Miguel Bernad toma un café en un establecimiento de Madrid en la conocida calle Génova, a apenas unos metros de la sede nacional del Partido Popular. Y lo hace el 26 de diciembre a las 10:30 de la mañana, poco antes de bajar andando la vía hasta la sede central de la Audiencia Nacional, donde el secretario general de Manos Limpias tiene que firmar todas las semanas tras salir de la cárcel el pasado 22 de diciembre.
infoLibre entrevista a Bernad en plena calle, unos pasos antes de que este se adentre en la Audiencia Nacional. El mismo edificio en el que el 18 de abril el titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Santiago Pedraz, decretó el ingreso en prisión sin fianza del propio Bernad y del presunto cabecilla de la trama desarticulada con la Operación Nelson, Luis Pineda.
El 22 de enero Bernad logró abandonar el centro penitenciario de Navalcarnero (Madrid), tras reunir los 50.000 euros de fianza que días antes le había impuesto el juez Pedraz, que ha destapado una trama de extorsión a empresas del Ibex-35 encabezada por el líder de Ausbanc, Luis Pineda, y que para cometer esos delitos se valía del pseudosindicato Manos Limpias, de ideología ultraderechista y que ejercía la acusación popular en numerosos casos de corrupción.
No reconoce sus delitos
Los ocho meses en los que Bernad ha estado privado de libertad no han cambiado para nada al líder de Manos Limpias, que carga contra el cabecilla de la trama, pero que no reconoce ninguno de los delitos que le atribuye el juez Pedraz: "Ninguna entidad bancaria me acusa de extorsión, mientras que con Pineda decían que había extorsionado al presidente del BBVA, al de la Caixabank, al del Santander, al del Sabadell, etc", asegura Bernad, quien destaca que de los 22 testigos que han declarado "ni uno me ha acusado de que le haya extorsionado. Solamente me conocían por la televisión".
Pero este diario se interesa entonces por la posible extorsión en relación a la infanta Cristina, momento que Bernad aprovecha para atacar al exdiputado de CiU y uno de los abogados de la hermana del rey Felipe VI, Miquel Roca: "La única verdad del tema de la infanta es que el señor Roca, cuando le falla todo, cuando falla la doctrina Botín y prevalece la doctrina Atutxa, que establece que no haca falta que acuse el Ministerio Público, hace un último intento antes de que la infanta se sentara en el banquillo. Y ese último intento es que, a través de dos testaferros, me hace llegar una oferta de tres millones de euros que tendría que ser simultáneamente a que yo retirara la imputación de la infanta, y él me entregaba a través de dos testaferros unos maletines con tres millones de euros en un hotel en Palma de Mallorca", indica el líder de Manos Limpias.
Pero Bernad asegura que no "picó" en el presunto ardid del abogado de la hermana del rey: "Y lo puse en conocimiento del notario. Tengo el acta notarial que no les ha interesado sacar, porque desmonta toda la patraña, de que si yo había intentado o había dejado de intentar. Eso está ahí y está constatado", completa el acusado, que explica entonces su peculiar visión de los hechos: "Lo único que hice fue, de acuerdo con [el entonces presidente de Caixabank] Isidre Fainé, una carta, que íbamos a renunciar a continuar con el procedimiento de la infanta por razones de Estado, para no desestabilizar un sistema que se está tambaleando por todos los sitios. Y esta es la verdadera realidad sobre el señor Roca".
Pineda no tiene autorización
Preguntado sobre el papel que ha podido desempeñar Pineda, y sobre si éste podría haber utilizado su nombre para extorsionar, Bernad reconoce que el presidente de Ausbanc "en algún sitio ha podido decir, como lo hizo con el Banco Sabadell, que podía haber tenido relación con el caso de la infanta, que podía dirigirse a mi y ver si se podía llegar a un acuerdo. Pero nada más, no tiene ni poder ni autorización verbal", se defiende el líder del pseudosindicato de funcionarios Manos Limpias.
Sin embargo, en el procedimiento han aparecido nuevos testigos que acusan a los imputados de extorsionar: "Será a Pineda. Yo a nadie, la prueba es que de todos los testimonios que ha habido no hay ni una sola denuncia contra mi".
El caso de los ERE desmonta esta última respuesta de Bernad, que cuando se le pregunta por el motivo por el que el pseudosindicato retiró la acusación contra el expresidente de Unicaja Braulio Medel, alude al papel del fiscal, cuyo trabajo ha criticado en numerosos casos, incluido el suyo propio.
La Fiscalía no acusó a Medel
Con esa respuesta Bernad también olvida la doctrina Atutxa, que establece que una persona puede ser procesada sólo con la acusación popular: "También la retiró el fiscal. No está acusado porque la retiró el fiscal. Por tanto, la jueza tampoco le imputó", responde el investigado, que asegura que durante la declaración de Medel, que se alargó durante hora y media, "el fiscal, después de un interrogatorio tremendo, le exonera porque prácticamente no había ninguna relación con el tema de los ERE. La retirada de la imputación nuestra a Braulio Medel está avalada porque la Fiscalía tampoco acusó".
