Confesión de un derrotado en Primarias

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“En la vida política hay derrotas que dignifican actitudes y convicciones y victorias que las empobrecen”.

Las Primarias son un cauce de participación, abierto a la militancia de los partidos, para perfeccionar los mecanismos de democracia interna en la elección de sus candidatos para cargos públicos y orgánicos. No son frecuentes y plantean algunos riesgos que son superables si los procesos de Primarias cumplen los requisitos de igualdad de oportunidades, transparencia e imparcialidad de los aparatos de dirección de los partidos. Contaré mi reciente experiencia.

Fue una decisión difícil, pues sabía que mis posibilidades de ganar eran escasas. Y así lo expresé a quienes se atrevieron a apoyar mi candidatura en las Primarias del PSOE para la elección del próximo candidato a la alcaldía de San Sebastián. Sin embargo, decidí intentarlo ante la mediocre gestión de los intereses generales de la ciudad que provoca la pasividad y autocomplacencia de su alcalde. Tengo la percepción de que la ciudadanía no aprecia la gravedad de la situación de los temas de fondo, más allá de las torpezas en los cambios de tráfico o de ciertas molestias causadas por la ola turística. Era necesario “mover la cazuela del guiso donostiarra” antes de que se pegue.

Sigo dispuesto a colaborar y hacer propuestas, desde nuevos espacios y foros, para contribuir a que Donostia avance en la superación de sus retos

También di el paso por considerar que había que abrir un debate democrático de ideas en el PSE-EE sobre el modelo de ciudad de los socialistas y sobre cómo recuperar la ambición de ganar la alcaldía en vez de resignarse a tener que revalidar la opción de un nuevo gobierno de coalición con el PNV en una posición cada vez más subsidiaria.

Quería denunciar lo que está pasando en un San Sebastián que puede “morir de éxito” por el crecimiento económico del turismo y por las compras de edificios por los fondos de inversión inmobiliaria. Mientras, se condena a la expulsión a la juventud y a familias ante la ausencia de una oferta razonable de vivienda pública y de pisos a precio tasado. Faltan proyectos compartidos en materias de cultura, inclusión, defensa del patrimonio, sostenibilidad y de consolidación de sectores económicos. No veo un modelo de ciudad innovadora para afrontar con éxito en su territorio la crisis económica y de supervivencia que padece el planeta.

Reconocí en los medios que, por mis dificultades al carecer del censo de afiliados y por maniobras internas, me estaba costando recoger los avales de la militancia. Llegué a la votación final del 9 de octubre y la perdí. No me arrepiento ni siento ninguna vergüenza por ello. El resultado de la votación fue claro en favor de la candidata oficial que contó con el apoyo público del aparato. Aunque no busco excusas ni trato de maquillar la falta de apoyo, de buena parte de la militancia, a una propuesta de gobernanza cívica y transformadora. Acepto con humildad y espíritu democrático la voluntad de la afiliación donostiarra.

Pero no sería honesto si diera por buenas las declaraciones de dirigentes socialistas en Gipuzkoa que hablan de unas Primarias ejemplares y respetuosas con el principio de imparcialidad por parte de la dirección del partido. No fue así. He asistido a una estrategia de acciones para orientar y mediatizar el voto, en contra de lo previsto en los Estatutos (art 5.1.b) que exigen igualdad de oportunidades, libertad, transparencia e imparcialidad de la dirección de la organización a lo largo del proceso.

Sé que camino sobre una cuerda muy fina y que, por afirmar lo anterior, habrá quienes digan que no sé perder o que miento. No me importa. En el escrito que he remitido a la Comisión de Ética y Garantías Electorales en Euskadi, documento alegaciones sobre hechos nada ejemplares que deben llevarnos a mejorar el Reglamento de las Primarias.

Veremos el resultado. Pido sinceras disculpas a cuantas personas he podido defraudar como candidato socialista y a quienes les hice creer en unas expectativas que no he sido capaz de cumplir. Pero sigo dispuesto a colaborar y hacer propuestas, desde nuevos espacios y foros, para contribuir a que Donostia avance en la superación de sus retos.

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Odón Elorza es Diputado del PSOE por Gipuzkoa.

“En la vida política hay derrotas que dignifican actitudes y convicciones y victorias que las empobrecen”.

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