La evolución de la pandemia está empeorando. La proximidad de las celebraciones navideñas, con contactos estrechos y múltiples y numerosos desplazamientos por toda España está haciendo saltar las alarmas. Cada comunidad autónoma decidirá sus propias restricciones era función de su situación sanitaria y de la presión que sufren sus centros sanitarios y la política ya anticipa el debate sobre las responsabilidades de lo que pueda suceder.
Es en este contexto en el que los líderes del PP y de Ciudadanos, Pablo Casado e Inés Arrimadas, exigieron este jueves al presidente Pedro Sánchez que asuma el mando único de las decisiones que haya que tomar para restringir los movimientos y las actividades sociales de los españoles durante las fiestas navideñas y que, en estos momentos, dependen de lo que decida cada territorio.
Durante un acto de precampaña en la comarca barcelonesa del Penedès, Casado acusó al presidente de estar más pendiente de “los líos internos” de su Gobierno que de los problemas de los ciudadanos. “Se ocupa de sus líos y deja abandonados a los españoles” y “otra vez se oculta detrás de las comunidades autónomas” en vez de asumir “su responsabilidad”.
Apenas unas horas antes la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, convertida desde hace meses en una figura emergente dentro del Partido Popular, había defendido las medidas adoptadas por su comunidad, mucho menos estrictas de lo que recomienda el Ministerio de Sanidad. “No seremos nosotros los que vamos a impedir que los ciudadanos entren o salgan bien para ver a sus familiares, para trabajar, para hacer cuestiones con el médico, etc. Vamos a hacer estas medidas sensatas y mientras tanto ver cómo evoluciona la pandemia. Ver si hay una tercera ola o si esto es solamente unos ecos del Puente de la Constitución”, declaró en la Asamblea de Madrid.
El Gobierno de Ayuso fue el único que el pasado 2 de diciembre se opuso al plan de restricciones navideñas que Sanidad planteó a las comunidadesopuso en el seno del Consejo Interterritorial de Salud. Pero eso no impidió a Casado insistir en su tesis de que es el Gobierno de Sánchez el que “tiene la responsabilidad que marca la ley para liderar la respuesta contra el coronavirus”. Y para establecer un “marco que se tiene que aplicar en toda España”.
Casado justificó que las comunidades, al menos las del PP, estén tomando decisiones —todas distintas— con el argumento de que lo hacen “de acuerdo con los criterios sanitarios que cada una tiene”, sus cifras de contagios y la situación de sus centros sanitarios. Pero “también porque el Gobierno no está haciendo uso de su competencia para marcar un criterio común en todo el territorio nacional”.
El líder del PP lleva meses intentando conciliar los deseos de las comunidades—también las gobernadas por su partido— de tomar sus propias decisiones con la exigencia de que Sánchez asuma de nuevo el mando único que tanto le criticó durante la primera ola de la pandemia.
Un dilema que Casado también está viéndose forzado a afrontar en materia educativa: este jueves llegó al extremo de pedir la intervención del sistema educativo catalán apenas unos días después de coordinar la insumisión de las comunidades del PP a la reforma educativa que se está tramitando en el Congreso y en el Senado y que previsiblemente se publicará en pocos días en el Boletín Oficial del Estado.
A favor de un 25% de castellano
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El líder del PP pidió expresamente a “Pedro Sánchez, la ministra de educación y la alta inspección educativa” que hagan cumplir la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que exige un 25% de las asignaturas en castellano. Son ellos “los que tienen que velar porque esta sentencia se cumpla de inmediato”. Casado, que lleva semanas defendiendo que el castellano sea lengua vehicular en la enseñanza y acusando al Gobierno de Sánchez de prohibirlo en las escuelas con la nueva ley, dio este jueves por bueno el porcentaje del 25% en las aulas catalanas e incluso reivindicó el uso al mismo nivel del catalán. “Los niños, los jóvenes en Cataluña, tienen que tener el derecho a poder recibir las clases en catalán, en castellano y también en inglés que es una lengua para competir”. “Es fundamental para nosotros que haya una convivencia de las dos lenguas cooficiales en Cataluña”, declaró mientras posaba para la prensa con los viñedos del Penedès al fondo.
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, que participa en los gobiernos del PP en cuatro comunidades, también pidió a Sánchez un plan nacional de medidas contra el virus para estas navidades. “Hay medidas en las que el presidente del Gobierno tiene que tomar las riendas. Eso de dejar las restricciones a las comunidades autónomas hace imposible que la gente vea que hay un plan”, se quejó en declaraciones a Telecinco.
La presidenta naranja admitió que gestionar la pandemia “no es plato de buen gusto para nadie” y que cualquiera que estuviera ahora al frente del Ejecutivo “lo tendría muy difícil”. Pero echó en falta “más liderazgo a nivel nacional”, a la manera en la que lo están haciendo, según ella, la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron.