El panorama político mantiene paralizada una de las cuestiones más importantes de las últimas décadas. El anteproyecto de Ley Sobre Cambio Climático y Transición Ecológica posee un enorme potencial para actualizar por fin el modelo productivo del país e iniciar una senda de crecimiento basada en una mejor competitividad, consecuencia a su vez de una mayor eficiencia energética y la transición hacia energías renovables. Precisamente, uno de los factores que lastra la competitividad de España es su consumo energético, dominado por productos petrolíferos importados prácticamente en su totalidad, lo que contribuye a una elevada dependencia energética, económica en todo caso, cercana al 70% y muy superior a la media europea situada en el 54%.
De hecho, el Ministerio de Fomento en 2018 informa que en España el sector de la edificación mantiene un peso del 31% en el consumo de energía final, repartido en un 18,5% en el sector residencial y un 12,5% en el sector no residencial. Es decir, el potencial de ahorro en consumo energético en edificación es tremendamente significativo. Sin embargo, según los datos del mismo organismo, al relacionar el número del parque de viviendas con los visados de ampliación y reforma del mismo año, obtenemos una tasa de rehabilitación que apenas alcanza el 0,11%, muy por debajo del 3% de tasa anual que la Directiva 2018/844 de eficiencia energética de los edificios estima sería necesario para cumplir de manera rentable las ambiciones de la Unión Europea en materia de eficiencia energética.
Igualmente, Rand Europe, un instituto de investigación sin ánimo de lucro, que toma los datos de Eurostat, publica un estudio donde se refleja que un 29% de menores de 15 años en España, alrededor de dos millones, habitan viviendas con humedades, poca luz, frío o ruidos, lo que hace que sean 1,7 veces más vulnerables a ciertas enfermedades respecto al resto de niños. Asimismo, según la misma fuente, uno de cada diez españoles es incapaz de calentar su hogar de manera adecuada, dato que no hace más que empeorar: en los años de la crisis este porcentaje aumentó, pasando del 7,2% en 2009 al 10,1% en 2016.
Por ello, CCOO de Construcción y Servicios contemplamos el anteproyecto de Ley Sobre Cambio Climático y Transición Ecológica como una gran oportunidad para mejorar el país en términos de calidad de vida y salud, además del impacto económico y de creación de empleo que supone. En aquel primer documento había un apartado dedicado a la edificación, que aunque poco ambicioso, permitía vislumbrar posibilidades de mejoras económicas y sociales, ya que establecía un volumen de rehabilitación energética de hasta 100.000 viviendas al año.
Aunque señalábamos que era una cifra inferior a los 500.000 edificios/año planteados en los estudios del sindicato sobre empleos verdes e inferior a las propuestas realizadas por otras entidades, mantener ese volumen en el tiempo sería en todo caso un primer hito importante, aunque quizás se podría plantear ir aumentando el volumen anual de rehabilitación.
Sin embargo, el último borrador de este texto parece no incluir ningún apartado específico al papel de la edificación y eficiencia energética, lo cual es realmente incomprensible, por la falta de visión estratégica climática.
Lo que proponemos ya se está poniendo en la práctica en otros países análogos. Un buen ejemplo de ello lo vemos en la Ley francesa para la Transición Energética y el Crecimiento Verde, que centra sus medidas en seis ámbitos, siendo uno de ellos el de la Edificación, donde se recoge lo relativo a eficiencia energética en la edificación con propuestas determinantes de obligado cumplimiento.
Siendo conscientes de que el Plan Integral Nacional de Energía y Clima recoge, aunque de manera insuficiente, lo relativo a eficiencia energética en la edificación, reivindicamos que se mantenga dicha cuestión con un espacio concreto en lo que ha de ser la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Una norma que tenga la voluntad de promover una lucha efectiva contra el cambio climático debe necesariamente hacer un mayor esfuerzo por referirse en su articulado al sector de la Edificación con espacio propio.
Este apartado debe incluir la rehabilitación del parque existente y la definición de un modelo de financiación consensuado, ya que, además de las subvenciones, es necesario abordar otros mecanismos financieros que se adecuen a las posibilidades de las familias evitando los problemas de pobreza energética. Así, es necesaria la creación de una entidad de carácter público que sea capaz de solventar la falta de financiación de los actuales intermediarios financieros.
Además, apostamos al igual que otras organizaciones del sector por la creación nuevamente de un Ministerio de la Vivienda que asegure las políticas fijadas en materia de Transición Ecológica, Economía Circular y que cumpla con la agenda Urbana Española. El próximo Gobierno tiene la oportunidad de cambiar el rumbo de la economía, poniendo la creación de empleo de calidad y la lucha contra el cambio climático en primer lugar, generando un círculo virtuoso de creación de riqueza y bienestar que beneficiará a toda la ciudadanía.
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Vicente Sánchez Jiménez es secretario general de CCOO de Construcción y Servicios.
Ha publicado los libros La responsabilidad social empresarial y su evolución en las compañías del IBEX35 y La responsabilidad social en las multinacionales españolas de la construcción.
El panorama político mantiene paralizada una de las cuestiones más importantes de las últimas décadas. El anteproyecto de Ley Sobre Cambio Climático y Transición Ecológica posee un enorme potencial para actualizar por fin el modelo productivo del país e iniciar una senda de crecimiento basada en una mejor competitividad, consecuencia a su vez de una mayor eficiencia energética y la transición hacia energías renovables. Precisamente, uno de los factores que lastra la competitividad de España es su consumo energético, dominado por productos petrolíferos importados prácticamente en su totalidad, lo que contribuye a una elevada dependencia energética, económica en todo caso, cercana al 70% y muy superior a la media europea situada en el 54%.