A una semana de las elecciones gallegas, los principales barones del PP, y en especial su sector más radical, evitaron hacer sangre con la decisión de Alberto Núñez Feijóo de hacer pública su voluntad de conceder un indulto condicionado a Carles Puigdemont como parte de un plan de reconciliación que permita pasar página del procés. Está en juego el resultado en Galicia y nadie quiere ser acusado de haberlo puesto en peligro, aunque en privado todo el mundo se mueve entre enfado y el estupor por una decisión de Feijóo que nadie entiende, ni siquiera quienes, a priori, podrían compartirla.
La consigna este lunes era enterrar este asunto, negar que Feijóo y su equipo estén dispuestos a ofrecer un indulto condicionado a Puigdemont —a pesar de que existen testigos de 16 medios de comunicación, de muy diferente orientación política, que fueron testigos de esas palabras— y poner todo el foco en el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y en el asesinato de dos guardias civiles en Barbate (Cádiz) a manos de un grupo de narcotraficantes.
El propio líder del PP sacrificó una jornada de campaña, a pesar de que la mayoría de las encuestas sitúan a su partido al borde de perder la mayoría absoluta, para cambiar de paisaje, ponerse fuera del alcance de los periodistas y trasladarse a Cádiz para encabezar la exigencia de responsabilidades a Marlaska. Allí, en una declaración sin preguntas, como hizo el domingo en Ferrol, compareció ante los medios para culpar al ministro de lo ocurrido.
Ningún giro
La principal rival interna de Feijóo, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cerró filas con él en una entrevista en Telecinco en la que, pese a las evidencias, se negó a ver “giro” alguno en el líder del partido. “Yo no he visto ese giro. Ayer le vi nuevamente al presidente del Partido Popular decir exactamente lo mismo: no a los indultos, no a la amnistía”. En línea con el argumentario oficial, atribuye todo a la mala voluntad del PSOE y de Vox, que se “están agarrando un clavo ardiendo y van siempre de la mano en todas estas circunstancias, sobre todo en la recta final de la campaña”.
Eso sí, ahora que Feijóo pone condiciones para un posible indulto, Ayuso no desperdició la oportunidad de fijar dónde están los límites: “Yo he entendido en algunos indultos que se han concedido, pero a gente que atenta abiertamente contra España con el dinero de todos, ni agua. Esto se tiene que cortar de raíz. Yo no iría con Junts, sino de vuelta de la esquina”, remarcó. Porque “todo lo que hemos visto en Cataluña es imperdonable” y le sigue pareciendo “terrorismo”, a pesar de las dudas expresadas por fuentes autorizadas del PP. “Nunca se tuvo que haber contemporizado con el nacionalismo porque nos está devorando”.
“No estoy a favor absolutamente de ningún indulto, de ninguna amnistía ¿Por qué hay que perdonar? Nadie está por encima de la ley. Esa es la única igualdad en la que yo creo”. Con Junts, insistió, “no hay que ir a ningún lado, porque no es ni siquiera el CiU de antaño”. Un partido con el que, lamentó Ayuso, “no supimos trabajar los grandes partidos”.
“No me tengo que comparar”
La presidenta de Madrid, con todo, evitó cuidadosamente cuestionar a su jefe de filas, así como decir nada que pudiese ser interpretado en clave de disputa interna. “Yo no me tengo que comparar; es que no estoy en esa circunstancia”, respondió cuando le preguntaron qué haría si estuviese en el lugar de Feijóo. “También lo dije durante esos meses del verano” pasado, cuando “hubo mucha incertidumbre acerca de lo que hacía el PP o no”. Y pasó lo mismo, alegó para no pronunciarse: “Otra vez con lo mismo de siempre, comparándonos el uno con el otro”.
El resto de barones que hablaron de este asunto siguieron la misma pauta. El president de la Generalitat Valenciana,, Carlos Mazón, negó que Feijóo dijera lo que dijo y sentenció: “No hay posibilidad alguna de chantaje con el Partido Popular de por medio”. Preguntado expresamente por si serían posibles los indultos bajo determinadas condiciones, como señaló Feijóo, evitó responder: “No hay indultos, no hay amnistía. Es anticonstitucional. Está en contra de los valores de la Constitución. Y todo el Partido Popular ha sido, es y seguirá siendo unánime”.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, consideró “artificial” el debate abierto y negó lo que la dirección de Feijóo dijo a los periodistas: el PP nunca ha considerado “escenarios que pudieran suponer conceder un trato de favor a un prófugo de la justicia”. En estos momentos, añadió, “no se dan las condiciones de ningún tipo” para que se pueda producir ningún indulto, sin precisar qué haría el PP si se diesen.
Una “estafa”
El que no tiene duda alguna sobre el sentido de las palabras de Feijóo es su socio Vox. Su presidente, Santiago Abascal, se declara “preocupado” por la actitud del PP, un partido con el que comparte responsabilidades de gobierno, pero al que considera “una estafa”.
Abascal también subrayó que Feijóo no habría podido ser elegido presidente con Junts porque, en ese caso, no habría tenido el respaldo de Vox.
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La apuesta por los indultos condicionados en el marco de un plan de reconciliación para Cataluña tampoco ha sido bien recibida por una parte de la derecha mediática. Lo cuestionó el diario El Mundo en un editorial, preocupado por “los últimos mensajes lanzados desde el PP. Infravalorar la amenaza del separatismo o dar la apariencia de resignarse ante ella constituye un ejercicio de irresponsabilidad que el PP no se puede permitir. (…) Los populares se han metido solos en un notable embrollo político”.
“Corresponde en todo caso a la formación explicar el porqué de esa extraña intervención y su criterio de oportunidad política, cuando el Gobierno se encontraba contra las cuerdas y cuando apenas quedan seis días para las elecciones gallegas”.
Antonio Caño, en The Objective, firma una pieza titulada “El Waterloo de Feijóo” en la que afirma que “el líder del PP no ha conseguido aún sobreponerse al fracaso del 23 de julio, fruto de su propia impericia”. En Vozpópuli, su director, Francisco Rosell, titula: “Elecciones gallegas: cuando la estupidez habita junta a las meigas”. Abc habla de “charco” y de “traspiés” del líder del PP y publica una columna firmada por José F. Peláez con el título: “Feijóo es él y sus circunstancias. El problema no son los indultos sino las circunstancias para poder otorgarlos”.
A una semana de las elecciones gallegas, los principales barones del PP, y en especial su sector más radical, evitaron hacer sangre con la decisión de Alberto Núñez Feijóo de hacer pública su voluntad de conceder un indulto condicionado a Carles Puigdemont como parte de un plan de reconciliación que permita pasar página del procés. Está en juego el resultado en Galicia y nadie quiere ser acusado de haberlo puesto en peligro, aunque en privado todo el mundo se mueve entre enfado y el estupor por una decisión de Feijóo que nadie entiende, ni siquiera quienes, a priori, podrían compartirla.