Mitología griega

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Stuart Medina

Un interminable lustro ha transcurrido desde que se inició la crisis griega. Durante estos cinco años los políticos europeos y los responsables del FMI han recurrido a una narrativa que culpaba a los griegos y justificaba las políticas de austeridad. Este relato tiene una evidente inspiración ideológica neoliberal y está plagado de errores cuando no de falsedades. Pero eso no ha sido óbice para que los medios más influyentes lo hayan repetido ad nauseam con el celo del propagandista. Hemos sido testigos de cómo los dirigentes europeos y los representantes del FMI han reprendido reiteradamente a los griegos con un insultante tono de superioridad moral.

La campaña ha tenido éxito y me atrevería a afirmar que una gran parte de la sociedad comparte esta narrativa. Por eso, cuando llegaron al poder Tsipras y Varufakis con un discurso radicalmente distinto acerca de las causas de la crisis y exigiendo cambios de políticas, muchos reaccionaron con indignación. Sorprende oír, por ejemplo, a dirigentes socialistas españoles como Felipe González o Pedro Sánchez declarando que Tsipras se ha equivocado al convocar el referéndum o al retar a la troika para renegociar las condiciones del rescate.

Aunque el propio Varufakis ha definido ingeniosamente a la Economía no como una ciencia sino como ideología con ecuaciones, creo que, si se le dan al lector algunos datos quizás aprecie que los políticos de Syriza tienen algo de razón en sus reivindicaciones. Quizás sirva para que el lector reciba con menos hostilidad las propuestas que postulan otras políticas económicas y entender por qué la austeridad impuesta desde la troika estaba condenada a fracasar. Esta es la selección de mitos que pretendo desmontar o poner en contexto.

Mito nº 1. El gobierno griego gastó sin mesura en los años previos a la crisis.

El siguiente gráfico muestra cómo evolucionó el nivel de gasto público en proporción al PIB de varios países de la Unión Europea y para la media de los países de la UE.

Al lector le costará encontrar la curva de Grecia en el gráfico porque está enterrada entre las de otros países europeos. Si Grecia hubiera hecho algo distinto a lo que hicieron los demás, su curva sería fácil de ver en el gráfico. Una vez hallada podrá comprobar cómo en los años previos a la Crisis Financiera Global (CFG) el gasto público griego osciló entre el 44% y el 47% del PIB, en la media de los 27 países de la Unión Europea (UE-27) y no muy superior al de Alemania. Ya iniciada la crisis todos los países aplicaron políticas expansionistas e incrementaron su gasto; hasta que llegó la reacción neoliberal de 2010. Realmente Grecia no tuvo un comportamiento excepcional. Fue más aberrante el de España que prefirió mantener un nivel de gasto público muy bajo, similar al de algunos países de Europa Oriental.

Mito nº 2. El Gobierno griego ha sido incapaz de recaudar impuestos

Este mito es parcialmente cierto. Grecia mantuvo un permanente déficit público durante los años anteriores a la crisis. Al igual que otros Estados mediterráneos salidos de dictaduras derechistas, Grecia tiene un Estado raquítico con escasos recursos para obligar al pago de impuestos. España resolvió el problema optando por un nivel de prestaciones sociales inferior al de la media comunitaria. Grecia prefirió mantener un déficit elevado. Por esta razón Grecia consiguió mantener un nivel de empleo más elevado que España durante los años anteriores a la crisis.

Pero eso era antaño; hogaño Grecia podría considerarse el Estado más virtuoso de la Unión Europea, pues mantiene un superávit estructural o cíclicamente ajustado. Es decir, si no hubiese desempleo, Grecia tendría un superávit fiscal mayor que el de Alemania. El problema es que un posicionamiento fiscal de este tipo es fuertemente contractivo, especialmente si coincide con una profunda depresión. En las negociaciones con el gobierno de Tsipras, la troika pretendía imponer un nuevo ciclo de austeridad que llevaría inevitablemente a una nueva depresión.

Mito nº 3. La deuda griega es tan elevada debido a su sobredimensionado gasto militar.

Es cierto que Grecia ha mantenido un nivel de gasto militar en porcentaje del PIB. Muchos pensarán que ese gasto quizás podía haberse destinado a otros usos socialmente más útiles o en reducir el déficit. Sin embargo, en la Grecia salida de la dictadura de los coroneles y con una convulsa historia de guerras civiles el estamento militar consiguió reservarse un mayor trozo de la tarta presupuestaria. La tensa relación con su vecino turco sin duda ha contribuido a esta hipertrofia militarista. Sin embargo esta partida ha venido cayendo en los últimos años. Si tenemos en cuenta que en la razón gasto militar/PIB el denominador ha caído más de un 25%, esta caída es aún más espectacular. En las negociaciones con la troika se estaban discutiendo recortes adicionales entre 200 y 400 millones de euros.

