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La candidatura a las primarias del PSOE reaviva las tensiones internas

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Los terremotos dentro del PSOE ya no son cosa (sólo) de Alfredo Pérez Rubalcaba. El seísmo ha acabado llegando a los pies del nuevo secretario general, Pedro Sánchez, menos de cinco meses después de haber accedido al cargo. Y el epicentro ha partido del sur, de Andalucía. Aunque no sólo. Las críticas se han redoblado por el discurso y la forma de gestión de la dirección federal, "poco colectiva", y han acabado derivando en la palpable desconfianza hacia la candidatura de Sánchez en las primarias presidenciales. Un ruido que no ha cesado en las últimas horas y que era observado con mucha preocupación por muchos dirigentes de peso. 

El runrún venía expandiéndose en las últimas semanas: creciente malestar de buena parte de aquellos que ayudaron al diputado madrileño a hacerse con el liderazgo del PSOE y derrotar a Eduardo Madina en la consulta a la militancia del pasado 13 de julio, reproches por su "excesivo protagonismo", por ir "a lo suyo", por no mimar al partido. Y, singularmente, de Andalucía, la federación que más contribuyó al triunfo de Sánchez. Pero la "bomba" definitiva, el "movimiento inquietante", el gesto de "deslealtad" –así lo calificaban distintos responsables de la ejecutiva federal– estalló El Mundo abrió su edición de este domingo con un "Susana Díaz no confía en Sánchez como candidato". La mecha prendió y la desconfianza de Ferraz hacia la presidenta de la Junta y la mujer con más poder en el PSOE se multiplicó. La brecha quedó abierta. 

El secretario general sabía que ayer lunes habría resaca. Intentando minimizar el parte de daños, insistió, como la semana pasada, en que no entraría en cuestiones internas porque su obligación es preocuparse por los problemas de los ciudadanos. Confirmó (otra vez) que se presentará a las primarias sí o sí, tenga un buen o mal resultado en mayo. Y respondió a las críticas con un desafío: "Aquel compañero o compañera que se considere capacitado para concurrir a ese proceso [las primarias] tendrá la libertad de hacerlo". Sonó a lo que es: un reto a Díaz. Si no le gusta como cartel electoral de 2015, que le dispute el puesto. Todo ello adobado con la frase de rigor: un "Me siento absolutamente respaldado" por la jefa de la Junta.

La polémica no se detuvo ahí. Juan Cornejo, el número dos de los socialistas andaluces, solemnizaba el distanciamiento de la presidenta con Sánchez. El PSOE-A, dijo, apoya "ahora" al secretario general, pero otra cosa son las primarias a la Moncloa, que llegarán en julio de 2015. "Me preguntan por lo que va a ocurrir dentro de siete u ocho meses y ese debate ahora no toca. Ahora tiene todo el apoyo del PSOE-A al cien por cien. Y ahora tocan municipales y autonómicas en las comunidades donde las hay y después está prevista la elección del candidato a través de primarias, que se convocarán, y ya veremos si se presenta él o alguien más. Entonces veremos", contestó a los periodistas cuando se le preguntó si la dirección andaluza respalda a Sánchez como candidato y si Díaz estaba pensando en competir en esas primarias. En plata: el apoyo del PSOE-A al secretario general como cabeza de lista en las generales queda supeditado al resultado de las locales y regionales del 24 de mayo. 

¿Se presentará Díaz? "Es política ficción"

Las palabras de Cornejo generaron una honda desazón en Ferraz. Por quien las decía –un hombre de la máxima confianza de Díaz– y por lo que decía, evidenciando que las diferencias existen y que Andalucía se resiste a apostar desde ya por Sánchez como el único corredor a la Moncloa. Hasta ahora, la presidenta de la Junta había evitado prestarle su apoyo expreso, con el argumento de que era pronto y de que lo prioritario para el partido es centrarse en su primer reto: las municipales y autonómicas de mayo. Y, al tiempo, para disipar rumores, se había prodigado en muestras de "cariño" hacia él. 

"Pedro suma. No mucho, pero suma. Pero él es de momento secretario general y tiene todo el apoyo para ser secretario general. Y cuando llegue el momento de las primarias, se verá qué ocurre", deslizaba a infoLibre un miembro del Gobierno andaluz. La tesis del PSOE-A es que el gran test de Sánchez (y del partido) serán las locales y autonómicas, y "si el resultado es malo, habrá debate, y el secretario general tendrá que rendir cuentas, porque es el último responsable, aunque no el único". Su propio cargo sería, pues, cuestionado. ¿Y en esa circunstancia Díaz se presentaría? "Eso es política ficción. Ella va a trabajar para sacar el mejor resultado en las elecciones", señalaba esta fuente, de mucho peso. Vuelta al punto de inicio: no se descarta que la presidenta decida competir. 

