El PP de Euskadi tiene una semana para configurar el nuevo equipo de dirección que acompañará a Arantza Quiroga en su nueva etapa como presidenta del partido. El próximo 8 de marzo, en un acto en San Sebastián en el que está prevista la asistencia de Mariano Rajoy, Quiroga, única candidata a presidir la formación que heredó de Antonio Basagoiti, se someterá a los votos de todos los militantes del PP vasco que acudan al cónclave.
Pese a que era un congreso regional que, a priori, se preveía tranquilo, hace un mes, las cosas empezaron a torcerse. Quiroga trasladó a los presidentes regionales de Álava (Alfonso Alonso), Guipúzcoa (Borja Sémper) y Vizcaya (Antón Damborenea) que en sus planes no entraba el hecho de que Iñaki Oyarzábal, secretario general de la formación, repitiese en su cargo. Un hecho que provocó el enfado, sobre todo, de los alaveses, liderados por el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, uno de los hombres fuertes de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Tras varias reuniones internas, a día de hoy, Quiroga habría ganado este pulso, según cuentan fuentes conocedoras de este proceso: "Las posibilidades de Iñaki son prácticamente nulas". No obstante, todavía tiene prevista una última reunión con Alonso y la directiva del PP alavés para trasladarles algunos de los detalles de su candidatura. Las mismas fuentes avanzan que Álava se guarda un as en la manga y que intentará, hasta que se agote el plazo, que el número dos del partido siga siendo de esta provincia. El de Javier de Andrés, diputado general, es el nombre que más suena.
En los últimos días, Quiroga ya se ha reunido con los equipos de Sémper y Damborenea. La cita con el portavoz parlamentario de los conservadores fue retrasada a la espera de que concluyese el debate sobre el estado de la nación, en el que intervino este miércoles.
Al igual que Oyarzábal, el diputado general de Álava es un hombre del círculo de confianza de Alfonso Alonso. Quienes defienden que el número dos de Quiroga siga siendo alavés, esgrimen que en la dirección del partido debe estar representado el poder territorial y es en esta provincia donde ahora, y tradicionalmente, el PP ha ostentado mayor representación política. Además de la Diputación, los conservadores gobiernan en el ayuntamiento de Vitoria con Javier Maroto.
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En este escenario tan abierto, algunos de los dirigentes consultados consideran que si Arantza Quiroga quiere reconducir la situación y que el partido salga unido del congreso, debería apostar por un alavés. Otras fuentes sostienen que se trata de un debate de personas y no de territorios y meten también en las quinielas a Nerea Llanos, diputada en la Cámara de Vitoria, y Antón Damborenea.
Desde el inicio de esta crisis, que surgió casi paralela a la polémica desatada por la presidencia del PP de Andalucía, la dirección nacional del partido se ha mostrado a favor de que Quiroga, única candidata, eligiese a su propio equipo. En el partido precisan que el puesto de secretario general es un cargo de máxima confianza y el presidente debe tener "las manos libre" para decidir y descartan que su papel tenga que ser el de mediar.
Por su parte, desde el entorno de Quiroga subrayan que su no disposición a que Oyarzábal sea su número dos no tiene que ver con nada personal. "Quiere dar un nuevo impulso al partido en este momento decisivo de la política vasca y eso pasa por una renovación", destacan.
El PP de Euskadi tiene una semana para configurar el nuevo equipo de dirección que acompañará a Arantza Quiroga en su nueva etapa como presidenta del partido. El próximo 8 de marzo, en un acto en San Sebastián en el que está prevista la asistencia de Mariano Rajoy, Quiroga, única candidata a presidir la formación que heredó de Antonio Basagoiti, se someterá a los votos de todos los militantes del PP vasco que acudan al cónclave.