El gran puzle de los Objetivos de Desarrollo Sostenible conlleva considerar una amplia gama de variables de estado para valorar que el desarrollo sea sostenible y si vamos en la buena ruta, la tendencia, para alcanzar la Agenda 2030. Este enfoque es mucho más complejo y va más allá del PIB, superando y mejorando indicadores como el PIB para caracterizar el progreso de la sociedad. Hasta ahora solo existen aproximaciones, más de cosmética y de imagen, en lugar de ir hacia los ODS de una forma rigurosa como hubiera sido la creación de una serie de indicadores de seguimiento vinculados a los presupuestos generales y su inclusión en un programa de gobierno. En el segundo tercio de la ruta hasta el 2030 nos hemos encontrado con el gran impacto producido por la tragedia del coronavirus.
A finales de abril la pandemia dista mucho de estar controlada. Algunos analistas predicen que podría darse esta circunstancia en 2022. Aún tiene que extenderse mucho más por el territorio y por países con menos recursos. La velocidad y magnitud del virus para paralizar la sociedad han sido brutales y en cuatro meses escasos ha matado a cerca de 170 mil personas y más de 2,7 millones de personas se ha detectado están contagiadas. Una tercera parte de la humanidad permanece confinada en sus domicilios, 1.500 millones de alumnos sin poder ir a clase, etc. Este panorama nos demuestra de una forma evidente la fragilidad y vulnerabilidad de la sociedad hablando en términos globales. Hasta ahora no nos habíamos enfrentado a una situación como esta en los últimos 50 años. Es evidente que el objetivo fundamental ahora y en los próximos meses va a ser la lucha contra el covid-19, pero también es el momento de ir planteándose el escenario #postCOVID-19. La irrupción de la pandemia puede ralentizar, de facto ya está sucediendo, todavía más los pequeños esfuerzos que estaban en ciernes de diseñar una sociedad más sostenible o servir de acicate o revulsivo para alcanzar un futuro que también lo fuese.
La herramienta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible puede ser muy útil para valorar las pérdidas o los impactos de la pandemia sobre la sociedad, también para valorar cuáles pueden resultar favorecidos o perjudicados en los próximos meses y para diseñar un futuro más sostenible. En el momento de publicar este artículo todavía hay muchas incertidumbres sobre el control de la expansión del covid-19: el fin del confinamiento, la extensión en otros países, etc. En cualquier caso, todo va a depender de las diferentes políticas aplicadas en el inmediato futuro.
Vayamos por partes. El momento de la llegada de la pandemia. La pandemia llega cuando el cuerpo de la economía mundial no solo no se ha recuperado aún de los males de la anterior crisis, sino que algunas variables han empeorado como recuerdan algunos analistas económicos como A. Aranda, de Forbes. España todavía no se ha recuperado totalmente de la crisis del 2008, crisis que aumentó la desigualdad, precarizó todavía más el empleo y el acceso a la vivienda, y no hemos sido capaces de hallar salidas estructurales creando un tejido innovador de investigación, desarrollo e industria manufacturera, creando una enorme dependencia de sectores como la construcción y el turismo. Quedaron sin solucionar problemas ambientales graves como el agua, la construcción en la costa, las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero, agresiones a la biodiversidad y en definitiva el modelo productivo del país. Con estos problemas aún no resueltos, irrumpe con una fuerza arrolladora el covid-19. La pandemia va a producir según el FMI una tasa de desocupación del 21% llevando al paro a más de 1 millón de personas y una caída del PIB del 8% en 2020, originando en España la recesión más acusada desde la guerra civil. En función del tipo de salida de la crisis, si es en V o en U, el PIB podría volver a subir un 4% en el 2021 en un escenario optimista. Esta gran crisis, unida a la falta de confianza en el consumo, va a necesitar una acción coordinada por parte de todos los agentes de la economía que no aumente todavía más la desigualdad e iniciar la senda de la descarbonización y protección de la desigualdad.
