Ayuso marca el paso a Feijóo y le obliga a endurecer su discurso sobre Bildu

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Isabel Díaz Ayuso busca la mayoría absoluta. Y para conseguirlo se ha propuesto pescar en las aguas de la ultraderecha aunque eso signifique dejar en evidencia al líder nacional de su partido, Alberto Nuñez Feijóo. 

Este martes, apenas unos minutos después de que siete expresos de ETA condenados por delitos de sangre que forman parte de las listas de EH Bildu anticipasen su intención de renunciar a cualquier cargo que pudiesen obtener en las elecciones del 28M, Ayuso pasó como una apisonadora por encima de su jefe de filas y donde Feijóo observó “un primer paso” y una victoria del PP, ella no vio más que una mentira

“No van a renunciar porque van igualmente en la lista. Y claro que tomarán posesión. ¿Qué palabra tiene un asesino? La misma que los otros 37 cooperadores necesarios de los asesinatos, secuestros y extorsiones. Son igualmente culpables y así los condena la ley”, escribió el equipo de campaña de la presidenta madrileña en su cuenta de Twitter.

La reacción de Ayuso opacó por completo la de Feijóo, implícitamente positiva: “La democracia, la dignidad y la decencia de la mayoría de los españoles se ha impuesto a pesar de Pedro Sánchez, que eligió dejar solos a los españoles. Hemos dado el primer paso. Vamos a por los siguientes”.

Tanto es así que, posteriormente, el propio Feijóo se vio obligado a endurecer su discurso durante un paseo electoral por la localidad madrileña de Alcorcón. Donde poco antes veía “un primer paso”, empezó a atisbar, en la estela de Ayuso, una posible mentira. 

Cambio sobre la marcha

El compromiso público de los antiguos etarras ya no le parecía suficiente y pasó a exigirles que compareciesen ante la Junta Electoral en las próximas horas y renunciasen “por escrito” a las actas que pidiesen conseguir el 28M. Y, al igual que Ayuso, exigió también la renuncia de los otros 37 condenados por terrorismo, pero sin delitos de sangre, que forman parte de las listas locales de EH Bildu.

A falta de otros argumentos, en Génova llevan varios días aferrados al tema de ETA para intentar desacreditar a Sánchez entre sus votantes y abrir una brecha entre él y los barones más incómodos con la decisión del presidente de normalizar las relaciones con EH Bildu en el Congreso de los Diputados, sobre todo el aragonés Javier Lambán y el castellanomanchego Emiliano García Page. 

Pero se han tropezado no sólo con la decisión de los abertzales de dar marcha atrás en la presentación de candidatos con un historial de delitos de sangre sino con una Isabel Díaz Ayuso mucho más exigente que el propio Feijóo a la hora de hacer frente a Bildu.

El propio líder del PP apenas fue capaz de argumentar su posición este lunes después de que Ayuso apostase por cambiar la ley e ilegalizar a Bildu, en línea con lo que lleva defendiendo Vox —con la oposición del PP— durante toda la legislatura. A diferencia de la presidente madrileña, se limitó a pasar la pelota a la Abogacía del Estado y la Fiscalía para que sean ellos quienes intenten evitar que Bildu pueda presentar en sus listas a personas condenadas por asesinato aunque hayan cumplido sus penas. 

En este contexto, Feijóo se enredó además en el Senado en un debate con Sánchez en el que mostró su peor versión. Acusó al presidente de ser “más generoso con los verdugos que con las víctimas” de ETA, en una afirmación que recordó aquella que Mariano Rajoy pronunció en 2005 cuando acusó al entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, de “traicionar a los muertos”.

Achicar agua

Incapaz, por culpa de Ayuso, de situar el debate en los términos que había planeado —obligar a Sánchez a renunciar a cualquier acuerdo con los abertzales—, el PP acabó achicando agua después de que el presidente le reprochase la utilización de ETA en campaña y le recordase no sólo la política de acercamiento de presos que José María Aznar llevó a cabo cuando la organización terrorista estaba todavía activa y seguía cometiendo asesinatos y extorsiones sino la utilización que intentó hacer de la violencia de la organización terrorista vasca para esconder el origen islamista del sangriento atentado del 11 de marzo de 2004.

A esto último se agarró la dirección de Génova para criticar a Sánchez al término de la sesión de control del Senado quejándose de que el presidente hubiese arremetido contra Feijóo y no contra Bildu y de que en ningún momento rechazase explícitamente llegar a acuerdos con Bildu después del 28M.

“No ha dicho nada a los terroristas y ha criticado a Aznar”, remarcaron fuentes próximas a Feijóo. “¿Cómo se le puede acusar de connivencia a un señor al que le pusieron una bomba?” Como siempre que Feijóo se ve superado en un debate, las mismas fuentes reprocharon la supuesta agresividad de Sánchez y obviaron la del líder del PP: “No ha sido un presidente. Se comporta como un diputado más”.

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La dureza de Feijóo y su tono desde la tribuna intentaron compensar la distancia que aún le separa del discurso de Ayuso dicéndole a Sánchez que “le ha faltado darle las gracias a los asesinos por su generosísima propuesta” e insistiendo en que el presidente gobierna “gracias a Bildu”. “¿Usted toma a los españoles por idiotas o qué?”, llegó a decir elevando la voz. “Violadores y pederastas, sediciosos, corruptos, okupas y ahora también los que iban con pasamontañas y pistolas. Para todos ellos usted es una gran esperanza electoral. Yo no lo seré nunca. Con razón dijo Otegi que su gobierno era una oportunidad para Euskal Herria”, remachó.

La diatriba de Feijóo trataba de compensar las palabras que había pronunciado en las últimas horas y acabó evidenciando sus dificultades a la hora de intentar captar voto moderado hablando de Bildu sin perder apoyo por la extrema derecha. Porque no contentó ni a Ayuso ni a a Vox, que volvió a afear que el líder del PP no defienda una reforma legislativa para ilegalizar a EH Bildu.

“El PP tiene que asumir una grave responsabilidad por haberse opuesto a la ilegalización de Bildu cuando gobernaba con mayoría absoluta”, aseguró el líder de Vox, Santiago Abascal, recordando una votación parlamentaria del año 2012. Es el momento de que “rectifiquen”, demandó apelando directamente a Feijóo, y sí apoyen esta vez la iniciativa registrada por Vox en el Congreso para pedir al Gobierno que inicie los trámites para la eliminación de Bildu del registro de partidos políticos.

Isabel Díaz Ayuso busca la mayoría absoluta. Y para conseguirlo se ha propuesto pescar en las aguas de la ultraderecha aunque eso signifique dejar en evidencia al líder nacional de su partido, Alberto Nuñez Feijóo. 

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