El diputado Alberto Garzón será uno de los nuevos hombres fuertes de la dirección federal de Izquierda Unida. Estaba claro casi desde que se abrieron las urnas de las elecciones europeas. Y el tiempo lo ha confirmado. Él será, a partir de ahora, el encargado de la Secretaría Ejecutiva del Proceso Constituyente y Convergencia. O sea, el responsable de la interlocución con los movimientos sociales y los partidos políticos. Una macroárea que tendrá un enorme peso dentro de la cúpula, la que pilotará el rediseño de IUrediseño de IU. La que ensanchará su base y comandará el diálogo hacia el exterior.
Garzón, como ya había avanzadoinfoLibre, pasa a asumir el área que dejó vacante Enrique Santiago, pero con mucho más poder y margen de maniobra. La otra cartera que se había quedado libre, la de Comunicación Externa, que dejó el diputado Ricardo Sixto, recaerá en manos de la periodista Clara Alonso, otra joven dirigente (30 años) de la confianza del coordinador, Cayo Lara, y del propio Alberto Garzón, de 28 años.
Estos dos cambios significativos, junto con el resto, serán sometidos mañana sábado a debate en la reunión del Consejo Político Federal, el máximo órgano de poder de IU, del que forman parte 200 dirigentes. Y serán propuestos por el propio Lara. Se aprobarán, previsiblemente, sin problemas, ya que ya han sido pactados con las distintas familias, según fuentes de la federación. La cita es decisiva, porque con ella IU quiere lanzar tanto las primarias abiertas para la elección de sus candidatos –inéditas en la historia de la organización federal– y una renovación de sus cuadros dirigentes, para aportar una imagen de mayor frescura, de relevo generacional. Para hacer frente, entre otras cosas, al efecto Podemos, que mermó y deslució su crecimiento en las europeas del 25-M.
De hecho, Garzón será el responsable, desde su nueva cartera, del diálogo con la formación de Pablo Iglesias, de la convergencia con el partido emergente, que considera posible y en la que ha hecho especial ahínco en las últimas semanas. Pero el diputado por Málaga gozará a partir de ahora de más visibilidad, un trampolín perfecto para el que todos en IU presumen que será su siguiente reto: competir en las primarias abiertas para lograr la candidatura a la Presidencia del Gobierno.
Dar forma a la "revolución democrática y social"
Los relevos más notables figuran en el informe político que mañana defenderá Lara, y al que ha tenido acceso infoLibre [consúltalo aquí en PDF]. El coordinador describe en él por qué cree que el parlamentario andaluz ha de gozar de un papel preeminente. "Hace tres años llenamos las plazas reivindicando una nueva forma de hacer política, y hoy necesitamos construir un nuevo país. Hoy comenzamos una etapa crucial. El Consejo Político Federal encarga a Alberto Garzón esta responsabilidad", la Secretaría Ejecutiva del Proceso Constituyente y Convergencia. "El proceso constituyente y el diseño de un nuevo proyecto de país desborda a IU y tiene como propósito pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". Para ello, se da vida a esta macroárea, que tendrá a su servicio un gabinete técnico formado por expertos –sociólogos, economistas...–, que marcará las "líneas estratégicas" de la federación para los próximos años. Es decir, no se mira sólo a las generales de 2015, sino a la ampliación de IU.
La nueva secretaría "dirige, impulsa y desarrolla cuantas iniciativas políticas hacia el exterior puedan ser susceptibles de concretarse en acciones y campañas en torno a las mismas en el conjunto del Estado", describe el documento. Garzón será, por tanto, el portavoz de las propuestas sobre "la elaboración de un proceso constituyente de país como salida social de la crisis en clave republicana". Lo que IU ha venido llamando "revolución democrática y social", "con una IU a la ofensiva". Se encargará de preparar propuestas tanto a medio como a largo plazo, de carácter estratégico.
Garzón asume la parte más específica que conducía hasta ahora Santiago: la ayuda a la construcción de un bloque político y social alternativo para "disputar el poder político al neoliberalismo". En tres sentidos: hacia los partidos que podrían confluir con la federación, hacia los movimientos sociales y hacia la propia IU, para "impulsar la integración y acción social" en las localidades con sectores "más desfavorecidos y necesitados".
IU fichó a Garzón antes de las últimas generales. Aunque era militante del PCE y de IU, participó en el 15-M, y la dirección lo colocó de cabeza de lista en Málaga precisamente por eso, como guiño a los indignados. Su apuesta prosperó y con él recuperó un escaño por una provincia que había perdido en las elecciones de 2000. El diputado gozó desde el primer momento de protagonismo en el Congreso como portavoz de Economía. Tras la Asamblea Federal de diciembre de 2012, entró en la dirección de Lara, como responsable de Política Económica Global, un cargo de segunda línea, bajo el mando del secretario ejecutivo de Economía y Empleo, José Antonio García Rubio, un hombre de la máxima confianza del coordinador.
Cuando, tras las europeas del 25-M, se comenzó a hablar de la remodelación de la ejecutiva, el estado mayor de IU, encabezado por Lara y sus números dos, José Luis Centella (líder del PCE) y Miguel Reneses (secretario de Organización), propuso a Garzón darle más proyección pública y más poder orgánico. Él lo aceptó, siempre que le dejaran manos libres, que tuviera capacidad de maniobra, que no le ocurriera lo que, a su juicio, le pasó a Santiago. Y esa posición es la que finalmente ha triunfado, según reconoció el mismo diputado a este periódico. El encargo a Garzón, para algunos dirigentes, se asemeja al que tuvo Julio Anguita en los años ochenta, cuando construyó Convocatoria por Andalucía, el germen de la actual IU.