Con Andalucía están alineadas otras federaciones. Caso de Valencia, que también resultó capital para la victoria de Sánchez en julio. "Se apoyó a Pedro para ser secretario general, no para ser candidato. De aquí al próximo verano pueden pasar muchas cosas. Habrá que ver el resultado electoral, la consolidación de Pedro... Y según cómo vaya, igual hay un candidato o más de un candidato", sostenían fuentes próximas al jefe del PSPV, Ximo Puig, quien es miembro de la ejecutiva federal como secretario de Reformas Democráticas. 

Díaz ha podido compartir sus impresiones con distintos dirigentes territoriales y federales en las últimas semanas. Se reunió en Aragón con el líder regional socialista, Javier Lambán, se vio con el extremeño Guillermo Fernández Vara; se entrevistó con la candidata canaria, la madinista Patricia Hernández. Y citó en Sevilla, incluso, al propio Madina, el pasado 3 de diciembre, ocasión en la que aprovecharon para reconducir sus relaciones, muy dañadas desde el congreso de julio, cuando ella dio un paso atrás, pese al requerimiento de una decena de barones, para no competir contra el diputado vasco, que en todo momento mantuvo la apuesta. Ambos hablaron de la consulta a la militancia y de la situación del partido. Madina, según su entorno, pudo testar la frialdad con la que dispensaba a Sánchez.

"No piensa en el colectivo"

"Pedro ganó por una suma de aparatos que buscaban que no ganara Edu porque no querían que las relaciones internas de poder cambiaran. No ganó él. Otros sumaron para que no ganara Edu. Y si esa suma se rompe... Pedro tiene un problema de legitimidad, y esa es su principal debilidad. Al margen de que muchos de los que le apoyaron estén arrepentidos o crean que no da el nivel, o de lo que haga Susana", analizaban los próximos a Madina quien, por ahora, no ha hecho declaraciones públicas y ha reiterado su voluntad de no concurrir en las primarias.

Este miércoles, Díaz compartirá desayuno informativo en Toledo con el barón manchego, Emiliano García-Page. En el equipo de la jefa del Ejecutivo andaluz, como había hecho Cornejo ante los medios, restaron importancia a estos encuentros, y los justificaron porque "siempre han coexistido las voces de los secretarios autonómicos y la de la dirección federal". "Y Susana –añadieron– tiene una visión federal y es la que preside el Consejo de Política Federal [el órgano que reúne a los barones], y es la mayor referencia institucional. Esto va en beneficio del PSOE, le viene bien que más gente tire del carro". 

¿Qué causa inquietud en el PSOE andaluz, en Díaz, y en aquellas federaciones sintonizadas con ella? Afean a Sánchez, sobre todo, que "no piensa en el colectivo", que "piensa sólo en su candidatura, y no en trabajar para el conjunto de la organización". Que no "pone en valor" lo suficiente el "contraste" entre las políticas que despliega la Junta (y Asturias, el otro Gobierno autonómico en manos de los socialistas) y las de Mariano Rajoy. Que "no se apoya en Susana ni en Andalucía, y eso es un error". Como "error" fue "filtrar" la estrategia electoral a un periódico antes de tiempo –"las estrategias se aplican, no se cuentan", machacan– y situar el foco en Podemos, en lugar de martillear con "un discurso propio". "En resumidas cuentas, él y César [Luena, el secretario de Organización], no deben hacer como Juan Palomo, sino implicar a más gente, porque cuanta más gente participe, mejor. Ambos, y más miembro de la dirección federal, son muy nuevos. Han de ampliar la visión, consultar... Porque cada vez que hemos permitido a otros secretarios generales que vuelen solos, nos hemos equivocado", glosa un alto mando del PSOE-A. 

La traducción es la desconfianza visible en las posibilidades futuras de Sánchez: "Cuando apoyas a un secretario general, lo apoyas. Ahora bien, no siempre es la mejor opción social, y esto es válido para cualquiera que esté en esa silla. Pedro tendrá que demostrar que vale para eso". ¿Lo está demostrando? "Está en rodaje. Pero es pronto para decir que se ha consolidado. Hay encuestas que le dan bien y otras que le dan mal", continúa esta fuente, de la confianza de la presidenta de la Junta.

Un barón que guarda sus diferencias con Sánchez cree, no obstante, que la polémica "se ha sobredimensionado", porque "que haya cosas que no gusten a todo el mundo pasa siempre" y porque "no hay una masa crítica conjuntada y una oposición articulada". 

Respaldo cerrado de la ejecutiva federal

Ferraz intentó ayer, oficialmente, amortiguar la bofetada para no alimentar la controversia. Se remitió a las palabras del secretario general e insistió en que lo que ocupa y preocupa a la dirección es dar una respuesta a los problemas de los ciudadanos. 

Sánchez cuenta, a su favor, con la ayuda de varios barones –entre ellos, los de Extremadura y Castilla y León– y un sólido respaldo de la ejecutiva, como se puso de manifiesto en la reunión del pasado martes, tal y como adelantó infoLibre. Entonces, cuando descollaban las primeras críticas duras, el secretario general pidió prudencia a los suyos, sabedor de que la pugna interna debilita al partido. Varios miembros de la dirección, como Antonio Pradas, secretario de Política Federal; Adriana Lastra, Política Municipal; Luz Rodríguez, Empleo; María Luisa Faneca, Agricultura; Susana Sumelzo, Administraciones Públicas; Abel Caballero, alcalde de Vigo y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), o Nino Torre, líder de las Juventudes, salieron en defensa de su jefe. Defendieron que él es el principal "activo" del partido en un momento en el que la marca no acaba de recuperarse, y apuntaron los datos de las encuestas, que hablan de que se habría parado el golpe, de una ligera subida incluso. 