Efectos ya detectados por el covid-19 en los 17ODS en España
El covid-19, en tan solo 4 meses escasos, ya ha tenido un profundo impacto en el modelo de desarrollo sostenible español. Incremento de la pobreza ODS1 por disminución de los ingresos económicos y en muchos casos ausencia de ellos, aumentando de manera alarmante la tasa de pobreza a corto plazo en todo el territorio. Familias sin ahorros, temporeros, autónomos, empleados en precariedad laboral y poco cualificados se verán afectados y harán aumentar los porcentajes de familias bajo los umbrales de pobreza. Respecto al ODS 2 de alimentación, en su doble función de producción agrícola y de ser capaz de proporcionar una alimentación más sana, ha tenido un valor esencial durante estos meses y ha seguido funcionando de una forma ejemplar la producción y la distribución, sin embargo, la falta de empleo agrícola puede ser decisiva los próximos meses para la pérdida de cosechas por falta de trabajadores temporales, y por otra parte es muy probable que la malnutrición asociada a la obesidad también haya aumentado durante estas semanas en el conjunto de la población española.
El covid-19, por supuesto ha sido muy negativo para la sanidad, el ODS 3, que ha sido clave para parar la pandemia y minimizar los fallecidos y afectados por la misma, pero también se ha visto afectado en sus profesionales pues más de 30.000 sanitarios se han contagiado y una treintena no han superado las complicaciones de la infección. Se han demostrado las graves carencias en cuanto a medios, alertas tempranas y planificación. También ha tenido un fuerte impacto negativo sobre el ODS4 relativo a la educación pues se ha interrumpido el curso escolar y ha provocado que en España más de 8 millones de alumnos además de 1,5 millones de universitarios hayan visto canceladas sus clases y todavía no hay decisiones sobre cómo se recuperará esa formación a través de clases posteriores ni existe unanimidad respecto a cómo se evaluará el curso escolar. El ODS5 de igualdad de género deberá ser estudiado con más detalle, pero ya se ha avanzado, por ejemplo, el impacto desigual en las víctimas de género entre los sanitarios.
EL ODS6 relativo al agua no ha tenido un especial significado respecto al covid-19, funcionando los sistemas de abastecimiento y depuración de las ciudades en una situación donde no ha habido sequía ni un especial estrés hídrico, pero sí se ha observado por ejemplo un enorme aumento en el consumo de agua embotellada. El ODS7 de energía se ha visto especialmente afectado por una disminución de hasta un 25% en la demanda de energía en los días laborables. Esto ha determinado que la energía consumida haya sido mucho más limpia ya que no han entrado en la demanda la procedente de combustibles fósiles y también ha producido una mayor presencia de las renovables (la nuclear se ha mantenido), han sido mucho menores las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la energía y han bajado los precios en el mercado mayorista aunque esto no se ha reflejado en la factura de los consumidores. El ODS8 relacionado con el empleo va a verse afectado de una forma drástica y más que dramática. Se prevé del orden de un millón más de desempleados, con una tasa de desempleo alrededor del 20%. Durante la pandemia se han tenido que paralizar miles de empleos relacionados con la hostelería, restauración, turismo, industria, transporte, etc. El ODS9 de industria e infraestructuras, donde el confinamiento decretado el 14 de marzo unido al cierre de las actividades económicas no esenciales el 30 de marzo han llevado a un escenario de parada casi absoluta de la economía, aunque algunos sectores se han visto beneficiados (por ejemplo logística, telecomunicaciones y producción de consumos sanitarios).
La caída de PIB y de exportaciones, producirán valores negativos en aspectos sociales y económicos. Respecto al ODS10, de la desigualdad, el impacto ha sido, está siendo y se espera que sea muy importante. Si bien ha habido enfermos de todas las clases sociales, la forma de pasar el confinamiento en pisos pequeños, con un elevado número de personas en cada unidad familiar, sin acceso al aire libre, con solo ventanas interiores, sin posibilidad de separación de posibles contagiados, etc., no es la misma que pasarlo en un piso luminoso, con una superficie afectada y zonas para ventilarse como balcones, terrazas e incluso jardines. Además, las viviendas pequeñas no tienen posibilidad de aislar estancias para miembros de la familia que estén contagiados, convirtiéndolas en una especie de probeta multiplicadora de virus. La salida de la crisis es seguro que afecte mucho más a clases con menos recursos y que esto se acentúe en los próximos meses y años, propiciando la desaparición de una clase media ya casi extinguida por la anterior crisis. El ODS11 relativo a las ciudades se ha visto favorecido en temas tales como la calidad del aire, donde se ha reducido de una forma importante el NO2 (aunque sigue quedando una fracción importante en muchas ciudades que no se ha reducido a pesar de la supresión casi absoluta del tráfico) y con valores mucho mas desiguales respecto a partículas pm10 y pm2.5.