"Liderazgo colectivo"
Lara explica en su informe que son necesarios nuevos equipos acorde con los nuevos tiempos, con una "dirección más ágil y flexible", capaz de responder "de manera audaz y valiente al momento histórico", una "dirección atrevida", que visualice que hay banquillo, que hay una "ruptura generacional", y que sea "transparente" y "rinda cuentas". La estrategia es articular un "liderazgo colectivo".
El Consejo Político no dará vida, previsiblemente, a toda la nueva cúpula, dado que no ha habido tiempo para negociar todos los flecos, así que lo que quede pendiente se aprobará en la Presidencia Federal –el órgano intermedio de poder, que componen unos 70 miembros– del 19 de julio. Entonces también se definirá el equipo de trabajo del día a día, el cogollo directivo, más pequeño que la ejecutiva, el núcleo de colaboradores más cercano a Lara. En él se sentarán Garzón y Alonso. Esta coordinará "en todos los niveles el trabajo de comunicación con las federaciones, activistas y profesionales de la comunicación". Es decir, que sumará a la tarea de Comunicación Interna (que tenía desde febrero de 2013) la competencia de Comunicación Externa y enlace con los medios. Carteras que en los últimos años estaban divididas.
En su informe, Lara da algunas pinceladas más del nuevo equipo. Así, Lara Hernández, que compitió en las europeas como número diez de la lista, como representantes de los españoles emigrados (la marea granate), se encargará de las labores de convergencia, dentro de la macroárea de Garzón. El activista Javier Couso, que concurrió como número siete y que ahora tendrá escaño en Bruselas gracias a la dimisión de Willy Meyer, asumirá "tareas relacionadas con el Área Internacional cuando se organice". Esta área es la que también pilotaba desde 2008 Meyer. Tasio Oliver, el ocho de la candidatura del 25-M y uno de los valores emergentes de Izquierda Abierta (el partido de Gaspar Llamazares y Montse Muñoz), mantendrá su cartera actual –adjunto al Área de Política Institucional– y se incorporará al equipo que trabaje sobre los argumentarios.
Los nuevos nombres
El balear Eberhard Grosske (de la corriente EnComún) y el andaluz Raúl García (de IzAb) conducirán la "propuesta sobre participación democrática y el desarrollo de propuestas vinculadas a la coherencia y a la ética en las instituciones", según la descripción de Lara. Elena Cortés, consejera de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, y su mano derecha, Amanda Meyer, secretaria general de Vivienda, se encargarán de "divulgar las nuevas formas de gestión de lo público", dadas sus responsabilidades de gobierno en el bipartito. Por último, la diputada madrileña Tania Sánchez (EnComún) se incorpora a la Presidencia Federal.
De la ejecutiva no salen siquiera ni aquellos que dimitieron de sus responsabilidades (Sixto y Santiago). Lo que se hace, según el relato de varios dirigentes, es "cambiar el modelo de trabajo", organizarlo por áreas de trabajo potentes, comandadas por un responsable y a la que se adscriben varios miembros. La pretensión es que sean "plurales" y que se trabaje "de forma horizontal". El acento está puesto, pues, no en las salidas, sino en el "reforzamiento de determinados perfiles", como Garzón, Alonso y Oliver, y en la incorporación de nuevas caras, como Couso, Cortés, Grosske, Hernández o García.
No obstante, todo está sujeto a lo que mañana delibere el Consejo Político. Nada es definitivo. Y, desde luego, quedaría mucha tela que cortar de cara a la Presidencia del 19 de julio. Despejar todo el organigrama, saber si se mantienen o cambian los responsables de las grandes áreas (Organización, Institucional, Elaboración Colectiva, Política...) y cómo se combinan los perfiles para que no se evidencia una quiebra entre jóvenes-mayores.
El lanzamiento de las primarias abiertas
Ver másEl equipo que apoya a Alberto Garzón para hacerse con el liderazgo de IU
A la reestructuración de la ejecutiva se suma el lanzamiento de las primarias abiertas a simpatizantes. El pasado miércoles, en una reunión de la Comisión de Organización y de Finanzas, se inició el debate sobre el reglamento y se apuntaron algunas ideas, pero aún no hay nada cerrado y puede que no se apruebe hasta la Presidencia del 19 de julio. Tampoco hay una propuesta final de calendarios. En principio, se calcula que los candidatos tendrán que recabar entre un 5% y 10% de avales –IU cuenta con unos 30.000 militantes–, y se pretende que se estiren los plazos con el fin de no cerrar el proceso de elección antes de que se produzca la confluencia con otras fuerzas y plataformas.
La federación también pretende promover nuevas metodologías de participación, compartir la toma de decisión, obligar a la rendición de cuentas de los cargos públicos y orgánicos a todos los niveles y posibilitar su revocación.
El diputado Alberto Garzón será uno de los nuevos hombres fuertes de la dirección federal de Izquierda Unida. Estaba claro casi desde que se abrieron las urnas de las elecciones europeas. Y el tiempo lo ha confirmado. Él será, a partir de ahora, el encargado de la Secretaría Ejecutiva del Proceso Constituyente y Convergencia. O sea, el responsable de la interlocución con los movimientos sociales y los partidos políticos. Una macroárea que tendrá un enorme peso dentro de la cúpula, la que pilotará el rediseño de IUrediseño de IU. La que ensanchará su base y comandará el diálogo hacia el exterior.