Para Bernad, una prueba de que su acusación se hizo para tratar de que la infanta no se sentara en el banquillo de los acusados es que a los ocho días de estar en prisión, los procesados y el fiscal del caso Nóos reclamaron la expulsión de Manos Limpias del procedimiento: "Pero las tres magistradas no picaron. ¿Y qué hizo el fiscal Horrach?", se pregunta Bernad, que tiene preparada una respuesta: "Vino a ver al fiscal que me acusaba a mi, y eso es increíble. De hecho yo ya había hecho una declaración en sede policial, diciendo que qué casualidad que el procedimiento hubiera caído en Pedraz, porque había un conflicto de intereses...".
En las conversaciones grabadas por los agentes por orden del juez Pedraz, y previa petición de la Fiscalía Anticorrupción, Bernad anuncia su deseo de querellarse contra el magistrado, que archivó hasta en tres ocasiones la denuncia contra el concejal de Ahora Madrid en el Ayuntamiento de la capital, Guillermo Zapata. Sin embargo, Bernad centra ahora su ira contra los agentes policiales de la Udef, autores de un informe clave para su ingreso en prisión: "En este momento no me preocupa Pedraz. Voy a ir directamente a Europa, porque creo que se han vulnerado unos principios de forma clara. El primero es la pena de telediario, pena de telediario, que no es igual para a una persona que está en libertad, que en mi caso, que incluyó el ingreso en prisión".
"Un informe torticero"
El secretario de Manos Limpias compara su caso con el de Imanol Arias, el de la familia Pujol o el de Rodrigo Rato: "¿Qué medidas se han tomado contra ellos, cuando en estos casos sí había indicios sólidos e irrefutables?". "El informe de la Udef sobre mi es totalmente torticero, y se hizo con la intención de posibilitar al fiscal que encajara los delitos de organización criminal, extorsión y coacción. Nosotros estamos pensando en querellarnos contra la Udef, que no son nada serios, mientras que la UCO de la Guardia Civil sí es seria", completa el ex secretario general de Manos Limpias.
Este es uno de los motivos por los que Bernad asegura que irá a la justicia europea, ya que considera que la Policía Judicial "ha vulnerado el derecho a la propia imagen, el principio de seguridad jurídica, la presunción de inocencia y el principio de igualdad. Hay casos con informes sólidos en los que no se ha tomado ninguna medida cautelar, mientras que conmigo se cebaron de arriba a abajo. En resumen, la operación Nelson, por la que se detiene e ingresa en prisión a Miguel Bernad, es una operación diseñada por las cloacas del Estado".
Y la intención de estos supuestas "cloacas", explica Bernad, era primero "criminalizar" al propio Miguel Bernad y a Manos Limpias, y pedir luego como se pidió su expulsión del procedimiento de la infanta. "Resultamos totalmente incómodos para el Ministerio Público, que en este país ha creído que tiene el monopolio de la defensa de la legalidad, y es un Ministerio totalmente politizado. Ellos dirán ahora que nos han destruido y de paso se cargan la acusación popular, que en este país está actuando contra cualquier partido político, sea del signo que fuera".
Plaza de toros en Sevilla
Este periódico también pregunta a Bernad por el viaje que iba a realizar a Sevilla, pagado por un empresario, que quería hacerse con un contrato para la construcción y explotación de una plaza de toros. Este ofrecimiento, que acabó en nada, siempre según el secretario general de Manos Limpias, le llegó de "una persona muy ligada a Susana Díaz, que me dijo que había un empresario en Málaga, no le puedo decir ahora su nombre, que estaba detrás de un proyecto de plaza de toros, cuya concesión dependía de la Junta de Andalucía".
El líder del pseudosindicato de funcionarios explica que en realidad la concesión dependía en un primer momento de la alcaldía: "Y luego tenía que estar ratificada por la Consejería de Medio Ambiente y del Territorio. Pero no llegué a hacer esa gestión, que consistía en ver si el proyecto de ese empresario era viable en la Junta de Andalucía". Bernad asegura que no llegó a contactar con el consejero de Política Territorial de la Junta de Andalucía: "Nada de nada".
Ayudó a otros presos
Al igual que pasó con el extesorero del PP Luis Bárcenas, que al salir de prisión se acordó de sus compañeros de celda, Miguel Bernad recuerda a sus compañeros en la cárcel, en la que asegura fue tratado como "todos". También aprovechó su reclusión, asegura, para "ayudar a mucha gente, porque he hecho muchos recursos de presos que no sabían absolutamente nada. Habré hecho unos 15 o 20 recursos y he ganado todos, de permisos de salida, que se les denegaban, de progresión de segundo a tercer grado".
Sin embargo, Bernad lamenta la actitud del director de la cárcel de Navalcarnero, que no le permitió, siempre según su versión, que diera formación a los presos. En concreto quería impartir unas clases sobre la Constitución Española: "Y hasta eso me negaron. Dar clases es algo normal y sobre todo de algo tan importante como es la Constitución", asegura Bernad, vinculado con la ultraderecha y el apoyo al franquismo.
Miguel Bernad toma un café en un establecimiento de Madrid en la conocida calle Génova, a apenas unos metros de la sede nacional del Partido Popular. Y lo hace el 26 de diciembre a las 10:30 de la mañana, poco antes de bajar andando la vía hasta la sede central de la Audiencia Nacional, donde el secretario general de Manos Limpias tiene que firmar todas las semanas tras salir de la cárcel el pasado 22 de diciembre.