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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

El bloque progresista sigue negociando la investidura de Sánchez mientras Feijóo prepara su intento condenado al fracaso

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“No tiene los votos, y el PP lo sabe”. Esta reflexión emana de la sala de máquinas de Ferraz en estas horas en las que Alberto Núñez Feijóo arranca su proceso de investidura, que se celebrará los días 26 y 27 de septiembre. El análisis en el entorno de Sánchez es claro: el PP fracasará en las votaciones y sólo busca enredar para intentar que se repitan las elecciones en enero.

¿Y qué piensan hacer mientras los socialistas?  Pues no se van a quedar quietos aunque el foco esté en el Partido Popular, que quiere empezar a hablar con los otros grupos a partir del próximo lunes. En La Moncloa y en Ferraz siguen trabajando por la investidura de Pedro Sánchez y no van a hacer un impasse durante este mes a pesar de que Feijóo es ahora el candidato formal designado por Felipe VI.

Fuentes socialistas confirman que las negociaciones van a seguir, aplicando esa máxima de prudencia, diálogo y discreción. Y esos contactos se vieron plasmados este mismo miércoles al trascender que Sumar cederá diputados a ERC y el PSOE a Junts para que puedan conformar grupos parlamentarios propios (no cumplían el requisito de tener el 15% en todas las circunscripciones, pero el bloque progresista les ayudará desde la Mesa del Congreso con esta práctica habitual de los partidos desde la interpretación del reglamento por este órgano en 1993).

Construyendo un "principio de confianza"

Negociadores del bloque progresista subrayan que es muy importante durante estos días que se establezca un “principio de confianza” entre todos los interlocutores para que se materialice un acuerdo para la investidura y se prolongue esa mayoría de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV y BNG que se hizo con el control de la Mesa del Congreso la semana pasada gracias a 178 votos a favor.

Dentro del PSOE había distintas opiniones sobre si había que forzar una investidura fallida rápida de Feijóo (para la semana que viene) o permitirle un poco de tiempo, como pedía el Partido Popular. La facultad recaía exclusivamente en la nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien estuvo en contacto con Pedro Sánchez. Finalmente este miércoles anunció que la sesión será los días 26 y 27 de septiembre. dejando pasar algo más de un mes desde la propuesta del rey. Primó no arrancar una legislatura con un fuerte choque institucional desde el Congreso con el partido que opta ahora a La Moncloa.

En el núcleo duro de Ferraz hacen este análisis: “Suele ser un tiempo habitual, días arriba o abajo. Feijóo logra tiempo para que la marejada interna del PP no sea el debate principal, pero su objetivo, no nos engañemos, son nuevas elecciones y no ser investido, porque sabe que no tiene los votos necesarios”.

Sobre si van a seguir las negociaciones con los otros partidos fuera de las cámaras, en el PSOE indican: “Hablaremos, claro”. Los socialistas indican que “el único Gobierno posible es el que presida Sánchez. Esto de Feijóo es fake”.

El calendario evita la presión de la Diada

La decisión de Armengol dilata los tiempos. El aspirante debe lograr mayoría absoluta en la primera votación (al menos 176 diputados, pero Feijóo sólo cuenta con 172 en total con Vox, UPN y CC). Después tendría que haber una segunda ronda 48 horas después en la que valen más síes que noes, algo con lo que tampoco cuenta en estos momentos el PP.

Después se abre un periodo de dos meses para intentar más investidura y en el caso extremo de que nadie lo consiguiera se desembocaría en repetición electoral el 14 de enero. Esto ha influido mucho en la decisión de Armengol sobre la fecha, ya que si se hubiera convocado para las próximas semanas habría riesgo de una jornada electoral en plenas navidades (los domingos 24 y 31 de diciembre o el 7 de enero).

Los socialistas y Sumar siguen trabajando mientras para la posterior investidura de Pedro Sánchez. La clave de bóveda es cómo dar respuesta a la petición de amnistía que exige el independentismo. En los equipos negociadores progresistas estudian aliviar esa situación penal y se buscan las fórmulas. Por ejemplo, Yolanda Díaz ha encargado a un grupo de juristas que analice este tema. Son conscientes de que la negociación será difícil, pero entienden en el equipo de la vicepresidenta segunda que la sociedad española es madura. 

El presidente del Gobierno también apuntó, tras ver al rey, a esa búsqueda de fórmulas, aplicando el siguiente espíritu: “El método es el diálogo y el marco es la Constitución”. En La Moncloa y Ferraz siempre recuerdan que las decisiones arriesgadas que se tomaron en la anterior legislatura como los indultos han tenido sus resultados prácticos, comprobándose además en el amplio apoyo a los socialistas en Cataluña, donde se han convertido en el 23J en la primera fuerza (sumando más diputados que todos los independentistas).

El calendario de la investidura sí permite evitar la presión en la negociación de manera pública de la Diada, que se celebra el 11 de septiembre. Esta fecha puede ser utilizada por el independentismo para ejercer presión en la calle y, además, supone un pulso también entre Esquerra y Junts, que miden sus fuerzas pensando en las próximas elecciones catalanas mientras que deben ir juntas en la ecuación que quiere montar Sánchez.

Tanto el presidente en funciones como Díaz no quieren que haya ruido en las negociaciones y que se enturbien por declaraciones y gestos de puertas hacia fuera, por lo que el calendario supone no estar en el foco con la Diada. La ANC lleva días criticando a Esquerra y a Junts por el pacto con el PSOE y Sumar para la Mesa del Congreso y su tesis pasa por el bloqueo de las instituciones para lograr la independencia. En su opinión, las comisiones de investigación y la “promesa de poder hablar catalán en las instituciones españolas y en la Unión Europea no son una opción creíble por parte del Estado”.

Un mes largo, pero el PSOE espera la soledad de Feijóo

Pero si falla Feijóo, la idea tampoco es apurar los tiempos. El reloj empezará a correr durante dos meses, por lo que habría como tope hasta el 29 de noviembre. En Sumar señalan que quieren un Gobierno “cuanto antes” y creen que además los ciudadanos lo demandan porque el actual Ejecutivo tiene sus competencias muy ajustadas por estar en funciones.

En el PSOE esas negociaciones seguirán estos días pivotando especialmente en tres nombres: Félix Bolaños, María Jesús Montero y Santos Cerdán. Los tres son personas de la máxima confianza de Sánchez. Y ese equipo no renuncia incluso a sumar a Coalición Canaria para llegar a la cifra de 179 apoyos en la investidura. Los nacionalistas canarios ya han dicho que apoyarán a Feijóo, pero no descartan también hablar con el PSOE en caso de cumplir con la agenda canaria y materializar las transferencias pendientes de los presupuestos generales (con un monto de unos 200 millones de euros). Y de manera paralela esperan que Feijóo retrate su incapacidad de pactar durante este mes. Este miércoles, ni 24 horas después de la designación por parte del rey, el PNV volvió a dar otro portazo.

“Un mes después del 23J, no ha sumado un voto más en el Congreso de los que ya tenía ese día. En fin. Progresos, lo que se dice progresos, no hace.  No tiene los votos, y lo sabe”., resumen fuentes de la dirección del PSOE.

“No tiene los votos, y el PP lo sabe”. Esta reflexión emana de la sala de máquinas de Ferraz en estas horas en las que Alberto Núñez Feijóo arranca su proceso de investidura, que se celebrará los días 26 y 27 de septiembre. El análisis en el entorno de Sánchez es claro: el PP fracasará en las votaciones y sólo busca enredar para intentar que se repitan las elecciones en enero.

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