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Cayo Lara despeja el camino de la renovación

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Cayo Lara cede el testigo. No repetirá como candidato a la Moncloa ni se presentará a las primarias federales de Izquierda Unida programadas para el próximo 8 de febrero. El coordinador deja el camino libre a quien todos presumen como seguro aspirante, el joven diputado Alberto Garzón, de 29 años. Como él mismo ya había anticipado en otras ocasiones, no quería ser "un tapón" para la renovación. Y no lo será.

El líder de IU lo anunció este domingo ante sus compañeros del Consejo Político Federal, el máximo escalón de dirección entre asambleas, el órgano que alumbrará el calendario definitivo de las votaciones. Y lo hizo al finalizar la lectura de su informe de gestión. No lo llevaba escrito, pero sí muy pensado desde "hace tiempo". "No es noticia de un día". "No lo he querido contar en ninguna otra parte por respeto. Por respeto a este órgano y por respetoa todos los que representáis con mucha dignidad a este órgano. Representáis una organización política de la izquierda, y a mucha gente que se levanta pensando que tiene a los mejores dirigentes de este país. Sin prepotencias, sin arrogancias. Por tanto quiero anunciaros mi voluntad de no presentarme como candidato a las primarias" a la Presidencia del Gobierno. 

"He tomado esta decisión –prosiguió–, reflexionada hace tiempo, porque quiero a esta organización. Quiero a esta organización porque creo en el esfuerzo, el pensamiento y el trabajo colectivo. Creo en el trabajo colectivo". Lara fue en ese momento respaldado por los suyos que, puestos en pie, le dedicaron una larguísima ovación de dos minutos. Le tocó el corazón. Apenas pudo seguir hablando y no fue capaz de contener las lágrimas. 

"Ahora es difícil continuar", señaló, cuando se había apagado el aplauso. "Me siento y me sentiré representado por la gente digna de esta organización, que la quiere y lo demuestra no sólo con sus palabras, sino con los hechos, con su trabajo, con su esfuerzo, su generosidad, su honestidad y su ética puestas al servicio de la clase trabajadora. Nadie, nadie, nadie, ningún poder financiero y ningún poder económico y mediático la va a quebrar porque está solidificada sobre la memoria de la lucha, el esfuerzo, el tesón, el compromiso", señaló, con la emoción a flor de piel. Esos valores y principios, añadió, son aquellos por los que "mucha gente apostó ayer y sigue apostando hoy", y son los de una "sociedad socialista". "No me voy a vestir de lagarterana para decir lo que pienso", advirtió, en un mensaje indirecto hacia Podemos y su líder, Pablo Iglesias, cuya máxima es atrapar la centralidad del electorado y rehuir las etiquetas.

La campaña, del 23 de enero al 7 de febrero

Lara volvió a otra idea muy recurrente en él, que hace falta estructura para conquistar el poder, y ese es el gran tesoro de la federación. "Somos muchos los que creemos que sin una sociedad socialista, sin una IU organizada y fuerte, no habrá cambio posible hacia la sociedad que soñamos. Como dijo Miguel Hernández, soy de los que piensa que el tiempo se seguirá poniendo amarillo sobre nuestra fotografía, la fotografía de esta organización". El coordinador concluyó en ese punto su relato. No podía seguir, frenado por las lágrimas. 

José Luis Centella, el coordinador de la Presidencia Federal, líder del PCE, portavoz adjunto de Izquierda Plural en el Congreso y un hombre de la máxima confianza de Lara, fue el encargado de detallar el calendario de las primarias, del camino hasta la elección del candidato a la Moncloa. El 13 de diciembre, la Presidencia aprobará el reglamento –ya había un borrador, pero aún falta peinarlo– y, un día después, se abrirá formalmente el proceso. Dado que son unas elecciones abiertas, los simpatizantes que quieran podrán inscribirse. Del 23 de enero al 7 de febrero se desarrollará la campaña, el 8 de febrero se votará y, una semana más tarde, el 14, el Consejo Político ratificará al candidato

Lara, que el 29 de enero cumplirá 63 años, sólo ha concurrido una vez como cabeza de lista a las generales. Fue el 20 de noviembre de 2011, en alianza con Iniciativa per Catalunya Verds, Chunta Aragonesista y otras diez fuerzas. Con él al frente, IU consiguió salir de la depresión electoral con la que concluyó el mandato de Gaspar Llamazares. La coalición logró 11 diputados, por los dos de 2008. El tirón vino precedido por unos buenos resultados en las europeas de 2009, y las municipales y autonómicas de 2011. 

Nueva hornada de dirigentes

Las europeas del pasado 25 de mayo supusieron un punto de inflexión dentro de la federación. Aunque firmó un importante crecimiento (triplicó sus votos y escaños), IU se vio acosada por el empuje del fenómeno Podemos, que desde entonces no ha dejado de crecer. La federación tomó nota: hizo autocrítica, aceptó las primarias abiertas –antes, un anatema– e impulsó la renovación, situando al frente de una cartera fundamental, Proceso Constituyente y Convergencia, a Alberto Garzón. Pero las encuestas no han mejorado, todo lo contrario, y las ansias de un relevo más rápido habían crecido. El coordinador, no obstante, seguirá al frente de IU hasta la siguiente asamblea federal, en principio prevista para 2016, y mantendrá su escaño. Así, la organización ensayará la bicefalia: un jefe de filas distinto al cartel electoral. 

