Dinamarca es visto como un país ejemplar en lo que a igualdad de género se refiere pero esta imagen oculta otra realidad, la de uno de los índices de violación más altos de Europa y la de una "impunidad endémica" de quienes cometen las violaciones, ha denunciado Amnistía Internacional.
En un nuevo informe, '"¡Queremos respeto y justicia!". Superar los obstáculos de las supervivientes de violación a la justicia en Dinamarca', la ONG denuncia que mujeres y niñas se encuentran desprotegidas debido a las "leyes desfasadas" vigentes en el país. Asimismo, pone de manifiesto que muchas de ellas no denuncian las agresiones sufridas por temor a que no las crean o a sufrir estigma social o por falta de confianza en el sistema de justicia.
El informe es el resultado de entrevistas con 18 mujeres y niñas de más de 15 años que han sufrido violación, así como con ONG, especialistas y autoridades pertinentes. Según ha podido constatar Amnistía, en Dinamarca se denuncian muchas menos violaciones de las que realmente se comenten y la probabilidad de condena de los culpables es "muy pequeña".
En 2017, se produjeron entre 5.100 violaciones, según los datos del Ministerio de Justicia, y 24.000, según un estudio reciente, sin embargo solo 890 mujeres denunciaron violación ante la Policía. De estas denuncias, aunque 535 dieron lugar a procesamiento solo 94 terminaron con una sentencia y sólo 94 se resolvieron con sentencia condenatoria.
"A pesar de la imagen de Dinamarca como país con igualdad de género, la realidad es muy distinta para las mujeres, debido al grado terriblemente alto de impunidad de la violencia sexual y a anticuadas leyes sobre la violación que no cumplen las normas internacionales", ha lamentado el secretario general de Amnistía Internacional, Kumi Naidoo.
No se tiene en cuenta si hubo consentimiento
Aunque Dinamarca ratificó el Convenio de Estambul en 2014, el cual sostiene que la violación y todos los demás actos de naturaleza sexual no consentidos deben ser calificados como delitos, la legislación danesa no se basa aún en la falta de consentimiento para definir la violación, sino que lo hace en base a si hubo violencia física, amenazas o coacción y en si se puede determinar que la víctima no pudo resistirse.
"Lo cierto es que el sexo sin consentimiento es violación", ha defendido Naidoo. "No reconocerlo así en la ley deja a las mujeres expuestas a sufrir violencia sexual y fomenta una peligrosa cultura de culpabilización de la víctima e impunidad, que se ve reforzada por mitos y estereotipos muy extendidos en la sociedad danesa, desde el terreno de juego hasta el vestuario, y desde la comisaría de Policía hasta al banquillo de los testigos", ha subrayado.
Según Amnistía, la existencia de prejuicios profundamente arraigados en el sistema de justicia es una de las razones del bajo índice de condenas en el país, unido a la desconfianza en el sistema junto con el miedo a no ser creídas o a ser culpadas de quienes han sufrido una violación y que las lleva a no denunciar.
La investigación ha permitido a la ONG constatar que muchas mujeres se encuentran con actitudes de desprecio, culpabilización de la víctima y prejuicios durante el proceso para denunciar lo que les ha ocurrido. Kristine, una periodista de 39 años, ha asegurado a Amnistía que el proceso de denuncia supuso "soportar más miedo, vergüenza y humillación". "Si hubiera tenido 20 años, no habría seguido tras el primer intento", ha añadido.
Amnistía considera que el hecho de centrarse en la resistencia y la violencia en vez de en el consentimiento de la víctima ha afectado no sólo a la denuncia de las violaciones, sino también a la sensibilización en general sobre la violencia sexual, aspectos, ambos, que "son clave para prevenir las violaciones y abordar la impunidad".
Hacen falta medidas más audaces
En este sentido, la ONG ha celebrado que el Gobierno danés haya puesto en marcha un grupo de expertos para que recomienden iniciativas que puedan ayudar a las víctimas de violación a recibir apoyo adecuado y tratamiento profesional cuando accedan al sistema, si bien ha sostenido que el Ejecutivo "tiene que tomar medidas mucho más audaces y modificar la legislación para que esté basada en el consentimiento".
Además, ha subrayado que aunque reformar las leyes actuales sobre la violación "sería un paso esencial para cambiar las actitudes y conseguir justicia", hace falta "hacer aún mucho más para generar un cambio social e institucional".
Esto pasa, según Amnistía, por adoptar medidas legales que garanticen que "los mitos sobre la violación y los estereotipos de género son cuestionados en todos los niveles de la sociedad y que los profesionales que trabajan con supervivientes de violación reciben formación adecuada y continua". También hacen falta programas de sensibilización y educación sexual en general a edad temprana.
Ver másDinamarca quita por primera vez la nacionalidad sin orden judicial a dos presuntos seguidores de Estado Islámico
"Reformando sus anticuadas leyes y poniendo fin a la perniciosa cultura de culpabilización de la víctima y aplicación de estereotipos negativos existente actualmente en los procedimientos judiciales, Dinamarca tiene la oportunidad de sumarse a la oleada de cambio que está recorriendo Europa", ha incidido Naidoo.
"Esta oleada, encabezada por mujeres valientes, ha llevado a ocho países de Europa a adoptar definiciones de la violación basadas en el consentimiento", ha añadido el secretario general de Amnistía. Según la ONG, estos países son Suecia, Reino Unido, Irlanda, Luxemburgo, Alemania, Chipre, Islandia y Bélgica.
"Esta oleada de cambio de Dinamarca y otras partes de Europa puede ayudar a garantizar que las mujeres estén mejor protegidas y supondrá que las generaciones futuras de mujeres y niñas no tengan nunca que preguntarse si la violación es culpa suya ni que dudar de que los violadores sean castigados", ha remachado Naidoo.
Dinamarca es visto como un país ejemplar en lo que a igualdad de género se refiere pero esta imagen oculta otra realidad, la de uno de los índices de violación más altos de Europa y la de una "impunidad endémica" de quienes cometen las violaciones, ha denunciado Amnistía Internacional.