Por un 2019 más sostenible

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Observatorio de la Sostenibilidad

A pesar del fracaso de los políticos en la COP24 en tomar medidas más ambiciosas y del interesado olvido, por parte de algunos, de la ciencia, ya nadie niega que el cambio climático sea el mayor problema al que se enfrenta la humanidad. 2018 es el cuarto año más cálido en la historia moderna de la Tierra y, según la Organización Meteorológica Mundial, en los últimos 22 años se han batido 20 récords de temperaturas elevadas. La temperatura media mundial en 2017 fue superior en aproximadamente 0,46° C a la media del período 1981-2010 y ya podemos decir que 2018 será el cuarto año más cálido. 2016, 2017 y 2015 han sido, por ese orden, los tres años más calurosos desde que comenzaron los registros en 1880. El mundo ya acumula un aumento de un grado de aumento de la temperatura y por ello ya se observan impactos globales de ese aumento, mas fenómenos meteorológicos extremos, incluidos más huracanes, aumento del nivel del mar que incrementa el riesgo de inundaciones y la sequía, que amenaza la producción de alimentos.

Todos estos efectos probablemente resultarán familiares en el futuro y configurará lo que ya se denomina como "new normal"new normal. Los estudios han demostrado que un aumento de temperatura de un solo grado puede aumentar los niveles de contaminación del aire, permitir que determinadas especies portadoras de enfermedades se expandan a otras áreas, causar la extinción local de las especies autóctonas, etc. Un cambio de temperatura de solo 1,5 grados centígrados pueden tener efectos dramáticos a nivel local. España es especialmente vulnerable por su situación geográfica y su clima mediterráneo. Aquí, 2017 ha sido el año más cálido desde que comenzó la serie en 1965, según la Agencia Estatal de Meteorología y la temperatura media fue de 1,1 grados superior al promedio del periodo 1981-2010. En 2018, el verano marcó una temperatura superior en 0,6ºC, septiembre 1,4ºC, octubre 1ºC, y noviembre 0,3ºC más por encima de la media. Este comportamiento ha sido similar a lo que ha pasado en otras partes del mundo donde los últimos veranos han traído algunos de los meses más calurosos registrados. Algunos impactos ya se han observado en España con una de las sequías más destructivas de la historia, la desaparición de glaciares, cambios en las especies agrícolas, incremento de frecuencia de tormentas, episodios extremos meteorológicos, aumento del nivel del mar y de riesgo de incendios forestales.

Para solucionarlo es evidente que lo primero es, por supuesto, emitir menos gases de efecto invernadero a escala mundial. Sin embargo, según las últimas estimaciones, ha seguido aumentando. Y en España, con los últimos datos de 2017, también aumentó, un 4,4%. En 2017, los sectores industrial, energético, refinero y cementero aumentaron sus emisiones un 10% y algunas empresas como Endesa, EDP, Iberdrola, Viesgo o Naturgy, aumentaron sus emisiones de una forma muy importante. Estos comportamientos no pueden volver a repetirse. El sector energético parece que ha entendido lo del carbón, no así lo del gas. Endesa ha anunciado que cerrará las centrales de Andorra y  Compostilla, aunque todavía quedarían las gigantes de Carboneras y As Pontes o Iberdrola (Lada y Velilla). Naturgy ha devaluado sus activos en España en casi 4.000 millones. Se espera que el resto de las eléctricas hagan lo mismo. Las grandes refinerías –Cepsa, Repsol y BP– también deben disminuir su emisiones en vez de aumentarlas. Las cementeras, siderúrgicas, etc. deben seguir con este proceso progresivo de descarbonización.

Por ello, el Observatorio de la Sostenibilidad (OS) ha vuelto a publicar el informe Empresas más contaminantes, donde detallamos las empresas más responsables con sus emisiones agravantes del cambio climático. Alguna de ellas sola es responsable de casi el 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero del país.

El transporte también debe iniciar su propio proceso de cambio y aquí la economía circular tiene mucho que decir. Por ejemplo, ¿no existe una forma de transformar parte o el total de los 30 millones de vehículos actuales de combustión por los eléctricos? ¿No es posible reutilizar o  aprovechar diversos componentes de los automóviles? En cualquier caso, en el centro de las ciudades no tienen cabida los coches contaminantes, pero tampoco las calefacciones de carbón, las incineradoras en las cercanías, o las energéticas o cementeras que a docenas afectan a los ciudadanos.

