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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Abascal intenta salvar la ‘moción Tamames’ retando a Feijóo a pasar de la abstención al sí

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La moción de censura que debatirá el Congreso a partir del próximo martes se ha convertido en una representación. Vox sabe perfectamente no sólo que está condenada al fracaso —sólo cuenta con el voto a favor de sus 52 diputados— sino que el PP, el partido con el que ansían pactar gobiernos de coalición en comunidades y ayuntamientos a partir del próximo 28 de mayo, no se va a mover de la abstención. 

Aun así, y en un intento de alimentar una expectativa que no existe, el presidente de la formación de extrema derecha, Santiago Abascal, y su candidato, el octogenario profesor Ramón Tamames, especularon este jueves en una rueda de prensa en el Congreso con la posibilidad de que, a la vista del discurso que el segundo pronunciará desde la tribuna del Salón de Plenos, el PP cambie de opinión y vote . La moción seguiría sin triunfar, pero en opinión de Abascal, al menos su partido se habría anotado el éxito de unir a toda la derecha en la reprobación del presidente Pedro Sánchez, al que atribuye todos los males.

“¿Por qué va a abstenerse [el PP] si en gran medida coincide?”, se preguntó. Deberían “reflexionar” durante los próximos días y, sobre todo, escuchar el discurso de Tamames en el hemiciclo antes de decidir el sentido de su voto.

Llamamiento final

También el candidato intentó alimentar la posibilidad de un cambio de postura en el PP, aunque descartó volver a hablar con Feijóo. La moción, dijo, ya está “en tiempo de descuento” y “no hay lugar a esa llamada. Pero sí habrá alguna cosa sobre la que reflexionar al final del discurso de la moción de censura. El sueño de una nueva coyuntura de consenso siempre permanece aunque sea difícil. Pedir el consenso no es nada malo, sobre todo para algunas cosas importantes”.

Tamames es un candidato impredecible y de ello volvió a dar pruebas en la rueda de prensa diciendo cosas como que Vox, PP y PSOE deberían unirse “porque son las únicas fuerzas constitucionalistas”, una idea inasumible para Abascal pero también para Alberto Núñez Feijóo, que llevan años situando a los socialistas fuera de la Carta Magna. Pero el líder de Vox demostró no sentirse incómodo a su lado, especialmente cuando defiende cuáles son las tres cosas “esenciales” que les vinculan: la unidad de España, el papel de la monarquía y la bandera.

Conocido el desenlace —todos los partidos anticiparon hace semanas el sentido de su voto— y hasta el discurso del candidato, adelantado por elDiario.es, Abascal y Tamames intentaron alimentar el interés de los medios haciendo ver las supuestas ventajas de que todo el mundo conozca ya los argumentos para censurar a Sánchez. “Quizá sirva para que otros grupos lo lean con atención y puedan reflexionar y cambiar el sentido de su voto”, señaló el presidente de Vox en referencia al PP.

Tranquilidad aparente

Abascal se esforzó por mostrarse tranquilo, lo repitió varias veces, como si intentase demostrarlo, a la vista de las críticas que está recibiendo por parte sobre todo de la derecha mediática por haber elegido a un candidato como Tamames. Está seguro, dice, de que sus votantes entienden la intención del partido: presentar a una persona “independiente” para expresar la censura contra Sánchez con la excusa de anticipar seis meses las elecciones generales. “Tempus fugit”, alegó el candidato para justificar las prisas de Abascal. No se puede perder tiempo cuando pasan cosas como la situación del español en Cataluña, la “insolidaridad” económica entre territorios o el estatus colonial de Gibraltar, enumeró el antiguo dirigente comunista.

“Creemos que el profesor Tamames es una figura pública que puede representar a todos esos compatriotas que exigen un cambio de rumbo y a los que nos podemos abrazar por encima de diferencias ideológicas o políticas. Eso es exactamente en lo que estamos de acuerdo, y no es poco”, se justificó el líder de Vox. “Lo demás es irrelevante. Estamos haciendo algo grande y no vamos a mirar cosas pequeñas”.

Este jueves quedó despejada una de las pocas dudas que aún pesaban sobre la sesión que tendrá lugar a partir del próximo martes. Tamames intervendrá desde el escaño de Abascal, en la segunda fila de hemiciclo, para evitarle, a sus 89 años y apoyado en un bastón, tener que subir en repetidas ocasiones a la tribuna de oradores.

Comodidad en el PP

Entre tanto, en el PP celebran las contradicciones entre Tamames y Vox y se reafirman en su abstención. Que esa postura esté recibiendo criticas por parte del Gobierno y de la extrema derecha confirma, en opinión de Génova, que fue la decisión acertada porque les sitúa, aseguran, en una posición central en el tablero político.

Feijóo declaró este jueves en València creer que hasta Vox está empezando a “tener dudas sobre lo que ha hecho”, porque va a brindar en bandeja una victoria parlamentaria a un Gobierno que el PP lleva semanas dando por finiquitado. En vez de eso, reafirmó, lo que hay que hacer es “derrotarle en las urnas”.

El Congreso celebrará la moción de censura de Vox y Tamames el 21 y 22 de marzo

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El Partido Popular intentará “que cambie el Gobierno no porque voten 360 diputados o diputadas”, explicó confundiendo una vez más el número de escaños de la Cámara Baja, “sino porque voten todos los españoles en todos los pueblos de España el 28 de mayo y en la mayoría de comunidades autónomas”.

Y para probar a quién beneficia la moción, a la que el PP trata de restar toda trascendencia, aseguró que los únicos que están contentos son el PSOE y su Gobierno. La coalición “está rota”, “necesita volver a soldarse”. Y Vox les ha ofrecido la oportunidad de “aparentar unidad”.

“Nosotros no vamos a apoyar esa moción de censura, insisto. Lo hemos dicho desde el principio y no le vamos a dar el triunfo a un presidente que en este momento es un presidente derrotado en la opinión pública”, zanjó Feijóo.

La moción de censura que debatirá el Congreso a partir del próximo martes se ha convertido en una representación. Vox sabe perfectamente no sólo que está condenada al fracaso —sólo cuenta con el voto a favor de sus 52 diputados— sino que el PP, el partido con el que ansían pactar gobiernos de coalición en comunidades y ayuntamientos a partir del próximo 28 de mayo, no se va a mover de la abstención. 

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