Corrupción
Los cargos políticos del PP en Interior dicen no saber lo que tramaban sus policías en la 'operación Kitchen'
Ni Ignacio Cosidó, ex director general de la Policía Nacional, ni Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad, dicen saber nada de una operación Kitchen. Por no saber, dicen que no saben ni a qué operativos se dedicaban los mandos policiales que estaban a su cargo en tiempos del primer Gobierno de Mariano Rajoy. El primero no está imputado en la causa de la Audiencia Nacional que investiga el operativo parapolicial de espionaje a Luis Bárcenas y su familia y ni siquiera ha sido citado a declarar como testigo, a pesar de ser el mando político colocado por el PP para estar al frente del Cuerpo Nacional de Policía durante casi cinco años. El segundo sí está investigado, pero ha llegado a calificar Kitchen como "inexistente". Y eso a pesar de que, según el sumario de la causa, para los seguimientos se llegaron a utilizar a hasta setenta efectivos.
Este es el balance de las declaraciones que han prestado este martes Cosidó y Martínez en la comisión de investigación del Congreso sobre el operativo financiado por fondos reservados que se puso en marcha en 2013 para supuestamente robar documentación sensible para el PP que Bárcenas se podría haber llevado del partido cuando fue despedido. Ni uno ni otro han dado pábulo a las afirmaciones que previamente habían realizado los mandos policiales que han pasado también por la Cámara Baja y que les habían señalado como, al menos, conocedores de esta operación e incluso el ex director general de la Policía las ha enmarcado en una estrategia de defensa por estar imputados, explicando veladamente que bajo esta condición se puede mentir en sede judicial.
A Cosidó le señaló el ex director adjunto operativo (DAO) Eugenio Pino en la Audiencia Nacional y la semana pasada también el comisario jubilado José Manuel Villarejo. Sobre el primero, ha recordado que lo hizo en una declaración judicial como imputado, mientras que sobre el segundo ha negado taxativamente haberle dado ninguna instrucción, pues estaba encuadrado en la estructura de la DAO: "Jamás he despachado con él, jamás he comido con él, jamás he hablado por teléfono con él, jamás he intercambiado ningún mensaje con él y jamás le he hecho llegar una instrucción a través de terceras personas", aunque sí ha reconocido que intercambió con él un "saludo protocolario" al inicio de su mandato.
Pero es que incluso se ha desmarcado de esos mandos policiales de los que en teoría era su superior inmediato y de su nombramiento, explicando que tanto Eugenio Pino como los miembros de la Junta de Gobierno de la Policía no los designó él, sino el entonces ministro del Interior Fernández Díaz. Y, de hecho, según Cosidó, todo lo hacía Pino, o al menos eso ha dado a entender: también la concesión de la medalla a Villarejo y el cese de Marcelino Martín Blas como jefe de Asuntos Internos fueron propuesta del DAO aunque la firma estampada en los respectivos documentos fuese la del director de la Policía.
"O negligente o cooperador"
Habiendo sido máximo responsable político de la Policía entre enero de 2012 y noviembre de 2016, algunos diputados han expresado su incredulidad acerca de que él no tuviese ningún control sobre esa misma Policía, sobre todo teniendo en cuenta además que sus entonces superiores, el exministro Jorge Fernández Díaz y el ex secretario de Estado Martínez, y subordinados como Pino o comisarios como Villarejo o Enrique García Castaño sí están imputados en la Audiencia Nacional. Como le ha dicho el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, "o fue un negligente o fue un cooperador necesario".
Martínez, por su parte, ha comenzado su intervención adelantando la que iba a ser su estrategia todo el interrogatorio: "Les avanzo que niego de forma contundente y sin ningún matiz que durante el ejercicio de mi cargo de secretario de Estado de Seguridad, entre enero de 2013 y noviembre de 2016, participase o tuviese conocimiento, directo o indirecto, de cualquier forma de utilización ilegal de efectivos, medios y recursos del Ministerio del Interior con la finalidad de favorecer intereses políticos del PP, perseguir ilícitamente a personas o anular pruebas inculpatorias".
Y en estos términos se ha mantenido. "Niego la existencia de tal operación. No hay ningún papel, ningún documento que hable de esta operación", ha reiterado en varias ocasiones. En parte tiene razón, porque en el Ministerio del Interior no consta ningún informe que hable de una operación Kitchen, pero los investigadores, la Fiscalía Anticorrupción y el propio instructor consideran que se trató de un operativo al margen de la legalidad que nunca fue puesto en conocimiento del juez que entonces investigaba los llamados papeles de Bárcenas, la financiación ilegal del PP.
Firmaba los cheques, pero no sabía para qué
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Cosidó y Martínez han sostenido que no sabían nada de operativos policiales. El uno, dice, porque a quien correspondía informar era a juez y fiscales; el segundo le ha matizado y ha reconocido que no siempre pasan por un juez las peraciones policiales, pero ha manifestado que en su caso no las conocía porque no entraba en el detalle cuando firmaba los cheques de los fondos reservados. "Yo tenía la competencia para autorizar fondos reservados y firmaba el cheque en un sistema de firma mancomunada. Ni yo ni ningún secretario de Estado de Seguridad tiene el detalle ni entra en la idoneidad de las operaciones", ha asegurado.
De lo que no ha querido hablar Martínez es de los mensajes de texto que, según él, envió a Fernández Díaz en los que supuestamente hablan de la operación Kitchen y que protocolarizó ante notario cuando el exministro dijo en una entrevista que se había enterado por la prensa de todo el operativo parapolicial. Son mensajes que han sido objeto de informe policial, ha justificado, mientras que otros que también se reflejan en la investigación son de índole "personal" que están sacados de contexto. Lo que sí ha hecho, como ya hiciera en la Audiencia Nacional, es pedir "disculpas" por uno en el que escribió que su "grandísimo error" fue confiar en Jorge Fernández Díaz, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal.
Su declaración, en realidad, ha sido bastante parcial, pues tampoco ha contestado a las preguntas más peliagudas y que le pueden poner en apuros por su condición de imputado en la causa judicial. Así, por ejemplo, no ha repetido en el Congreso que fue Fernández Díaz quien le pidió que se enterase sobre la investigación a Bárcenas porque algo le había llegado y no tenía más información. Lo que sí ha reiterado es que nunca habló con Cospedal de un operativo llamado Kitchen y tampoco ha señalado a Rajoy. Y es que, según el ex secretario de Estado, ni siquiera sabe por qué está investigado desde hace más de un año ni qué delitos se le imputan.