Otra de las claves del año pasado y del futuro es, sin duda, la economía circular, que podría reducir las emisiones en un 50% de gases de efecto invernadero. Según el copresidente del Panel de Recursos Internacionales del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Janez Potocnik, "alinear la política de economía circular de la UE con su estrategia de descarbonización a largo plazo podría contrarrestar más de la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa". Este tema es absolutamente crucial también para intentar conseguir un futuro más sostenible, por lo que hemos publicado el I Anuario de economía circular del país. En este anuario desgranamos más de 60 indicadores de un total de 7 grandes temas, donde observamos el estado y la tendencias de cada variable. El tema es muy complejo y muy incipiente, con lo que se puede calificar este Anuario de seminal.

En los informes anuales de Sostenibilidad en España basado en los ODSintentamos y seguiremos intentado radiografiar el país con los mejores indicadores disponibles para seguir estas tendencias clave. Estos informes se realizan desde 2016 (los ODS se aprobaron en setiembre de 2015) y es el más largo que se hace en este país. Este año, por fin, el Gobierno de España ha realizado su primer diagnóstico de los ODS. Tres años tarde, pero mejor tarde que nunca. Además, empieza a producir información del INE en algunos indicadores, lo cual es muy positivo. Otros colectivos han iniciado este año también sus propios informes. 

Las ciudades sostenibles han sido desde hace tiempo objeto de interés por parte de los profesionales del Observatorio, desde que sus integrantes hicieran en el año 2009 un informe de Sostenibilidad local. En 2018, por fin publicamos el informe Ciudades sostenibles en España: mejores ciudades, mayor calidad de vida, donde nos basamos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Nueva Agenda Urbana para determinar indicadores de las 52 capitales de provincia. Este ejercicio, donde se establecieron rankings por primera vez en este país, sirvió para señalar las mejores prácticas de sostenibilidad urbana de las ciudades.

Para el 2019, varios temas se adivinan como importantes, además de seguir con los cuatro ejes aquí descritos: la Descarbonización y el Cambio Climático, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la Economía Circular y las Ciudades Sostenibles. Además, profundizaremos en las concesiones hidroeléctricas y de la energía reservada, tema muy interesante para abaratar el precio de la luz, disminuir las emisiones, aumentar el control público del agua, permitir que los beneficios de las presas recaigan en los ciudadanos, etc. Por otra parte, los informes ya clásicos de las empresas más contaminantes para el cambio climático se verán acompañados de informes sobre la sostenibilidad en la costa, como ecosistema especialmente frágil y especialmente vulnerable y a la vez estratégico para el sector turístico y para toda la población que vive ahí. También nos centraremos en la importancia de la biodiversidad y en el grave tema de los incendios forestales, que ya han afectado en España a mas de 8 millones de hectáreas desde 1961. Todos estos temas están profundamente relacionados entre si, y de alguna forma lo que intentamos hacer en el OS es únicamente unir estos puntos.

El Observatorio de la Sostenibilidad acaba todos sus informes con recomendaciones. Proponiendo soluciones. Las soluciones, por ejemplo en cambio climático, además de la inevitable reducción de emisiones, implican diseñar y aplicar planes muy ambiciosos de adaptación. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 llama a "adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos". Pero, además, el último informe del IPCC refuerza esta relación entre ODS y cambio climático, ya que "puede socavar el desarrollo sostenible, y la mitigación bien diseñada y las respuestas de adaptación pueden apoyar el alivio de la pobreza, la seguridad alimentaria, los ecosistemas saludables, la igualdad y otras dimensiones del desarrollo sostenible". Limitar el calentamiento global a 1.5°C requerirá que se tomen medidas de mitigación y medidas de adaptación a todos los niveles. Estas medidas incluyen aumento de tecnologías e infraestructuras, así como el cambio de comportamiento y políticas a todos los niveles desde la administración central, la autonómica, la local, a todo el sector productivo e incluso a nuestros comportamientos personales.

En el caso de Madrid, el Observatorio de Sostenibilidad propuso cubrir de tejados solares la ciudad de Madrid. Podrían cubrirse hasta 13.444 hectáreas de superficies con generadores fotovoltaicos; de los cuales se estiman como 6.722 hectáreas como energéticamente viables, de los cuales se han estimado que producirían 6.462 GWh/año, para una potencia instalada de 4.503 MWp; equivaldría a reducir las emisiones en 3,17 millones de toneladas de CO2; con unos beneficios directos para los autoproductores, al lograrse amortización de las inversiones por debajo de los 5 años.

El despliegue de generadores fotovoltaicos en los tejados de Madrid daría energía solar para abastecer el consumo eléctrico total de 1,2 millones de personas; o 1,9 millones de personas de su consumo doméstico directo; o, en otros términos, el 51,4% del consumo de la ciudad de Madrid en 2016. El empleo generado durante la instalación se situaría en torno a las 14.000 personas; que pasarían a 9.900 estables para la operación y mantenimiento. La inversión movilizada se situaría en unos 5.800 millones de euros. Y en cuanto al ahorro producido a los inversores, podrían alcanzar hasta 100 €/MWh producidos por domicilio, o 350 €/año, adicionales a la amortización de la inversión.