Mito nº 4. La crisis de deuda se debe al endeudamiento público.

Si bien Grecia salió de la crisis petrolera de los años 70 con un elevado nivel de deuda pública, lo cierto es que los niveles de deuda pública respecto al PIB se mantuvieron desde entonces relativamente estables. Por tanto, la elevada deuda pública fue una herencia de décadas anteriores. Al igual que en España, fue el sector privado el que se endeudó de forma insostenible en la primera década del siglo. Después de la CFG fueron el deseo de desapalancarse del sector privado, la caída en la recaudación fiscal y el desplome del denominador (el PIB) los que llevaron la deuda pública a niveles insostenibles. En el siguiente gráfico la línea azul muestra el crédito al sector privado en miles de millones de euros y la línea roja la deuda griega en porcentaje del PIB.

Numerosos países han mantenido niveles de deuda pública elevados sin excesivas consecuencias. Ejemplos de ello son EE.UU. y Japón. Sin embargo, estos países no tienen problemas de solvencia porque un Estado emisor de moneda nunca puede quebrar siempre que se endeude en su propia moneda. Fueron la conversión de la deuda histórica griega de dracmas a una moneda que no controla y la pérdida de un banco central que actuara como prestamista de último recurso lo que ha convertido la deuda griega en un problema.

Mito nº 5. El gobierno griego maquilló sus cuentas para entrar en el euro.

Este mito es cierto. En 2001 Goldman Sachs realizó un préstamo secreto que le permitió al Gobierno griego ocultar el nivel real de su deuda. Lo trágico es que la transacción tuvo tal complejidad que el Gobierno griego no entendió el producto que estaba comprando ni pudo juzgar sus riesgos y costes [Bill Mitchell en Eurozone Dystopia (2015) citando a Dunbar y Martinuzzi (2012)]. Sin embargo en ejercicios de creatividad contable Grecia estuvo muy bien acompañada de otros países, incluida la "virtuosa" Alemania. En 1997, Theo Waigel, a la sazón ministro de Hacienda alemán, preocupado porque su país no conseguía cumplir con el criterio de déficit exigido por el Tratado de Maastricht, intentó que el Bundesbank valorara sus reservas de oro a precios de mercado para registrar un beneficio que enjugara el déficit de ese año. En este caso el banco central se opuso pero en cambio el primer país que incumplió las normas para entrar en el euro fue la nación germánica. Todos los países hicieron la vista gorda para asegurar el éxito de la operación.

Mito nº 6. Naciones europeas como España han sido solidarias con Grecia.

Recientemente el presidente Rajoy dijo refiriéndose a Grecia que "una cosa es ser solidario y otras es serlo a cambio de nada". Es verdad que España ha sido muy solidaria, pero no con el pueblo griego, sino con los bancos alemanes y franceses que eran los principales acreedores de Grecia en 2009. En ese año los bancos españoles prácticamente no tenían exposición a ese país. A través de los mecanismos de rescate europeos, la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera y el programa SMP del BCE España indirectamente ha prestado avales y garantías a Grecia por importe de 27.000 millones de euros. Sin embargo, la mayor parte de estos fondos se utilizaron para cancelar los préstamos bancarios pendientes a 31 de diciembre de 2009. El programa europeo de rescate de los bancos franceses y alemanes a costa del pueblo griego ha sido muy eficaz.

Conclusión

Lo malo de analizar los datos desde distintas ópticas es que te pueden arruinar una bonita fábula.

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Stuart Medina es economista y MBA por la Darden School de la Unversidad de Virginia. Acumula más de 30 años de experiencia profesional en los sectores de material eléctrico, TIC y biotecnología. Fundó en 2003 la consultora MetasBio desde la que ha asesorado a numerosas empresas de diversos sectores.

 

Un interminable lustro ha transcurrido desde que se inició la crisis griega. Durante estos cinco años los políticos europeos y los responsables del FMI han recurrido a una narrativa que culpaba a los griegos y justificaba las políticas de austeridad. Este relato tiene una evidente inspiración ideológica neoliberal y está plagado de errores cuando no de falsedades. Pero eso no ha sido óbice para que los medios más influyentes lo hayan repetido ad nauseam con el celo del propagandista. Hemos sido testigos de cómo los dirigentes europeos y los representantes del FMI han reprendido reiteradamente a los griegos con un insultante tono de superioridad moral.

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