Por supuesto la salud de las personas especialmente afectadas por la mala calidad del aire se ha visto fuertemente beneficiada por este gran y no planificado experimento al aire libre. La movilidad y otras variables relacionadas con este ODS por el confinamiento ha desparecido por supuesto, pero los suministros como el agua, la energía, la alimentación han funcionado gracias a una logística y una capilaridad puerta a puerta de una manera ejemplar. El ODS12 de producción y consumo, ha generado una serie de sectores perdedores y otros ganadores. Los perdedores por supuesto han sido el sector de restauración, hostelería, turismo, alquiler, fábricas de producción no esenciales, manufacturas, organización de eventos, convenciones, autónomos, etc. con algunos sectores beneficiados como son el delivery, la compra por internet, la logística y las empresas de telecomunicaciones.
El ODS13 ha sido beneficiado en cuanto a la disminución de emisiones, pero la historia enseña que después de crisis puntuales como la financiera de 2008 o al del petróleo del 73 se ha producido un incremento de las emisiones alcanzando niveles mayores a los previos, así que en este sentido se va a producir un beneficio muy limitado. El ODS 14 referido al océano también ha salido beneficiado de una forma puntual por el cese de pesca. El ODS 15 referido a la biodiversidad en los ecosistemas terrestres ha salido también beneficiado, pero también seguramente de una forma muy puntual. La retirada de la humanidad de algunos ecosistemas ha provocado en muy poco tiempo una recolonización espectacular por algunas especies, pero para recuperar poblaciones son necesarias actuaciones más continuadas en el tiempo y son necesarias estrategias y plazos mayores para que tenga algún sentido. El ODS16 respecto a justicia y participación pública ha sido afectado en cuanto a derechos de personas en cuanto a la capacidad de movimientos y por supuesto en la suspensión de cualquier tipo de manifestación y procesos judiciales. Finalmente, ha sido evidenciada la importancia del ODS17, el relativo a la cooperación internacional, donde ha habido una gran colaboración en intercambios de información, de buenas prácticas, de investigaciones compartidas sobre el genoma del virus, sobre posibles vacunas, etc.
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En definitiva, los ODS son muy relevantes no solo para evaluar lo que ha pasado respecto al covid-19 para nuestra sociedad sino para planificar un futuro orientado al inicio de la era del #postCOVID-19 y por tanto del futuro inmediato. Este futuro debe ser bajo en carbono, con protección de la biodiversidad, aprovechando las inmensas oportunidades de la España vacía, con mucha menor desigualdad, con sociedades mas resilientes y más tecnológicas. La salida de esta crisis sin duda debe ser la sostenibilidad y en esta situación tremendamente difícil y frágil también nos enfrentamos a otra crisis, la crisis climática donde la inacción no ha sido de semanas como en esta última, sino de decenios. Con el cambio climático nos ha pasado como les sucede a las ranas si el agua en la que viven se calienta poco a poco. No detectan un cambio de temperatura brusco y acaban falleciendo. El covid-19 nos ha puesto el agua en ebullición en poco tiempo y por esto hemos actuado. No dejemos que siga aumentando la temperatura pues nos va la vida en ello, sobre todo la de las generaciones venideras que no han tenido ninguna implicación en el destrozo que se está produciendo.
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Ignacio Marinas, Fernando Prieto. Observatorio Sostenibilidad. @isostenibilidad. Agustí Amorós. AIS-Group @GrupoAIS. Juanjo Salado. AUPEX. Las tres organizaciones que firman este artículo confirman su compromiso de realizar el informe Sostenibilidad España 2020, evaluando los retos y oportunidades del covid-19 en los ODS.
El gran puzle de los Objetivos de Desarrollo Sostenible conlleva considerar una amplia gama de variables de estado para valorar que el desarrollo sea sostenible y si vamos en la buena ruta, la tendencia, para alcanzar la Agenda 2030. Este enfoque es mucho más complejo y va más allá del PIB, superando y mejorando indicadores como el PIB para caracterizar el progreso de la sociedad. Hasta ahora solo existen aproximaciones, más de cosmética y de imagen, en lugar de ir hacia los ODS de una forma rigurosa como hubiera sido la creación de una serie de indicadores de seguimiento vinculados a los presupuestos generales y su inclusión en un programa de gobierno. En el segundo tercio de la ruta hasta el 2030 nos hemos encontrado con el gran impacto producido por la tragedia del coronavirus.