Esta iniciativa estratégica iría en la línea de otras actuaciones internacionales como la de un millón de tejados solares en California, o la existente en Australia, Japón o Alemania; aportando una contribución decisiva, desde el lado de la demanda, del sector doméstico y servicios, históricamente consumidores natos, a los objetivos de la COP23 y a la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero; disminuyendo drásticamente los ratios de emisiones de Madrid.

Para la adaptación al cambio climático, sin duda las soluciones basadas en la naturaleza deberán hacer, por fin, su aparición en España como soluciones más baratas y más inteligentes que las actuales de infraestructuras de hormigón. Así, se deberán adaptar la costa, los ecosistemas forestales, los agrarios, la política hidrológica, etc.

Todas estas medidas, además de colosales desafíos, pueden suponer enormes oportunidades que con el apoyo de la industria, ingenieros, científicos, consultores y académicos cree una hoja de ruta para crear empleo: tejados solares con su correspondiente balance neto, la introducción de la biodiversidad en las ciudades, la economía colaborativa, la agricultura de proximidad, etc. Docenas de sectores emergentes  a los que hay que estar muy atentos y que servirán para descarbonizar la economía y crear cientos de miles de empleos verdes en pueblos y ciudades con dificultades. Estas soluciones entroncan con el gran green new deal que se está defendiendo ahora en muchos sitios de Estados Unidos.

Estos días la sociedad francesa se ha movilizado masivamente, bajo el nombre L'affaire du siècle,L'affaire du siècle para exigir responsabilidades a la administración por la inacción contra el clima. En Londres, Nueva York o Berlín son continuas las manifestaciones por este tema, y previsiblemente aumentará la exigencia por parte de los ciudadanos tanto como votantes como consumidores con respecto al cambio climático.

La amenaza de los escépticos del cambio climático también se cierne sobre Europa

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Es posible imaginar un futuro optimista, que será obligatoriamente descarbonizado, con "una renta básica universal, transporte de personas con bajo precio, cuidado de los mayores, alta educación, alquiler controlado, poco trabajo, ecosistemas bien conservados, bajas emisiones, ocio, alta automatización y alto bienestar". ¿Cómo se llegará a ese escenario? No lo sabemos, pero hay que empezar a hacerlo ya. Se pueden formular dos preguntas: ¿Es el capitalismo industrial avanzado capaz de encontrar soluciones a la devastación ambiental que causa? ¿Somos capaces como sociedad de reaccionar al cambio climático?

Una de las grandes preguntas para el 2019 es si los políticos estarán a la altura de lo que se espera de ellos y si, por fin, la ciencia se encontrará con la política. Y otra gran pregunta es si este sistema económico y financiero preferirá barbarie como hasta ahora, o inteligencia colectiva. O dicho de otra forma, suicidio colectivo y colapso o una gran transición inteligente. ______________________________

Numerosas organizaciones y profesionales nos han acompañado durante este año de 2018. Hay que destacar al profesor Federico Mayor Zaragoza, Jesús Maraña, Luis Miguel Domínguez, José Errejón y Santos Jorna, entre otros, además del Gabinete de Historia Natural, la Fundación Ciudadanía, Greenpeace, infoLibre, El Confidencial, El País, Efeverde, Planeta Futuro, 20 Minutos, Futuro en Común, Ecologistas en Acción,  empresas y administraciones como Ecoembes, la Junta de Extremadura y otros centros de la administración como el Instituto Geográfico Nacional, el Museo de Ciencias Naturales, Barcelona Super Computing Center, etcétera.

A pesar del fracaso de los políticos en la COP24 en tomar medidas más ambiciosas y del interesado olvido, por parte de algunos, de la ciencia, ya nadie niega que el cambio climático sea el mayor problema al que se enfrenta la humanidad. 2018 es el cuarto año más cálido en la historia moderna de la Tierra y, según la Organización Meteorológica Mundial, en los últimos 22 años se han batido 20 récords de temperaturas elevadas. La temperatura media mundial en 2017 fue superior en aproximadamente 0,46° C a la media del período 1981-2010 y ya podemos decir que 2018 será el cuarto año más cálido. 2016, 2017 y 2015 han sido, por ese orden, los tres años más calurosos desde que comenzaron los registros en 1880. El mundo ya acumula un aumento de un grado de aumento de la temperatura y por ello ya se observan impactos globales de ese aumento, mas fenómenos meteorológicos extremos, incluidos más huracanes, aumento del nivel del mar que incrementa el riesgo de inundaciones y la sequía, que amenaza la producción de alimentos.

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