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INTERIOR

Aina Calvo, la mezcla de gestión y política con la que el Gobierno busca apaciguar Interior

Aina Calvo.

En el número dos de la madrileña calle de Amador de los Ríos está uno de los despachos más sensibles del Gobierno. La Secretaría de Estado de Seguridad es uno de los lugares que guarda más secretos del país y es pieza clave para el funcionamiento del Estado. Por allí se gestionan desde investigaciones contra delincuentes internacionales hasta operaciones de tráfico con millones de españoles en las carreteras.

Rafael Pérez, hasta ahora secretario de Estado de Seguridad, hace estos días cajas después de haber comunicado al titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, que abandona el puesto por motivos personales. Quería dejarlo desde hace tiempo y lo había verbalizado a su jefe en varias ocasiones, pero esta vez ha sido la definitiva.

Y el próximo martes el Consejo de Ministros nombrará en ese puesto a Aina Calvo, hasta ahora secretaria de Estado de Igualdad. Una política curtida en mil batallas pero que, como señalan varias altas fuentes del Ejecutivo, del PSOE y del PSIB, está muy considerada en los círculos de poder por su “capacidad de gestión y trabajo”, testada durante años en diferentes capas de la administración.

En el ojo del huracán

Calvo (Palma de Mallorca, 1969) llega en un momento de alta tensión en un ministerio que siempre está en el ojo del huracán y con el ministro Marlaska avalado por Pedro Sánchez pero desgastado políticamente y con críticas abiertas no sólo desde la oposición, sino también entre los socios del bloque de investidura.

Aterriza en el puesto en un momento en el que debe trabajar para calmar tensiones internas como las que hay ahora mismo con la UCO. En público los miembros del Gobierno y del PSOE hacen una defensa cerrada de esta unidad de la Guardia Civil, pero en privado algunos sí deslizan malestar por sucesos como la filtración de que se está elaborando un informe comprometido con Santos Cerdán, número tres del socialismo, que ni tan siquiera ha llegado al juez. En cambio, la relación es mejor entre Interior y la Policía Nacional. Las suspicacias han crecido estos días de manera exponencial tras la filtración de unos audios en los que la militante del PSOE Leire Díez pide a abogados y empresarios información comprometedora de Antonio Balas, teniente coronel de la Guardia Civil que está en la investigación de varios supuestos casos de corrupción relacionados con el Ejecutivo. Desde el PSOE y Moncloa se rechaza que haya una operación contra la Unidad y se ha abierto un expediente contra esta antigua contratada en empresas públicas como Correos. Dentro del propio socialismo, hay sectores que consideran que Marlaska nunca ha llegado a controlar bien su departamento.

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Calvo tendrá además varios frentes abiertos desde que se siente en su nueva silla como el control de las compras del Ministerio para evitar material de empresas israelíes y crisis como hace unas semanas por la adquisición de miles de balas. Con la atenta mirada en este tema de todos los socios (IU llegó a amenazar con dejar el Ejecutivo) y con una proposición de ley adelante en el Congreso para el embargo de armas a Israel.

Un asunto clave en su tarea será también las negociaciones con los sindicatos de las fuerzas y cuerpos de seguridad, según señalan fuentes del sector. Entre las reivindicaciones: la regulación de la jubilación anticipada (ordenada por el propio Tribunal Supremo), la equiparación salarial entre cuerpos y el reconocimiento de “profesión de riesgo” para los policías y guardias civiles. Además, estará muy pendiente de la tramitación en el Congreso de la medida impulsada por los socialistas para rebajar la tasa de alcoholemia a 0,2, lo que convertirá a España en uno de los países más restrictivos de la Unión Europea.

Entre Palma y Madrid

El Gobierno ha buscado en Calvo una figura que combina una profunda raigambre política con la experiencia de gestión. Licenciada en Filosofía y Letras y doctora en Ciencias de la Educación, la futura responsable de Seguridad tiene experiencia en estos temas al haber coordinado a las fuerzas y cuerpos de seguridad durante su etapa al frente de la Delegación del Gobierno en Balears entre 2020 y 2023.

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Calvo es una de las figuras más reconocidas dentro del socialismo del archipiélago balear. Fue diputada en el Parlament y logró hacerse con la Alcaldía de Palma en 2007, gracias a un pacto con IU y UM. Un cargo socialista que la conoce desde hace décadas hace esta reflexión: “Es una todoterreno de la política. Cuando estaba al frente del Ayuntamiento, intentó ganar espacios de la ciudad para la gente y hacer peatonalizaciones. Ahora eso se ve normal, pero antes no”.

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Pero su carrera política ha transcurrido por intervalos entre Baleares y Madrid. Durante la administración de José Luis Rodríguez Zapatero ocupó el puesto de subdirectora general de Cooperación y Promoción Cultural Exterior en la Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas, entre 2004 y 2006, y con el Gobierno de Pedro Sánchez también fue designada directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), entre 2018 y 2020. Luego pasaría a ser la delegada del Gobierno en Palma y regresaría a Madrid cuando se formó Gobierno tras las elecciones del 23J y el Ministerio de Igualdad lo recuperó el PSOE (pasando a ser la número dos de Ana Redondo). Ha tratado en ese puesto de tener un perfil sin estridencias y fuera de los titulares.

En las islas siempre se ha hablado, en clave interna, de la rivalidad entre Calvo y Francina Armengol, actual presidenta del Congreso de los Diputados. Las dos se enfrentaron al proceso interno para la candidatura a la Presidencia del Govern en 2015, ganando la segunda. No obstante, fuentes socialistas señalan que esa rivalidad tiene más de mito que de realidad y que ambas políticas suelen verse de manera habitual en Madrid para compartir impresiones.

“Es un perfil amable, lo que no significa que no tenga su colmillo político”, señala otra fuente gubernamental, que recuerda también el lado más personal de la futura secretaria de Estado de Seguridad: “Le gusta mucho leer y recargar las pilas junto a los suyos”. Ahora su agenda será todavía más apretada. Y como señala otro compañero socialista: “Estamos contentos con su elección, aunque menudo toro le ha tocado lidiar".

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