Garzón, licenciado en Economía y diputado por Málaga, de 29 años, ha ido consolidándose a lo largo de toda esta legislatura, y ganando apoyos orgánicos. Entre ellos, del PCE y de la poderosa federación andaluza y de su coordinador regional, Antonio Maíllo. Él es la cabeza de una nueva generación de dirigentes que están empezando a tomar el poder en la federación. En Valencia, fue elegido hace una semana candidato a la Generalitat Ignacio Blanco (por delante de la coordinadora, Marga Sanz), y número uno por Alicante, Esther López Barceló. En Madrid, las primarias abiertas concluyen el 30 de noviembre, y podrían ganarlas Tania Sánchez en la Comunidad y Mauricio Valiente en el Ayuntamiento de la capital. Todos sintonizan por completo con Garzón y con su concepción de la convergencia de las fuerzas de la izquierda, de la que sus contrarios recelan por el peligro de "disolución" de la marca. Garzón, además, guarda una buena relación con el interlocutor clave, Pablo Iglesias, elegido ayer como secretario general de Podemos

Llamamiento a la "responsabilidad" por el 'caso Caja Madrid'

Con el anuncio de este domingo, queda en segundo plano, de facto, la gran controversia que ha dominado IU en las últimas semanas: la depuración de responsabilidades por el escándalo de las tarjetas. Cuestión que no estaba en el orden del día. Lara, como estaba previsto, lo citó, en los términos que se esperaban: trasladó que la federación madrileña, IU-CM, pidió que la "resolución definitiva" se adopte en una reunión extraordinaria de la Presidencia Federal, una vez pasen sus primarias del 30 de noviembre. El argumento es que aún siguen compareciendo dirigentes ante la comisión de transparencia federal. 

Por "resolución definitiva" se entiende aquello que se acordó el pasado 10 de noviembre: la dimisión o cese de sus cargos públicos u orgánicos de aquellos coordinadores de IU-CM que tomaron decisiones sobre Caja Madrid y Bankia, y también de los responsables de una "gestión inadecuada" de la fundación Fundeste. Ello señala, básicamente, a tres exlíderes autonómicos todavía en primera línea: Ángel Pérez (coordinador de 1993 a 2000), y actual portavoz en el Ayuntamiento de la capital; Miguel Reneses (2000-2002), secretario federal de Organización, y Gregorio Gordo (2009-2012), portavoz en la Asamblea de Madrid. Los tres han dejado claro que no piensan dimitir. Hasta el momento, sólo ha caído el diputado regional Antero Ruiz, a quien se responsabilizó por el hecho de que IU no hubiera pagado la fianza del recurso que presentó en 2009 contra el Gobierno de Esperanza Aguirre. Quien abonó la cuenta fue Enrique de la Torre, mano derecha del presidente de Caja Madrid en ese momento, Miguel Blesa.

Lara dirigió una petición a sus compañeros: que tuvieran la "responsabilidad suficiente" para "no hacer de esta causa la causa del Consejo", porque lo que está esperando la ciudadanía "de una fuerza responsable" es que hable sobre temas que le afectan, "también sobre corrupción", pero no sólo. Básicamente porque en IU, recalcó, no hay "tramas", y los consejeros que fueron usuarios de las tarjetas black ya fueron echados de la organización. "Nos gustaría ver esos titulares, pero no están. Apechugamos, calificamos lo ocurrido como indecencia e inmoralidad", verbalizó. "Hago un llamamiento a la responsabilidad", insistió. 

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El Consejo también tiene sobre la mesa los preparativos del Encuentro Político-Programático del fin de semana próximo, que coordina directamente Garzón (y en el que podría anunciar su candidatura a las primarias). En esa cita IU presentará la hoja de ruta de la confluencia y su "nuevo proyecto de país". Un proyecto, dijo el coordinador, elaborado colectivamente, que debe tener el propósito de "recuperar esperanzas y dar seguridades a la gente". "Esta fuerza está para dar esperanzas pero también seguridades, no vamos a vender humo, porque somos gente sólida, hemos estado en la calle y en las instituciones", recordó, en una clara referencia a Podemos. Lara receló igualmente de la cobertura mediática a la formación de Pablo Iglesias. "Esperamos que de esa puesta en escena tengamos tantos titulares", ironizó. 

Lara reivindicó el largo historial de lucha de IU, y también su alternativa, desplegada durante años. "Me maravillo cuando veo propuestas que tienen años de trabajo y de elaboración colectiva y las encuentro en boca de unos y otros, y no han descubierto el mundo [...]. Somos nosotros los que hemos parido ese discurso, y si lo olvidamos perdemos nuestra historia", advirtió. 

Cayo Lara cede el testigo. No repetirá como candidato a la Moncloa ni se presentará a las primarias federales de Izquierda Unida programadas para el próximo 8 de febrero. El coordinador deja el camino libre a quien todos presumen como seguro aspirante, el joven diputado Alberto Garzón, de 29 años. Como él mismo ya había anticipado en otras ocasiones, no quería ser "un tapón" para la renovación. Y no lo será.

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