Varios dirigentes consultados no salían ayer lunes de su asombro por la actitud de Díaz. "No puedo más que definirla como un gesto de deslealtad que perjudica enormemente al PSOE", confesaba con inquietud una integrante de la ejecutiva. Otra ampliaba el memorial de agravios: "Susana ha sentido que ella podía pilotar esto, y creía que podía dominar a Pedro, pero no lo ha hecho. Ella, y los que piensan como ella, están a la contra de lo que está pasando, y es que Pedro está consolidándose como líder y que hace las cosas de forma distinta. Susana se apartó de la carrera en julio porque no podía salir por aclamación, pero quería tenerlo atado en corto. Y no, Pedro no es un hijo suyo". 

Entre distintos miembros de la cúpula no encajaba que el gesto de la presidenta de la Junta obedeciese a una "lógica de partido", a tan pocos meses de unas cruciales elecciones, porque "objetivamente" el "ruido" daña al PSOE. De modo que la alternativa era pensar que se debía a una "cuestión personal". "Susana nunca ha abandonado su ambición por la Moncloa. Pero tiene que demostrar muchas cosas antes, para empezar ganar en Andalucía. Ahora ha visto la consolidación de Pedro como una amenaza", aseguraban fuentes de la dirección. Una dirigente regional que conoce desde hace años a la baronesa andaluza "simplemente trabaja para poder decidir llegado el momento", para tener la puerta abierta a las primarias en caso de debacle en mayo. 

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Los colaboradores del secretario general defienden su "esfuerzo" y su estrategia de "sobreexposición" mediática, porque primero necesitaba darse a conocer, un objetivo que entienden que ha conseguido. Y al reforzar su propia marca "hace un bien al partido", en la medida en que los ciudadanos le identifican "como el líder del PSOE". Y aunque reconocen ciertos resbalones en el discurso, juzgan que se ha ido asentando y ganando "aplomo". Ahora tiemblan al ver que el panorama se nubla con la inestabilidad interna: "La fortaleza que teníamos era la unidad. Y Susana sabe que es algo muy valioso porque unió al partido en Andalucía". 

Vara, que apoyó a Madina en el proceso precongresual pero que tras su derrota se realineó automáticamente con el ganador, ha sacado la cara públicamente por Sánchez frente a los críticos. En su entorno, aducen que el nerviosismo se debe a que la última encuesta de Metroscopia para El País, que sitúa al PSOE como primera fuerza, "pone las cosas mal a quienes querían a Pedro muerto en mayo". "Susana quería poder elegir en mayo si se presenta o no a las primarias, y si Pedro se refuerza, ella pierde sus opciones. Ella no va a permitir que se consolide. Ahora, andar moviéndole la silla es una absoluta irresponsabilidad de quien es una irresponsable", indican fuentes de la federación extremeña, que desmienten también que Sánchez no tenga contacto cotidiano con los barones. "Lo que pasa es que ella quiere ser más que nadie. Andalucía siempre tuvo mucho peso en el partido, pero quienes la dirigieron supieron ser generosos". En Castilla y León, que desde octubre lidera Luis Tudanca, advierten de que Sánchez está ganando "peso entre la militancia", y por tanto esos movimientos palaciegos no llegan a las bases. Asimismo, previenen contra las bicefalias, que desgarraron la federación entre los partidarios de Óscar López y Julio Villarrubia. 

En lo que coinciden todos los sectores, los más cercanos y los ahora más distantes, es que el ruido, aunque consustancial a la esencia del PSOE y explicable por el momento de zozobra electoral, "no es bueno" y, como mínimo "distrae" de lo fundamental, que es reconectar con los ciudadanos y ganar posiciones en mayo. Un horizonte con el complicado añadido del fenómeno Podemos. El partido, decía ayer Sánchez, "lleva demasiado tiempo hablando de sí mismo". Y lo sigue haciendo, en una pendiente que algunos califican de "suicida". 

Los terremotos dentro del PSOE ya no son cosa (sólo) de Alfredo Pérez Rubalcaba. El seísmo ha acabado llegando a los pies del nuevo secretario general, Pedro Sánchez, menos de cinco meses después de haber accedido al cargo. Y el epicentro ha partido del sur, de Andalucía. Aunque no sólo. Las críticas se han redoblado por el discurso y la forma de gestión de la dirección federal, "poco colectiva", y han acabado derivando en la palpable desconfianza hacia la candidatura de Sánchez en las primarias presidenciales. Un ruido que no ha cesado en las últimas horas y que era observado con mucha preocupación por muchos dirigentes de peso. 

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