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Leyes que reparan el daño de la violencia machista

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Lidia Guinart

Con el año, acaba de terminar también un nuevo período de sesiones en el Congreso de los Diputados. De lo que allí ocurre trasciende sobre todo la verborrea, las salidas de tono, los insultos. La ciudadanía suele quedarse, medios de comunicación mediante, con lo más llamativo, que acostumbra a coincidir con lo más banal y, en demasiadas ocasiones, con lo más vergonzante del noble arte de la política.

Pero son, en cambio, muchas las cosas buenas, las acciones y actuaciones nobles que ocurren entre las cuatro paredes de la sede del parlamentarismo español. Lo que sucede es que muchas no son noticia o lo son menos. En el Congreso se trabaja mucho y bien, contrariamente a lo que circula por el imaginario colectivo. Se negocia y se transa, esto es, se cede a uno y otro lado de los escaños, para llegar a acuerdos y que estos redunden en una ley mejor, en una propuesta más beneficiosa para el mayor número de gente posible. Y eso se consigue más veces de lo que pudiera parecer. Es la política en mayúsculas. Lo que trasciende, insisto, es otra cosa, a pesar de ser solo una pequeña parte de lo que sucede en sede parlamentaria.

Son muchas las cosas buenas, las acciones y actuaciones nobles que ocurren entre las cuatro paredes de la sede del parlamentarismo español

Hemos aprobado muchas leyes en este período de sesiones y han entrado para su tramitación muchas otras no menos trascendentales. Los Presupuestos Generales del Estado para este recién estrenado año, la nueva Ley de Pensiones, la de Residuos para la protección ambiental, la de Estabilidad en el Empleo Público, la Ley contra el Dopaje, la nueva Ley de Formación Profesional, la Ley de protección de consumidores y usuarios frente a situaciones de vulnerabilidad social y económica, la Ley de la cadena alimentaria o la de Seguridad Vial son solo algunos ejemplos de normativas que han visto la luz en las últimas semanas.

Y también, en el último pleno ordinario antes de Navidad, la Proposición de Ley de mejora de la protección de personas huérfanas de violencia de género. Esta Proposición de Ley es, además, un ejemplo de colaboración estrecha y efectiva entre la sociedad civil comprometida con los derechos de las mujeres y el Partido Socialista. Nació a partir del informe de Fundación Mujeres en el que se ponían de manifiesto impedimentos y se apuntaban posibles soluciones para que un mayor número de huérfanos y huérfanas pudieran acceder a las pensiones y prestaciones y salvasen las trabas de tipo burocrático o fiscal con las que se encuentran en algunas ocasiones. La ley 3/2019 ya mejoró las pensiones de estas personas a quienes un asesino machista les había arrebatado a su madre. Esta nueva ley mejora aún más el acceso a esas prestaciones, así como a posibles herencias.

David adoptó junto con su mujer a su sobrina cuando esta se quedó huérfana siendo prácticamente una bebé. Su padre había asesinado a su madre. Tras la adopción, la pequeña se quedó sin pensión de orfandad. La nueva norma, que será ley tan pronto como salve el trámite en el Senado, hará compatible la adopción con las prestaciones y pensiones siempre que la familia adoptante no supere ciertos nieves de renta. Se trata, en este como en otros casos en los que incide la legislación, de evitar situaciones de vulnerabilidad sobrevenidas o agravadas a raíz de un asesinato por violencia de género. David cree que su hija, la hija de su hermana asesinada, nunca dejará de ser huérfana de violencia de género, a pesar de que tiene un padre y una madre que le quieren. Y está convencido de que esta proposición de ley supone reparación del daño para su hija. 

Son muchas las personas huérfanas de violencia machista que, como Ivana y Edgar, pueden estudiar gracias al Fondo de Becas Soledad Cazorla que gestiona Fundación Mujeres junto con la familia de la desaparecida y añorada fiscal. Estos dos hermanos pasaron por la durísima experiencia de presenciar cómo su padre asesinaba a tiros a su madre. Reparar ese daño moral es poco menos que imposible pero sí podemos mejorar la legislación para que, al menos, ellos u otros huérfanos en su situación puedan sortear los problemas de acceso al patrimonio, a seguros y a cuentas bancarias con que se están encontrando.

El feminismo ha empujado históricamente grandes reformas legales que ha impulsado el Partido Socialista. En este caso, además, se han sumado todos los partidos con la única excepción, siempre deplorable, de los negacionistas de la ultraderecha, que se han abstenido. El feminismo combativo, reivindicativo, junto con el socialismo transformador y comprometido formamos una ecuación que hace avanzar a las mujeres en derechos y libertades. El Pacto de Estado, del que también da cumplimiento esta nueva norma, es fruto de esta fenomenal entente. Juntas somos imparables. 

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Lídia Guinart Moreno es diputada por Barcelona y portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Seguimiento y Evaluación contra la Violencia de Género del Congreso y secretaria de Políticas Feministas de la Federación del Barcelonès Nord del PSC.

Con el año, acaba de terminar también un nuevo período de sesiones en el Congreso de los Diputados. De lo que allí ocurre trasciende sobre todo la verborrea, las salidas de tono, los insultos. La ciudadanía suele quedarse, medios de comunicación mediante, con lo más llamativo, que acostumbra a coincidir con lo más banal y, en demasiadas ocasiones, con lo más vergonzante del noble arte de la política.

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