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A pesar de los esfuerzos para desmantelar UNRWA, su labor humanitaria continúa

UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina, lleva 75 años operando en Oriente Próximo, promoviendo el desarrollo humano de las personas refugiadas de Palestina mediante la educación, la atención sanitaria primaria y la asistencia vital. La Agencia ha sido una fuerza de estabilidad durante décadas, a pesar de la escasez crónica de fondos. 

Desde el 7 de Octubre, más de 41.000 personas, posiblemente muchas miles más, han sido asesinadas en Gaza. En este contexto, UNRWA se ha convertido en la columna vertebral de la ayuda humanitaria en Gaza, así como un testigo incómodo de todo lo que está sucediendo allí. Casi todo el personal humanitario de UNRWA se encuentra desplazado. Al igual que la población en general, duermen en el suelo de las escuelas, en edificios semidestruidos o en tiendas de campaña construidas con plásticos. Hoy, incluso cuando UNRWA se enfrenta a ataques incesantes contra su personal, sus instalaciones, y sus operaciones sigue prestando asistencia humanitaria en la Franja de Gaza, trabajando incansablemente para cumplir con su mandato fundamental.

La ofensiva militar ha afectado gravemente a los niños de Gaza, donde son casi la mitad de la población. Miles de ellos han muerto y miles más han quedado discapacitados o huérfanos. El sistema educativo también ha sido diezmado. A 625.000 niños de toda la Franja de Gaza, incluidos 300.000 estudiantes de UNRWA, se les ha negado el derecho a la educación desde el 7 de octubre del año pasado. Casi el 70% de las escuelas de UNRWA han sido atacadas, lo que pone de relieve el flagrante desprecio por el derecho internacional humanitario. El 95% de estas escuelas se utilizaban como refugios para personas desplazadas cuando fueron atacadas. En ellas han sido asesinadas más de quinientas personas, mayoritariamente mujeres y niños.

El impacto de esta ofensiva militar sobre los niños, en particular sobre su bienestar mental y psicosocial, es devastador y tendrá consecuencias duraderas. Desde el 7 de octubre de 2023, UNRWA ha apoyado a más de 400.000 niños y adolescentes a través de actividades lúdicas, sesiones de apoyo a niños no acompañados, consultas psicosociales individuales y grupales, así como sesiones educativas sobre el riesgo de municiones sin detonar.

UNRWA y sus socios han terminado recientemente una primera fase de campaña contra la polio. La Agencia ha conseguido inocular la vacuna a más de 558.000 niños menores de 10 años en toda la Franja de Gaza. El organismo continúa siendo el mayor proveedor de salud en Gaza, llegando a ser capaz de atender más de 20.000 pacientes en un día en las pocas clínicas de salud que le quedan sin destruir, o convertir una de sus clínicas de atención primaria bajo intenso bombardeo, en una unidad de cuidados intensivos con personal que realiza cirugías improvisadas a docenas de casos con traumatismos.

La Agencia participa en casi todos los aspectos de la asistencia humanitaria en Gaza a través de sus miles de empleados. Al día siguiente de cada momento terrible, sin importar cuán profundamente se vea afectado el personal, incluida la muerte de sus propios hijos, siguen yendo a trabajar. Su día a día es distribuir alimentos, agua, kits de higiene, etc, a pesar de que Israel ha reducido de nuevo drásticamente la entrada de ayuda humanitaria. Estas distribuciones han alcanzado a la práctica totalidad de la población de Gaza.  

En este contexto, UNRWA ha sufrido una tragedia indescriptible, 220 de sus trabajadores han sido asesinados, muchos en el cumplimiento de su labor, otros mientras estaban con sus familias. 

Mientras los trabajadores de UNRWA trabajan, calculan mentalmente, tras cada explosión, el tamaño, ubicación y proximidad de la bomba al lugar donde están desplazadas sus familias. Siempre manteniendo la incertidumbre de si cuando terminen su jornada volverán a encontrarlas con vida. Hasta el momento, más de 135 hijos de trabajadores de UNRWA han sido asesinados.

A fecha de hoy, los 1,9 millones de personas desplazadas, muchas de ellas en múltiples ocasiones, han pasado en diferentes ocasiones por refugios de UNRWA. 

Cuando un refugio de UNRWA es bombardeado y mata a sus desplazados internos, y es nuevamente atacado días después matando a más, los desplazados internos continúan allí porque, a pesar de todo, se siguen sintiendo más seguros con personal de UNRWA a su alrededor. Aunque también el personal de UNRWA muera en estos mismos bombardeos, y los principios del derecho internacional que representa la bandera de la ONU se desvanezcan tras cada ataque, tal y como sucedió recientemente en una escuela de Nuseirat en la que entre las víctimas se encontraban 6 trabajadores de UNRWA.

A pesar de esta incesante y necesaria labor humanitaria, los esfuerzos concertados para desmantelar a UNRWA continúan sin cesar.  En las redes sociales se difunde constantemente información falsa sobre la agencia, que a veces cruza la línea de la incitación a la violencia, poniendo a todos nuestros colegas en grave peligro.

Los ataques contra UNRWA y los repetidos llamamientos del Gobierno de Israel para eliminar la Agencia no tienen que ver con la neutralidad.

Los ataques contra UNRWA y los repetidos llamamientos del Gobierno de Israel para eliminar la Agencia no tienen que ver con la neutralidad

En abril, una revisión independiente de toda la Agencia realizada por tres reputados centros de investigación bajo la dirección de la exministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, concluyó que UNRWA “posee un enfoque más desarrollado de la neutralidad que otras entidades similares de la ONU u ONGs”.

La campaña contra la UNRWA lo que pretende cambiar son los parámetros políticos para la paz en el territorio palestino ocupado y despojar a las personas refugiadas de Palestina de su estatus de refugiados. 

A principios de año se vertieron denuncias muy serias contra 19 miembros del personal de UNRWA acusados de participar en los estremecedores ataques del 7 de octubre en Israel. El Comisionado General de la Agencia, Philippe Lazzarini, cesó de forma preventiva a los acusados y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, puso en marcha una investigación independiente cuyos resultados se han sabido hace unas semanas. 

El informe concluyó que, en diez de los casos, no había pruebas o eran insuficientes para continuar con la investigación y cerró los casos. Mientras que en los nueve restantes la conclusión fue que, si las pruebas presentadas por Israel pudieran ser autentificadas y corroboradas, algo que el gobierno israelí no ha permitido, podrían haber estado involucrados.

En cualquier caso, es imprescindible distinguir el posible comportamiento de algunos individuos de lo que es el mandato de la agencia de servir a las personas refugiadas de Palestina. Es injusto y deshonesto atacar a UNRWA o su misión basándose en estas acusaciones. 

Mientras en el Parlamento israelí se debaten leyes para prohibir a UNRWA trabajar en Jerusalén Este, o incluso declararla organización terrorista, la Agencia es lo único que le queda a una población palestina diezmada, masacrada, traumatizada y exhausta durante décadas. El mandato de UNRWA encarna la promesa de una solución política justa y duradera. El desmantelamiento de la Agencia en Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, sólo servirá a aquellos que se oponen a dicha solución.

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Raquel Martí es directora ejecutiva de UNRWA en España.

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