. En el año 2015 aparecieron 3,5 millones de electores y 40 escaños diciendo "nosotros no votamos a los socialistas pero no somos como los del PP, queremos ser como los de Merkel". Luego pasó lo que pasó, y es que Albert Rivera no supo gestionar la oferta y Ciudadanos fracasó, pero esa era la demanda y esas personas no han desaparecido. Lo que significa que tú, PP de Feijóo, deberías dejar a Vox en su espacio y regresar a la normalidad democrática, definiendo una comunicación menos ansiosa, menos autoritaria  y más realista, más allá del cuento del gran centro-derecha que dejó de existir hace ya una década. Dicho de otra forma, tu problema no es Moreno Bonilla –Juanma–, sino las amigas de Milei, esto es,  Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo, además de la tropa de jurásicos de los medios de la derecha y del PP de Madrid, como Aguirre o Aznar,  aunque estos últimos importan poco o nada, al menos en la Casa Blanca. 

A Vox le dice este estudio que va sobre ruedas, pero esto no nos sorprende porque el PP está haciendo funciones de viajante de esta formación desde que apareció, y la generalidad de las crisis atribuidas a este partido –que se marcha Olona y es el final, etc.–, son un puro invento de un sistema que se niega a aceptar la realidad y así le luce el pelo.  

Sobre Podemos y Sumar, el estudio confirma lo que ya sabíamos. La continuidad de un gobierno de coalición similar al actual es imposible sin una solución unitaria y superadora de la idiotez. En la tabla  figuran los resultados del 23J y a continuación mi estimación (JM25), la estimación de Logoslab (LOGOS), los resultados supuesta la suma lineal de las estimaciones actuales de Sumar y Podemos  (SUM+POD), la estimación del resultado mínimo ganador  en el supuesto de una nueva candidatura de unidad (UNIDAD), y la estimación resultante supuesta la reforma de la Loreg a un diputado fijo por provincia (1 FIJO). Saquen ustedes conclusiones. 

En cualquier caso, el problema que hay que resolver no es especialmente difícil y no justifica el pesimismo o incluso el derrotismo que percibimos en el ámbito de la izquierda. Peores las hemos vivido, mucho peores que ésta y se han solucionado.

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Jaime Miquel es analista electoral. 

Si el norte es evitar la barbarie en España, esto es, un gobierno del PP y Vox,  lo primero que hay que tener claro es cuándo hay que convocar las elecciones generales. La intervención de Sánchez en la reunión interparlamentaria socialista del martes pasado desmintió los rumores que situaban esas elecciones junto a las andaluzas, pero hay que terminar de precisar esto. En concreto, hay que aprovechar las elecciones autonómicas y municipales del 2027 para recuperar territorios y mejorar la sensación social de éxito de la izquierda. Si los resultados de los comicios territoriales del 2023 hubieran sido favorables para el PSOE, podría pensarse en un supermayo, pero fueron catastróficos con aquella campaña de cada día  un anuncio del presidente (del gobierno), y  todos los medios hablando de Sánchez y a verlas venir Ximo Puig, Juan Lobato, Francina Armengol y todos los demás. Queremos que el presidente se entere de las dos cosas, es decir, que en las elecciones autonómicas y locales el guapo no es él –su presencia resta en casi todos los territorios–,  y que se tiene que votar al final de la legislatura para que la izquierda tenga opciones de reeditar un acuerdo de coalición que mantenga al PP y Vox en la oposición.    

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