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Aldeatejada, el pueblo de Salamanca que pasó de tener mil habitantes a ser un referente tecnológico

El centro de datos de Aldeatejada en Salamanca.

Aldeatejada es un pueblo de 2.587 habitantes situado a unos siete kilómetros de Salamanca. Desde 2008, esta pequeña localidad se ha convertido en uno de los mayores epicentros digitales de Castilla y León después de la apertura de un centro de datos que lo ha convertido en un lugar pionero en tecnología de España. "Cuando llegamos aquí había vacas", dice entre risas Agustín Delgado, director de Innovación de Iberdrola.

"Hasta 2008 este municipio no tenía ningún tipo de tradición tecnológica", señala Enrique Manuel García, director general de Viewnext, filial de IBM. El centro, impulsado por Iberdrola e IBM, surgió como "un pequeño centro de datos, pero grande para la época" y, desde su creación, ha ido creciendo hasta lo que es hoy: un referente tecnológico que ha llevado al municipio a ocupar el tercer puesto en renta bruta de Salamanca.

El Centro de Innovación Tecnológica (Cenit) cuenta con un centro de datos y otro de software, donde en la actualidad trabajan unas 1.000 personas. Sin embargo, desde fuera aparenta ser una simple nave industrial. "A día de hoy todavía hay mucha gente que no sabe lo que se hace aquí", señala Beatriz Crisóstomo, responsable global de Innovación y Medioambiente de Iberdrola. "(A quienes no lo conocen) les bastaría con preguntar a sus vecinos, seguro que encontrarían a alguien que trabaje aquí", añade.

"Gracias a este centro, Salamanca se ha hecho un hueco en el mundo de la tecnología", apunta Leticia García, consejera de Industria, Comercio y Empleo de la Junta de Castilla y León. "Quienes trabajan aquí ahora tienen una proyección tanto nacional como internacional", añade.

Los universitarios de Salamanca ya no tendrán que emigrar a Madrid

Basta con pasear por los largos pasillos del Cenit para darse cuenta de la gran cantidad de jóvenes que trabajan allí. Esto es, en parte, por la colaboración de estas empresas con universidades locales –USAL y Universidad Pontificia de Salamanca–, de manera que quienes estudian ahí tienen oportunidades para integrarse al mundo laboral sin salir de su provincia. "Antes había muchos graduados que tenían que ir a trabajar a Madrid", señala Delgado.

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La apertura y éxito del Cenit provocó un efecto llamada y dio pie a que otras empresas tecnológicas se instalasen en la región, lo que también ha incidido en los datos positivos del municipio.

El pueblo ha crecido desde la apertura del centro y no es casualidad. Desde 2008 la población se ha duplicado, desde 1.192 habitantes a 2.587 en la actualidad y llama la atención que uno de cada diez ejerce como informático.

En términos económicos, Aldeatejada ha registrado un crecimiento sostenido del 3,3% anual en el número de negocios desde 2012, en contraste con una media negativa del -0,8% en el conjunto provincial. Y es que, además de los 1.000 empleos que se han creado en el propio centro, su existencia también ha impulsado la creación de otros 800 empleos indirectos.

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A pesar de haber crecido, Aldeatejada continúa siendo un pueblo pequeño, de esos que tienen pocas calles, casas bajas y se pueden cruzar andando en menos de una hora. Sin embargo, en lo últimos años los vecinos han presenciado la construcción de nuevas infraestructuras que mejoran su calidad de vida. "Se han abierto un polideportivo, una piscina... No solo hay más habitantes, ahora hay más cosas que hacer", apunta Enrique Manuel Garcia Mariño, alcalde del pueblo.

El gasto de agua de los 'data center'

Con el auge de las nuevas tecnologías y herramientas de Inteligencia Artificial al alcance de todos, ecologistas y otros activistas por el medioambiente han puesto sobre la mesa el debate de la huella ecológica que dejan estos centros de datos. "Tenemos que tener muy controlada la temperatura para que no se estropeen los equipos", cuenta Crisóstomo.

La mayoría de estos espacios cuentan con unos sistemas de refrigeración con agua que, si bien se regulan según la temperatura ambiente, nunca se apagan, ya que los data center funcionan las 24 horas de los 365 días del año. Esto supone, de media, un gasto de unos 25 millones de litros de agua al año (≈ 68 .000 L/día), aunque los más grandes pueden llegar a 700 millones de litros/año, según la empresa SITRA. En octubre pasado entró en vigor una directiva de la Unión Europea que indica que los Estados miembros “exigirán” transparencia sobre el gasto hidráulico y energético de aquellos centros de datos con una potencia a partir de 500 kW.

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