Alberto Núñez Feijóo va con todo. Hechos, hechos alternativos, medias verdades y mentiras con los que el PP quiere conseguir en Bruselas lo que no puede en España: detener la tramitación de la proposición de ley de amnistía con la que el PSOE y sus socios quieren pasar página del conflicto político desatado en Cataluña en 2017, cuando gobernaba Mariano Rajoy.
Este jueves, coincidiendo con la cumbre europea, Feijóo acudió a la capital comunitaria para participar en una reunión del Partido Popular Europeo, apenas unas horas después del tenso debate que su jefe de filas, el alemán Manfred Weber, sostuvo en Estrasburgo con el presidente español a cuenta de la amnistía y de los pactos que el PP español ha firmado con la ultraderecha española.
Allí el líder de la oposición española se empleó a fondo para convencer a sus socios europeos de que España está rompiendo las reglas del Estado de Derecho. Utilizando argumentos que no siempre se ajustan a la realidad.
Investigar a jueces
Como, por ejemplo, que el Congreso de los Diputados acaba de aprobar la creación de tres comisiones para investigar a los jueces que condenaron por sedición a los líderes del procés que no huyeron al extranjero.
Poco importa que no sea verdad. Lo que acaba de aprobar la Cámara Baja es la creación de tres comisiones de investigación que no tienen que ver con el tribunal que juzgó el procés. La primera se ocupará de la llamada Operación Cataluña, desarrollada por la llamada “brigada patriótica”, el grupo parapolicial surgido en el Ministerio del Interior durante los gobiernos de Mariano Rajoy. La segunda abordará las dudas que una parte del independentismo alimenta acerca de la relación del CNI con los atentados islamistas que tuvieron lugar en Barcelona y Cambrils (Tarragona) en agosto de 2017, apenas unas semanas antes del referéndum ilegal. Y la tercera buscará esclarecer la implicación del Estado en el espionaje al que fueron sometidos políticos independentistas utilizando el programa Pegasus.
Feijóo explicó en rueda de prensa que también ha contado a sus colegas de la derecha europea “las reuniones secretas que está teniendo el Gobierno de España fuera de la Unión Europea”, en alusión al diálogo abierto por PSOE y Junts en Ginebra. Unos encuentros que, por más que los describa en esos términos, en realidad no tienen participación del Gobierno de España.
Riesgo para el Estado de Derecho
El líder del PP trata estos días no solamente de cuestionar en Europa la legalidad de la ley de amnistía, sino de retratar al Gobierno de España como un ejecutivo que intenta someter a los jueces y poner fin a la independencia del poder judicial. Dos acusaciones que, de ser ciertas, con seguridad derivarían en sanciones, como las que la Comisión ya ha dictado contra algunos países, como Hungría y Polonia. Hay “un grave riesgo contra el Estado de Derecho, que es uno de los fundamentos básicos de la Unión Europea”, insistió desde Bruselas.
Por eso, cuando habla de la amnistía en el marco de las instituciones europeas, lo hace sobre todo aludiendo al perdón de delitos como “la malversación, la corrupción o el terrorismo” y que, según él, “no tiene precedentes en Europa”.
Son acusaciones que Feijóo trasladó a los dirigentes del PP europeo reunidos en Bruselas, entre ellos varios primeros ministros y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y que poco después repitió en una reunión con la comisaria europea de Valores y Transparencia, Věra Jourová.
En esta batalla de relaciones públicas en el escenario europeo, Feijóo está dispuesto a todo. Incluso a poner en boca de Sánchez cosas que no dijo en su intervención ante el Parlamento Europeo: “Realmente fue un mitin de su partido, faltó al respeto a los diputados, especialmente al portavoz del grupo mayoritario de la Cámara, [Manfred Weber,] y desacreditó la justicia española”. “Las referencias del III Reich al Partido Popular Europeo y a su líder, que como todo el mundo sabe es alemán, fueron algo absolutamente inaudito”, añadió. “El interés por vincular al Partido Popular Europeo con la extrema derecha europea es algo inaudito”.
El callejero
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En realidad, Sánchez no hizo nada de lo que afirma Feijóo. Se limitó a cuestionar los pactos suscritos en España por el PP con la ultraderecha de Vox y a preguntar a Weber qué le parecería recuperar el callejero del III Reich en Alemania, en alusión a la decisión de la derecha de devolver a algunas calles españolas el nombre que les dio el franquismo.
En su afán por descalificar al presidente español, Feijóo llegó a arrogarse la representación de España y dijo que había “pedido perdón” a sus colegas del PP europeo en nombre de nuestro país por la actitud de Sánchez.
“He visto a mis colegas europeos sorprendidísimos por la actuación del señor Sánchez”, aseguró. “Ha sido sencillamente lamentable. Ha dejado en ridículo a todos los españoles. Nunca un presidente de turno del Consejo y nunca un primer ministro ha sido tan bronco, tan maleducado, con una actuación tan impropia, de falta de respeto al Parlamento Europeo. Ha mostrado su verdadera cara. Estamos francamente abochornados y yo he pedido disculpas en nombre de España, de nuestro país, a mis colegas del Partido Popular Europeo”.
Alberto Núñez Feijóo va con todo. Hechos, hechos alternativos, medias verdades y mentiras con los que el PP quiere conseguir en Bruselas lo que no puede en España: detener la tramitación de la proposición de ley de amnistía con la que el PSOE y sus socios quieren pasar página del conflicto político desatado en Cataluña en 2017, cuando gobernaba Mariano Rajoy.