Los cálculos de Ximo Puig: el PSOE amarra el Govern porque Compromís resiste y Podemos sigue en Les Corts

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La Comunitat Valenciana es la gran pieza a cazar el 28M. Esa noche el PSOE o el PP se darán por ganador si logran el Palau de la Generalitat. En Génova 13 hay obsesión por volver al poder allí, en tanto que la izquierda ha hecho del pacto del Botánico su gran faro autonómico y el modelo a vender en el resto de España.

Feijóo no deja de viajar a la comunidad para apoyar a su candidato y el PSOE tiene previsto organizar en la capital valenciana su gran convención municipal, entre los días 14 y 16 de abril, para exhibir su apoyo al PSPV y ganarse el favor de los ciudadanos. Cada voto cuenta (y mucho).

En los cuarteles generales socialistas hacen estos días cálculos y ultiman la campaña electoral. Estará todo muy ajustado y no habrá victorias holgadas. En el equipo de Ximo Puig, el presidente socialista, tienen datos y encuestas que pronostican que la izquierda resistirá esa noche.

A pesar del "ruido" que llega de Madrid, comentan en el entorno de Puig, sus cálculos es que tanto el PSOE como el Partido Popular subirán el 28M. Entonces llegará el momento de pulsar a los bloques, las coaliciones serán necesarias para arañar la Presidencia de la Generalitat.

El recambio de Baldoví funciona

En los datos que manejan los socialistas valencianos se refleja que Compromís se mantiene a pesar de la tumultuosa salida de Mónica Oltra de la Vicepresidencia de la Generalitat y su recambio con el diputado Joan Baldoví como candidato. Ella era una figura con mucho tirón en tierras valencianas y su ausencia en las listas, a la espera del proceso electoral, supone una gran incógnita para la izquierda. 

Pero en el PSPV estiman, según los datos que manejan, que Compromís logra resistir y que su nuevo número uno corta la sangría de votos. El trabajo ha sido bueno entre los socialistas y el Compromís de Aitana Mas en este tramo final, y se espera lo mismo con Baldoví.

Se trata de una cuestión de tres, no sólo de dos. En ese bloque se mira especialmente a Podemos, que, según los cálculos del entorno de Puig, podrá superar la barrera del 5% exigible para entrar en Les Corts valencianas, lo que haría posible repetir la fórmula para la investidura. En los análisis hechos se pronostica que no hay una pulsión de cambio a favor de las derechas. Por el momento, todavía Podemos (Héctor Illueca) y EU (Rosa Pérez) no han sellado el pacto definitivo, pero la situación no es tan tensa entre ellos ni en la coalición como a nivel nacional.

Puig vende un proyecto pegado a lo local y muy transversal

La idea que tiene Puig es hacer una campaña en la que se venda un Gobierno para todos y muy transversal, aferrándose a la estabilidad de esta legislatura. Se trataría del tercer mandato de Puig y el aspirante juega con la ventaja, como reconocen en su círculo, de un alto grado de valoración y popularidad entre la ciudadanía. Las encuestas internas lo reflejan frente a Carlos Mazón, el número uno del PP, impuesto durante la etapa de Pablo Casado.

Son conscientes en el bloque de la izquierda de que la derecha intentará jugar en clave nacional, algo que desdeñan en el PSPV. Su hoja de ruta es muy pegada al territorio y con un relato valenciano. También se espera que los alcaldes tiren en este 28M, aunque ven más complicada la batalla de Valencia ciudad.

Entre las sombras del PSOE valenciano de cara a este 28M están el caso Azud y la guerra del agua. No obstante, en el entorno de Puig no creen que sean determinantes a la hora de decantar la balanza de votos. Y se vaticina que se valorará la actuación que ha ejercido la Generalitat en ambas situaciones.

El PP depende de Vox

Otro de los aspectos clave para el equipo de Puig para este 28M es que el PP tendrá que depender de Vox si quiere volver al Palau de la Generalitat. El aspirante de la ultraderecha es Carlos Flores, que fue condenado por violencia machista hace veinte años. Es miembro del Consejo Valenciano de Transparencia a propuesta del Partido Popular y ya concurrió a las elecciones como número ocho del partido ultra Fuerza Nueva.

Algunos temas nacionales como la reforma del sí es sí o los votos de EH Bildu en el Congreso pueden erosionar en la campaña, reconocen fuentes socialistas valencianas, pero calculan que primará más lo local y que se pondrá priorizar también la gestión hecha durante la pandemia.

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La comunidad tiene su propia idiosincrasia política, y Puig estará más fuerte, según los cálculos del partido, en las provincias de Valencia y Castellón (el presidente fue antes alcalde de Morella), siendo el territorio de Alicante el más propenso a la derecha en estos momentos (por eso el PP y Vox azuzaron con fuerza la guerra del agua).

De cara a esta contienda, también creen en el entorno de Puig que los datos económicos favorables darán aire a la candidatura, a la vez que se ha labrado una buena relación con el empresariado (a pesar de las críticas desde Unidas Podemos a Juan Roig, dueño de Mercadona y el empresario más poderoso de la comunidad).

La Comunitat Valenciana será clave la noche del 28M. El PSOE sale ese día a defender doce gobiernos autonómicos frente al PP, que tiene dos (Madrid y Murcia). Los populares habían planteado hace unos meses esta cita como un gran plebiscito a Pedro Sánchez, pero han ido rebajando ese listón. Entre los gobiernos con más pugna estarán el de Puig junto a La Rioja y Baleares.

La Comunitat Valenciana es la gran pieza a cazar el 28M. Esa noche el PSOE o el PP se darán por ganador si logran el Palau de la Generalitat. En Génova 13 hay obsesión por volver al poder allí, en tanto que la izquierda ha hecho del pacto del Botánico su gran faro autonómico y el modelo a vender en el resto de España.

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